Dejar un mensaje en un videojuego no es algo sencillo, pero sabe hacerlo a la perfección como una reflexión sobre la autoesRainbow Billy: The Curse of the Leviathan tima. Este juego de aspecto infantil esconde más de lo que parece, pero sin duda es un buen título para los más pequeños de la casa como una puerta de entrada, aunque también los mayores encontrarán mucho en él.
Unir en un videojuego plataformas, exploración, combates por turnos y una mecánica al estilo Pokémon es ambicioso, pero lo cierto es que Rainbow Billy: The Curse of the Leviathan consigue resolver este reto de una buena forma. El nuevo juego de ManaVoid Entertainment y Skybound Games tiene un aspecto muy infantil, pero un mensaje poderoso: es un videojuego sobre la aceptación de uno mismo como persona, en un ambiente muy inclusivo.
Y es interesante esto, porque el videojuego es el primero que he jugado en mi vida que tiene muy claro que quiere marcar la diferencia en este aspecto. Ya en la propia traducción al español vemos la intencionalidad: todo el rato utiliza verbos neutros con "e", algo que más allá del debate lingüístico, se usa como parte del lenguaje inclusivo. Es un buen juego para los más pequeños porque incide todo el rato en que cualquier ser es válido y único.
Un juego muy variado con aspecto infantil
En el videojuego tenemos que acompañar a Billy en su viaje para volver a dar color al reino en el que vive. El malvado Leviatán, un aguafiestas, se harta de que nuestro protagonista y los habitantes de Puerto Estrella sean felices y decide sumir a todo el mundo en la oscuridad. Es nuestra labor reunir los núcleos de color para salvar el Mundo de la Imaginación.
En este viaje tenemos que ir de isla en isla con nuestra barca Mía Miga para recuperar el color en esas zonas que aún permanecen en blanco y negro. Para hacerlo, el objetivo último siempre será derrotar a una criatura en un combate por turnos que teñirá de vida el lugar, pero en muchas ocasiones tendremos que atravesar zonas al más puro estilo de un juego de plataformas o resolver diferentes puzles.
Lo mejor del juego, sin ninguna duda, es la variedad de mecánicas que presenta. Rainbow Billy no innova en nada (aunque los combates tienen su miga, entraré en ellos después), pero es raro que te canses jugando. Exploración, plataformas, batallas, acertijos, gestión de nuestras criaturas, minijuegos de pesca... Es un juego sencillo, pero que hace bien lo que se propone y consigue que todo tenga sentido en conjunto.
Combatir contra la tristeza
Leviatán es, sobre todo, un monstruo que provoca pesar y baja autoestima a todas las criaturas que encuentra a su paso. Es por ello que los combates son, realmente, una especie de batalla dialéctica para subir el ánimo y la autoestima de la criatura a la que nos enfrentamos. ¿Cómo transcurren estos enfrentamientos? De forma curiosa: mezcla Pokémon con puzles.
Cada una de las criaturas que vamos encontrándonos (y que se unirán a nosotros al vencerlas) tienen la capacidad de "atacar" creando unas formas coloridas determinadas. Los rivales, a su vez, tienen su vida conformada por esas formas. Nuestro objetivo es ir golpeando a los enemigos lanzándoles esas figuras. Si conseguimos atacar con todas las formas que componen la vida del rival lo derrotaremos.
Los combates son un puzle en sí mismo, porque tenemos que elegir sabiamente nuestros movimiento o acabaremos muriendo. El juego no es difícil, aunque tiene algunos instantes en los que podremos acabar mal, porque dependemos un poco de la suerte. Nuestras criaturas irán apareciendo en forma de "tazos" de forma aleatoria, pero podremos cambiar nuestra mano si no vemos la jugada clara.
Pero para que nos entendamos, más que tazos, es como si fueran cartas. Nuestra "baraja", que no podemos modificar, se va incrementando con cada criatura que coleccionamos. Lo interesante es que esto no funciona como Pokémon en el sentido de que habrá muchos encuentros con el mismo bicho: cada criatura solo aparece una vez y eso hace que cada combate sea totalmente distinto, con sus propias condiciones.
Sin duda, las mejores batallas son contra los jefes, divididas en varias fases y con un desarrollo único. El videojuego no supone una dificultad para cualquier jugador experimentado, ni en combates ni en ninguno de sus aspectos, pero sin duda ejercitará la mente de los más pequeños, que necesitarán seguramente una ayuda de los mayores para avanzar.
Un dibujo animado que cobra vida
Rainbow Billy es un juego realmente colorido y atractivo a nivel visual, porque su aspecto recuerda inevitablemente a una serie de animación. Es más, hay algunas cinemáticas que literalmente son un dibujo animado. Es muy chulo en este ámbito y su combinación de los gráficos 2D y 3D (2.5D) le sienta de fábula, aunque a veces es un pelín lioso hacer algún que otro movimiento por el mundo abierto, pero nada que fastidie la experiencia.
El juego está traducido al español de buena forma y la localización está realmente cuidada, con ese lenguaje inclusivo. También he de señalar que tiene un curioso Modo Foto que me ha sorprendido, más que nada por esa mezcla dimensional en sus gráficos.
En cuanto al rendimiento, todo funciona como debe: 4K y 60 FPS sin problema alguno en una Nvidia TGX 1070 Ti. Es un videojuego muy ligero, pero que además cumple más que de sobra. La versión que he jugado antes de su lanzamiento está perfectamente revisada, sin ningún error relevante.
Rainbow Billy es un gran compañero para empezar en videojuegos
Creo que los más mayores pueden pasar unas 8-10 horas entretenidos con Billy (lo que dura la historia según lo rápido que se juegue, completarlo al 100% son varias horas más) y es un gran título para pasar el rato sin demasiada exigencia mental, de forma relajada. Aún así, creo que los que más apreciarán el juego son los niños y niñas, que tienen en Rainbow Billy: The Curse of the Leviathan un buen título para iniciarse en el mundo de los videojuegos.