La retro ingeniería es uno de los principales medios para aprender sobre el funcionamiento interno de muchos componentes mecánicos. Una práctica que también se extiende al aprendizaje sobre modding y montaje de un PC, y que a la vez es útil para descubrir nuevas características o funciones que no creíamos posibles.
Un ejemplo es del un usuario que se propuso ampliar los límites de un componente de una antigua placa base, la memoria RAM, hasta unas cantidades que eran impensables para la época. Lo consiguió pero, pese a demostrar que mejorar equipos antiguos o en desuso es posible, supuso un verdadero ejercicio de paciencia y artesanía informática por su parte.
Multiplicando por 64 su memoria RAM
Esta historia, que nos llega via el portal informático Techspot, la protagoniza un usuario conocido en Youtube como 'Bits und Bolts', especializado en el retro modding. Su propósito era conseguir que una placa base de los años 80 para ordenadores 386 pudiera albergar una cantidad muy superior de memoria RAM a la que se ideo para su diseño en aquella época; concretamente, quería alcanzar los 128MB frente al 1 como máximo que podía soportar.
Su experimento lo tiene documentado en su canal de Youtube con todo detalle. Sin embargo, no todo iba a ser tan fácil como insertar las placas de memoria en sus conectores. 'Bits und Bolts' tuvo que tirar de ingenio y pericia técnica. Para empezar, la placa base en cuestión tenía un formato de módulos SIMM (Single In-line Memory Module) de 30 pines pero que no superaban -y ni se acercaban a- la cantidad soportable de memoria que nuestro protagonista quería conseguir.
Aunque la placa base que eligió, en teoría, podía soportar más RAM, los conectores físicos limitaban esa cantidad. No obstante, Bits and Bolts tuvo que construir módulos SIMM de 30 pines de 16MB. Realizando ajustes en 4 de las 8 ranuras disponibles, no consiguió llegar a los 128 megas, pero sí a los 64.
La prueba de resistencia y de fuego
Una vez preparadas las conexiones, el siguiente reto fue encontrar módulos de RAM de fiables. No olvidemos que hoy en día los módulos de memoria RAM no bajan de varios GB, y que los de megabytes ya no se fabrican. O los hacía él mismo o los compraba en mercadillos de segunda mano ( y es un componente que se deteriora más de lo que parece con el tiempo). De hecho también tuvo que modificar los que seleccionó para su prueba -cuatro de 16MB-, y cambiarles el modo FPM por el más avanzado y designado para esa cantidad de memoria, el EDO.
Tras ensamblarlos en la placa base del 386, el sistema consiguió arrancar con éxito. Pero eso sólo era la primera parte, ahora tenía que verificar que el sistema no se sobrecargaría o recalentaría por la cantidad de memoria que estaba manejando el equipo. Con un programa benchmark de la época (el Memtest86+), consiguió poner a prueba su nueva RAM: hasta 10 horas estuvo compilando datos pero durante ese tiempo la prueba no experimentó fallos. En cuanto a la temperatura y a los voltajes, con la ayuda de un osciloscopio y una cámara térmica, verifico que la estructura e integridad del equipo y sus componentes eran estables.
Vale que el trabajo ha sido considerable, pero es una muestra de que los equipos de hace casi medio siglo son capaces de resistir la instalación de componentes más avanzados y para los que no se diseñaron. Igualmente, 'Bits und Bolts' no quiere abandonar su reto, y aún sigue buscando la forma de hacer que el doble de esos 64MB de RAM (128) pueda ejecutarse en una placa base antigua; ésta vez para una placa base con un procesador 486.
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