Ayer se decidió el GOTY. Los Game Awards reunen la atención del público a lo largo y ancho del mundo para despedir el año premiando a los mejores. Con 2023 siendo un periodo de lanzamientos tan alucinante, la competición es más dura que nunca. Aun así, hay una categoría que me tiene escamado, y es la de mejor intérprete. La culpa la tiene, de hecho, uno de los protagonistas de la noche: Alan Wake 2.
Alan Wake 2, The Game Awards y el problema de Ilkka Villi y Matthew Porretta
En una noche llena de premios y felicitaciones, el increíble videojuego de Remedy no fue ajeno a las condecoraciones. Quedándose con los premios a mejor dirección, mejor narrativa y mejor dirección de arte, lo curioso fue ver la falta de su protagonista entre los nominados. Bueno... protagonistas, y no, no me refiero a la talentosísima Melanie Liburd (intérprete de Saga Anderson), que sí que fue nominada.
Y es que la vuelta al ruedo del escritor más famoso de los videojuegos es un título con estilo propio y mucha, mucha personalidad. En su presentación se mezclan gráficos 3D con imágenes reales de la manera más orgánica que hemos visto hasta el momento. Es por esto que, además de contar con Matthew Porretta, la voz de Alan Wake, Remedy tuvo que buscarle una nueva cara, el actor y escritor finlandés Ilkka Villi.
Con la interpretación física de Villi y la voz de Porretta, lo que queda es la receta perfecta para el éxito, y un papel por todo lo alto. Alan Wake está más vivo que nunca y, aunque no tuvo una nominación a los Game Awards, no puedo dejar de preguntarme cómo habría podido tenerla teniendo en cuenta la manera en la que su personaje está construido. ¿Sería nominado Villi? ¿Porretta? ¿Ambos? Aquí hay un problema con la manera en la que entendemos la interpretación en los videojuegos.
Habiendo una presencia física cada vez más grande dentro del mundo de los videojuegos, la combinación de actores reales para poner cara y capturar movimiento a los personajes se ha convertido en lo común dentro de esta industria. El caso de Villi y Porretta solo es más evidente por la combinación de CGI y FMV de Alan Wake 2, además de por la gran presencia que tiene Villi en el juego gracias a este hecho. Aun así, no significa que sea un caso 100% único. El dilema no está en esta nominación de los Game Awards, sino en el modelo herdado de Hollywood que está utilizando.
Entendiendo la interpretación como la voz y las animaciones faciales, estamos en un punto en el que la categoría empieza a quedarse pequeño. Para una industria que está tan obsesionada con la tecnología y la fidelidad, ver que seguimos constreñidos en los estándares es simple y llanamente curioso. No soy nadie para decir qué es lo que hay que hacer en este ámbito, pero creo que estamos en el punto en el que se necesita una evolución para poder celebrar y condecorar adecuadamente a quienes hacen realidad las historias que amamos.
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