Con el robo masivo de datos y la posterior filtración de los mismos por un grupo de hackers, supimos de la existencia de la nueva arquitectura de NVIDIA que sería la base de su nueva familia de tarjetas gráficas. Hopper, en honor a Grace Murray Hopper, era una verdad a medias a la espera de una confirmación por parte de la compañía estadounidense que ha llegado hoy en el marco del GDC.
Jen-Hsun Huang, cofundador de NVIDIA y cara visible de la compañía, ha protagonizado este stream donde ha adelantado el futuro de NVIDIA más allá del mundo del videojuego. El nuevo motor para la infraestructura del próximo superordenador será la GPU NVIDIA H100, un autentico monstruo potente, rápida e inaccesible para el usuario medio.
Esto se debe a que, a excepción de Lovelace —que da nombre a la próxima generación RTX 40— la familia de GPUs Hopper está destinada a los centros de datos de inteligencia artificial. Esta GPU tendrá nada menos que 80 millones de transistores y un procesador basado en la interconexión NVIDIA NVLINK, que usará para avanzar en modelos de lenguaje para IA.
Su estructura, como hemos adelantado antes, busca que esta GPU maximice el cálculo de datos y agilice su uso en determinadas ramas científicas, pero no está preparada ni remotamente para el mercado gaming. H100 es la primera GPU compatible con PCIe Gen5 y la primera en utilizar HBM3, lo que permite 3 TB/s de ancho de banda de memoria.
De hecho, NVIDIA saca pecho con más números y es que 20 de estas tarjetas gráficas pueden soportar el equivalente al tráfico global de internet. El H100 permitirá la creación de herramientas que podrán utilizar el modelo de lenguaje monolítico más poderoso del mundo, el Megatron 530B, también conocido como el modelo de lenguaje personalizable más grande del mundo.