El crunch se ha impuesto en la industria del videojuego como una práctica nociva que ha llevado a estudios enormes a primar un lanzamiento a la salud de sus trabajadores. Un discurso que se ha llevado el odio de la comunidad, pero que Glen Schofield, director de The Callisto Protocol, ha vuelto a sacar a la luz con unas declaraciones donde presume de trabajo forzoso.
Una técnica que se ha llevado el odio de la comunidad y de la propia industria no debería ser sinónimo de alegría, pero el creativo y director del clásico Dead Space compartió en Twitter que él mismo había trabajado 100 horas semanales. Unas palabras que levantaron una polvareda en Twitter cuando asumió que el equipo no está obligado, aunque sí que trabaja de 6 a 7 días a la semana.
Esto, según palabras del propio Schofield, se traduce en nada menos que de 12 a 15 horas de trabajo constante al día para pulir el juego y dejarlo listo para el lanzamiento. Una cultura de la explotación que el directivo acabó por afirmar que “Trabajo duro. Comer y cenar trabajando porque lo amas”.
Como comentábamos más arriba, las respuestas de los jugadores no se hizo de esperar y muy pocas alababan las palabras de Schofield. Tal ha sido la repercusión que miembros de la industria como Jason Schreier han puesto el grito en el cielo ante algo que, en ocasiones, ha llevado a una mala respuesta de los líderes de varios proyectos contra aquellos que se negaban a este tipo de trabajo.
Schofield borró poco después sus palabras de la red social asegurando que fue un error hablar de ello y continuó diciendo que el equipo valora la pasión y dedicación, no las horas de trabajo. El crunch ha puesto entre la espada y la pared a muchos miembros de estudios importantes ante la idea de que negarse a trabajar de más implica poco sacrificio por el equipo, lo que se traduce en nulas opciones de crecimiento dentro de la empresa.