No son tantos juegos como deberían los que hoy siguen la filosofía de menos es más. En Steam, y especialmente si nos fijamos en indies de la pasada década, esto es algo que se ponía bastante en práctica. Claro ejemplo de ello es Gunpoint, que con apenas 3 horas de duración, sencillos gráficos pixel-art y poquitas mecánicas consiguen crear una experiencia muy memorable.
En Gunpoint somos Richard Conway, un espía freelancer que trabaja para numerosos clientes robando datos de edificios altamente vigilados. La historia no importa demasiado, y aun así es efectiva en transmitir un humor contagioso que parodia los giros y traiciones del noir medio, y que va muy en sintonía con una jugabilidad que te puedes tomar muy en serio, pero donde también se abraza la tontuna.
El juego se desarrolla a través de niveles. Nuestro personaje es un elemento pequeñín entre tantos otros en pantallas que priorizan la legibilidad del mapeado. Superar cada nivel conlleva una suerte de mezcla entre puzle y acción. Podemos ver perfectamente todo el mapeado del edificio, lo que nos pemite planificar rutas de entrada y salida, donde se encuentran los guardas y las medidas de seguridad.
Planificar es una cosa, pero es a la hora de actuar donde se vuelve interesante. Es aquí donde el juego apenas necesita dos mecánicas para crear una experiencia tan estimulante como fresca. La primera es una suerte de pantalones con muelle que nos permiten brincar por el mapa a nuestro antojo, alcanzando grandes alturas y ganando verticalidad frente al enemigo. La segunda es el llamado Crosslink, una herramienta que nos permite seleccionar cualquier elemento electrónico del nivel y conectarlo con cualquier otro.
Esto nos permite, por ejemplo, redireccionar el circuito de una cámara de seguridad para que en vez de conectarla a una alarma hacer que abra o cierre una puerta. Esto es solo un ejemplo de un amplio abanico de posibilidades y del que sin duda es el mayor punto de interés del juego. Cada nivel no tiene una única solución válida, sino que nos deja trastear a placer a través de los numeros sistemas electrónicos, y sienta bien completar un nivel incluso cuando sentimos que hemos dado con la solución menos elegante.
Desde su lanzamiento Gunpoint fue considerado una pequeña joya indie, y se ganó el cariño del público (tiene reseñas generales Extremadamente Positivas en Steam) y la prensa, con una media de 83 en Matacritic. Sus desarrolladores hicieron años más tarde otros dos juegos de estrategia también muy bien considerados, Heat Signature y Tactical Breach Wizards.
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