Tengo que admitirlo, los survival tienen un pequeño hueco en mi corazón. Esa pausa y tranquilidad, sumado al estrés y la tensión que siento hacia todo lo que me rodea en las propuestas de este estilo, no me lo han dado otros juegos. Si bien es cierto que mi interés por ellos suele ser como una montaña rusa, con momentos en los que invierto decenas de horas y otros que necesito alejarme y probar otras cosas, siempre acabo volviendo para disfrutar de lo que proponen.
Dentro de este enorme grupo de obras, el subgénero zombi se ha hecho hueco con propuestas independientes y tremendamente divisivas, tanto que estos muertos vivientes han acabado abrazando otros géneros más enfocados a la acción, la narrativa y la épica. Es por ello por lo que aún ocho años después, Project Zomboid se siente como un juego único dentro de la amalgama de survivals disponibles.
De hecho, esto es lo que más me reconcome ahora que estoy jugando a Project Zomboid y es que no entiendo cómo no le di una oportunidad antes. El título del estudio independiente The Indie Stone se estrenó en acceso anticipado —uno del que ocho años después aún no ha salido— y no fue sino hasta la semana pasada cuando di con él de casualidad gracias al mod Raven Creek.
Recordaba su portada, pero el nombre se me antojaba extraño. Estamos acostumbrados a títulos como Project Athia, que acabó llamándose Forspoken, o el futuro Poject L de Riot Games que no mantendrá ese mismo nombre, por lo que pensaba que estaba ante una propuesta que no valía la pena tener en cuenta. Craso error, aunque lo cierto es que "más vale tarde que nunca" y las decenas de horas que llevo jugadas a Project Zomboid me hacen considerarlo rápidamente como uno de los mejores título de supervivencia que he jugado, si no el mejor.
Project Zomboid, algo clásico y diferente
Puede que muchos os preguntéis, ¿qué es Project Zomboid? En pocas palabras, estamos ante una versión semi-isométrica de DayZ. Sí, quizá es una comparación que le viene grande a uno de los dos juegos, pero este Project Zomboid tiene muchas de las cosas que hicieron grande al mod —y posterior juego— del desarrollador Dean Hall y que se han diluido con el tiempo.
Project Zomboid nos suelta en un enorme territorio lleno de zombis donde tendremos que sobrevivir. No hay opción para vivir como en otros títulos de supervivencia similares, ya sea The Forest, The Long Dark o incluso Stranded Deep, donde crear una base autosostenible y duradera supone casi el final de la aventura. Aunque sí que es cierto que hay ciertas mecánicas para construir pequeños asentamientos o endebles fortificaciones, son esfuerzos nimios.
Lo más importante en Project Zomboid es que estamos destinados a morir y lo único que podemos hacer es retrasar nuestra inevitable muerte. Es así y quizá estamos hablando del aspecto más importante de este título de supervivencia: las pocas probabilidades de éxito. Aun así, no considero que Project Zomboid sea un título difícil porque sí, estamos ante una propuesta que es dura y no tiene muestra nada de compasión con el jugador novato.
Para sobrevivir tendremos que rebuscar en cada uno de los lugares del escenario, pues cada edificio es completamente accesible, ya sea en un cubo de basura o en un simple armario bajo una mesa. Todo puede servirnos o ralentizarnos si somos muy acaparadores. Marcar una estrategia y tener siempre algo de comer, beber y un arma que esgrimir frente a los zombis es primordial, tanto como conocer cada uno de las pequeñas mecánicas del juego.
Son estos pequeños detalles los que me han sacado una sonrisa mientras huía de hordas de muertos vivientes. Poder colocar una sábana a modo de cortina en una ventana para cerrarla y evitar que los zombis me vieran mientras dormía, o incluso activar la alarma de un coche dos calles más abajo para poder lootear a gusto en otra ubicación algo más lejana.
Si bien es cierto que la acción no se concentra en una única ciudad, ya que podemos ir desplazándonos por todo el escenario, Project Zomboid premia al jugador que sabe disfrutar de una experiencia comedida, lejos de la acción. Hay que ser calculador e incluso apuntar manualmente ciertas ubicaciones en el mapa. No hay que jugar pensando en qué nos encontraremos en la ciudad de al lado, sino movernos por las calles infestadas de zombis con una estrategia bajo el brazo.
Una comunidad fiel es sinónimo de un buen juego
En este tipo de propuestas, el apoyo de los jugadores es fundamental. Hay que tener en cuenta que estamos ante un juego que ha evolucionado poco a poco, con ocho años a sus espaldas de actualizaciones constantes y mejoras a largo plazo. Obviamente, no quiero desprestigiar el trabajo del estudio desarrollador, ni mucho menos, pero gracias a la comunidad que se ha volcado con este juego, hoy podemos disfrutar de Project Zomboid.
El desempeño de su comunidad me recuerda a 7 Days to Die, título independiente de temática zombi lanzado el mismo año 2013. La comparación es muy obvia, y es que aún ocho años después, los usuarios han conseguido encumbrar a esta propuesta —de base, muy simple— como uno de los 20 títulos más jugados mes a mes en Steam. Los jugadores han estado dando apoyo y agregando contenido propio desde el mismo lanzamiento.
De hecho, es lo que hace grande a un juego como este: los mods. Al tratarse de un título que nos deja hacer de todo, las modificaciones de los usuarios no solo mejoran el juego base añadiendo ciertos detalles que quizá al equipo creativo se les escapa, sino que encontramos desde nuevas ubicaciones como Fort Benning; la inclusión de sonidos de Resident Evil 2 para los zombis; traducciones a diferentes idiomas; incluso mods que añaden animaciones y scripts como esposar o rendirse.
Quizá lo más destacable, y lo que me atrajo de esta experiencia fue el mod Raven Creek. Sé que hablo sin la experiencia de otros cientos de jugadores, pero Raven Creek ha sido mi placer culpable durante más de una veintena de horas de juego. Hablamos de la ciudad más grande añadida al juego, donde podemos acceder a todos los edificios del escenario y un abanico de opciones impresionante.
Raven Creek se encuentra disponible de forma gratuita en la Workshop de Steam, pero no es para todo el mundo. Tengo cierta tendencia a lanzarme con los ojos cerrados a este tipo de propuestas difíciles y aprendo a base de golpes, pero Raven Creek —y en general todo Project Zomboid— me ha desesperado. No lo digo como algo negativo, eso significaba que no estaba haciendo lo correcto en el juego.
La ciudad de Raven Creek añade un territorio enorme y, por consecuencia, más grande es su desafío. No solo hablamos de la aleatoriedad a la hora de aparecer —que te puede dejar en una azotea con una única salida que, para sorpresa, está custodiada por varios zombis—, sino que está plagada de muertos vivientes y la disposición del loot es mucho más lógico y consecuente con el mapa.
Esta es tu historia
La completa libertad que da Project Zomboid es comparable al mejor juego de rol o incluso aquellas aventuras de tablero donde casi cualquier cosa es posible. Los mejores RPGs AAA están limitados por contar una historia. No podemos desligar la búsqueda de Ciri por parte de Geralt del resto de The Witcher 3; tampoco la vida del comandante Sephard lejos de la defensa de la Vía Láctea en Mass Effect. En Project Zomboid nuestro personaje es un lienzo en blanco, y os puedo asegurar que es el mejor comienzo posible.
Solo tendremos un nombre y una serie de aptitudes que podremos escoger, no hay más. No vamos a salvar al mundo, a nuestra hija desvalida o al país, somos uno de los cientos de supervivientes del planeta. Project Zomboid busca que nos creemos una historia y un propósito nosotros mismos, quiere que exploremos los límites del roleo. Ésta es su mejor baza, y lo que me ha mantenido atrapado de principio a fin.
Project Zomboid no está exento de fallos, obviamente. Las animaciones a la hora de atacar a los enemigos son tan poco precisas que acabaremos pulsando el botón "espacio" para zafarnos de los zombis en lugar de plantarles cara; su interfaz es poco intuitiva y estamos ante un juego que camina en la fina línea de un survival completo y uno experimental —aquel que suelta conceptos al aire y espera que la comunidad les dé forma—.
No obstante, es lo mejor que he podido disfrutar en mucho tiempo y ha vuelto a saciar mi ansia de un buen survival. Project Zomboid se quedará un largo tiempo en mi biblioteca y no espero cansarme de él. Es una experiencia tan especial que el siguiente paso será lanzarme a su vertiente menos llamativa, al menos para mí: su modo multijugador. Pero, hasta entonces, seguiré disfrutando de mi travesía en solitario por un mundo plagado de zombis.
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