La llegada de Resident Evil 7 supuso la salvación para la franquicia de Resident Evil. Sí, los dos títulos anteriores habían vendido bien, pero a nivel de crítica, tanto profesional como de jugadores, la saga había tocado fondo. Pero esta séptima entrega no siempre fue planeada como lo que hemos visto al final, y menos mal.
Y es que, a día de hoy tenemos claro que volver a lo survival horror fue la idea correcta, pero Capcom se planteó que fuese muy distinto. Según hemos podido saber gracias a Jun Takeuchi, productor de la saga Resident Evil, se consideró la idea de que el título fuese multijugador, y muy diferente a lo que conocemos.
Hablando con Shinji Mikami, creador de la franquicia, Takeuchi reveló que los planes de Capcom pasaban por hacer que fuese una experiencia de varios jugadores pionera en el modelo de los juegos como servicio y que, por si todo esto fuese poco, también incluyese microtransacciones.
Al final, el productor dice que peleó contra esas decisiones que venían desde arriba y decidió centrarse en una cosa como base para la nueva entrega: el terror, la viva esencia de Resident Evil. No le fue fácil, pero el resto ya es historia. La franquicia de zombis está en un punto álgido ahora mismo, y es todo gracias a este tipo de decisiones.
Ahora mismo, los fans del terror de Capcom están esperando dos cosas: el lanzamiento del DLC de Resident Evil 8: Village y el remake de Resident Evil 4. Es seguro decir que estamos en una época de bonanza para esta marca, y, como fan desde el título original, creo que todos tenemos que agradecer esta búsqueda por la personalidad propia.