2019 queda algo lejos de nuestra memoria. Mucho ha ocurrido en estos dos años como para acordarnos, quizá, de la directiva del copyright en la Unión Europea, una reforma de la propiedad intelectual que sentaba las bases para un futuro incierto en internet y que hoy ha visto la luz en España. El Boletín Oficial del Estado (BOE) recoge lo que comúnmente se ha conocido como "Ley Iceta" y que pone sobre la mesa el problema de la censura algorítmica.
Ha sido el artículo número 73 el que se ha llevado mayores críticas por parte de los usuarios y es que en él se recoge que las plataformas de vídeo y contenido "deberán obtener previamente la autorización de los titulares de los derechos referidos a los actos de comunicación". Esto se traduce en que YouTube o Twitch, quienes se llevan un duro varapalo, antes eran considerados como intermediarios entre el creador de contenido y el espectador, pero ahora su papel es más importante y están obligados a detectar el contenido pirata.
Una relación que cambia para siempre ya que les convierte en responsables legales del contenido. Atendiendo a la "Ley Iceta", estas plataformas deberán inhabilitar los vídeos o retirarlos de su sitio web durante la retransmisión del evento en directo en cuestión. Si no consiguen detectar el contenido y aplicar las medidas oportunas la responsabilidad recaerá sobre la plataforma en lugar del usuario, como hasta ahora se iba haciendo.
Por ello, es evidente que debido al enorme tráfico en la red y a la ingente cantidad de creadores de contenido y canales, se aplicará el uso de algoritmos para filtrar dicho contenido, lo que nos lleva al comienzo de esta noticia: la censura algorítmica. Gracias a la introducción de estas estrategias, todo el contenido pasará de forma obligatoria por un filtrado previo con los parámetros que impongan las productoras de contenido y los propietarios de los derechos.
¿Esto quiere decir que se acabó la retransmisión de videojuegos y demás contenido? No necesariamente. La normativa de propiedad intelectual establece el derecho exclusivo a los autores de autorizar o prohibir su uso por parte de terceros. Esto implica que, mientras el servicio intermediario imponga las normas para evitar el tráfico de contenido considerado "pirata", no hay problema.
El problema surge cuando dependemos enteramente de la tecnología y es que, gracias a esta ley, no hará falta la intervención humana para cerrar un directo o deshabilitar un vídeo de dicha plataforma, lo que puede incurrir en penalizaciones sin fundamento. De hecho, es muy probable que se establezcan medidas de filtrado y censura previas de los directos y vídeos antes siquiera de que lleguen al público.
Quienes salen tremendamente perjudicadas de esto son las start-ups, quienes se verán obligadas a trabajar casi a la par que los mayores distribuidores de vídeo y contenido en la red. En un principio estas start-ups quedaban excluidas de esta ley y solo afectaba a las grandes compañías. No obstante, se aplicará un principio de proporcionalidad considerando el tipo de servicio, su magnitud y el tráfico de contenido, pero transcurridos los primeros 3 años de actividad pasarán a tener las mismas obligaciones.
¿Tiene un lado positivo esta "Ley Iceta"? Curiosamente sí y es que Google News volverá a territorio español. La aplicación fue cerrada en nuestro país bajo el Canon AEDE que establecía que las páginas webs o agregadores tenían que pagar un impuesto por cada enlace que dirija a las páginas de los miembros de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE).
El regreso de Google News se producirá a comienzos del año que viene y se convertirá en una herramienta clave para luchar contra la desinformación. No obstante, la "Ley Iceta" abre la puerta a enormes malentendidos dentro de internet.