Hace casi siete años desde que el equipo de desarrollo de Microsoft dijera aquello de que su décima edición de su sistema operativo sería "la versión definitiva" de Windows. Desde su lanzamiento en 2014 Windows 10 ha sentado las bases de una nueva forma de entender el SO de los de Redmond que se aleja de la ya arcaica era de los Service Pack y las ediciones estoicas, para dar paso a un Windows más continuista, pero también más estándar y afín a los tiempos que corren.
Obviamente, esa ambiciosa afirmación de Microsoft se ha tornado falsa, pues estamos en el proceso de tener entre nosotros la undécima versión numerada de su sistema operativo, pero tal vez por esa misma razón haya tanta expectación en torno a Windows 11 y lo que implique en el futuro del SO de la famosa ventana.
Con la noticia del cambio son muchos los usuarios que les gustaría saber si sus equipos están preparados para dar el salto, así como qué preparación se necesita en primer lugar; dos elementos que esperamos cubrir a lo largo de este texto. Veamos qué necesitamos para estar listos para el futuro de Windows.
¿Cómo podemos hacernos con Windows 11?
El equipo de Microsoft espera empezar a distribuir el SO desde el mismo 5 de octubre, unos escasos días desde el momento en el que escribo estas líneas, con un proceso de selección para los equipos que ya estén en funcionamiento con Windows 10 bajo el capó.
Para esta selección será imprescindible que nuestro equipo sea compatible, bajo el criterio de la propia Microsoft, con el nuevo sistema operativo, siendo estos sus requisitos recomendados por los de Redmond:
Como podremos comprobar en el cuadro de más arriba, estos requisitos han cambiado de un modo más o menos drástico con respecto a Windows 10.
Llama la atención la presencia de más limitaciones que en iteraciones anteriores, con los procesadores con arquitectura x64 como únicos favorecidos en W11 o la exigencia del uso de Secure Boot compatible con TPM 2.0 en nuestra placa, requisitos que antes no veíamos.
Si todo esto no es problema para nosotros, tenemos ante nosotros la posibilidad de actualizar al nuevo SO de forma gratuíta, descargar su imagen ISO para una instalación limpia, o hacer uso de las herramientas de Microsoft para dar el salto.
¿Estoy listo para usar Windows 11?
La lista de requisitos es más exigente que en versiones anteriores, pero también es una de las ocasiones en las que más herramientas tenemos a nuestra disposición por parte del equipo de Windows para comprobar si nuestro equipo está a la altura.
Una de las herramientas más potentes la encontramos en la propia página de Windows 11 en la web de Microsoft, con una descargar rápida y unos minutos podemos estar al día del estado de nuestro equipo y de qué necesitamos para ponerlo a punto para el nuevo SO.
Curiosamente, ya hemos hablado de cómo los requisitos de Windows 11 no están escritos en piedra, y algunos de ellos no serán totalmente necesarios para ejecutar el sistema, pero mejor mantengámonos en los límites de Microsoft durante el resto de este texto, ya habrá tiempo de trastear con equipos más antiguos cuando el SO lleve un tiempo entre nosotros, una tarea que nos apuntamos para el futuro.
Sin embargo, para aquellos que quieran profundizar más en la compatibilidad directa anunciada para el nuevo sistema operativo, Microsoft ha preparado una sección especial con el apartado habilitado en la web de Windows 11.
¿Qué hay de nuevo en Windows 11?
Sin duda alguna el nuevo apartado visual de Windows 11es la novedad más fácil de señalar del sistema operativo con respecto a su antecesor, profundizando más en la filosofía del Fluent Design System de los de Redmond y alejándose de los elementos visuales legados de versiones anteriores; pero hay mucho más que un nuevo apartado visual funcionando para el nuevo sistema operativo.
Muchas de estas novedades tienen que ver con la integración del SO en diferentes dispositivos, atados a la idiosincrasia de sus factores de forma, como podemos ver en la inclusión de controles por gestos, la mejoría de la compatibilidad con el Windows Pen, o la adaptación dinámica de sus temas; sin embargo, como jugadores, a nosotros lo que nos interesa son otro tipo de novedades.
La nueva tienda de Microsoft es claramente una de esas novedades interesantes para los jugadores, que abre las puertas a las aplicaciones hechas para Win32 en .exe o .msi sin restricciones mayores, así como compatibilidad futura con aplicaciones desarrolladas para Android, además de las habituales compiladas para funcionar en la tienda virtual del SO de los de Redmond.
Aunque, sin duda alguna, lo que más interesará a los jugadores es la promesa de Microsoft de dar un mejor soporte (o soporte directamente) a las tecnologías de juego pertenecientes a la familia Xbox. Una revisión de DirectStorage pensada para Windows 11 o la aparición del Auto HDR que está disponible en las consolas marcadas con la X son dos de los principales ejemplos de ello. Esperamos poder comprobar los efectos de ambos en el futuro cercano.
¿Por qué dar el salto?
Con esta lista de novedades contra los nuevos requisitos del sistema operativo, muchos os podéis estar preguntando por qué dar el salto a Windows 11. La décima versión del SO de Microsoft ha sido una gran versión para los jugadores, con importantes cambios para favorecer a nuestro colectivo, así como mejoras diversas para los desarrolladores con respecto a versiones pasadas.
Sin embargo, esto ha sido posible, en buena medida, por el continuo soporte que ha recibido el SO, fruto del compromiso de Microsoft con su nuevo modelo de negocios de un "Windows como servicio" del que tanto se ha hablado. Con el cambio a una nueva versión es esperable que el enfoque de dicho soporte favorezca a la nueva versión paulatinamente.
Eso sí, los de Redmond no quieren perder la oportunidad de migrar su enorme base de usuarios a su nueva visión de Windows. La futura necesidad del cambio, así como las facilidades de Microsoft para ello, son los principales incentivos de hacerlo.