Los disquetes de 5,25", un clásico entre clásicos con cerca de 30 años a sus espaldas y que, a pesar de en 2011 se dejaron de fabricar, quizá tengamos en alguna caja perdida en el armario. Un soporte de almacenamiento muy vulnerable a la suicida y a los campos magnéticos y con únicamente 1.200 KB de capacidad, pero que quizá nos saquen de un apuro si lo conectamos a nuestro sistema con Windows 11.
Y es que, a pesar de que la nueva versión del sistema operativo de Microsoft no empezó su viaje el pasado 5 de octubre con la mejor de las situaciones, nos deja noticias tan curiosas como las que destaca Javier Pastor de Xataka. De hecho, las limitaciones de hardware a la hora de poder instalar Windows 11 han hecho que sea el sistema operativo menos usado con cerca de 0,52 % de usuarios haciendo uso de él. No obstante, entre las curiosidades de esta nueva versión encontramos una muy extraña: Windows 11 reconoce los discos floppy de 5,25".
A pesar de que los compañeros de Xataka se han hecho eco de esta noticia, el mérito se lo lleva el usuario Jrcraft en YouTube, quien ha conseguido hacer funcionar Windows 11 en un sistema antiguo y con un disquetera de 5,25". Si atendemos a los requisitos oficiales compartidos por Microsoft, el procesador Athlon 64 X2+ que ha usado Jrcraft para hacer esta curiosa prueba no es viable para instalar el sistema operativo, pero actualmente existen ciertos métodos para sortear esas limitaciones, aunque eso implica cierta inestabilidad.
Un procesador de 17 años montado sobre una placa base Gigabyte GA-MA78GPM-DS2H Rev-1 de 2010 y con una disquetera que les dobla la edad, todo ello para dejar claro "si se quiere, se puede" o, al menos, que aquellos usuarios con cierta inclinación a la experimentación con hardware retro pueden crear combinaciones curiosas. Y os preguntaréis, ¿es viable un disco de hace 30 años hoy en día? La respuesta obvia es no, pero si queréis transferir una imagen de 782 Kb y resolución 2048x3078p al disco floppy, únicamente tardará algo más 20 segundos en completarse.
Por el momento, el sistema operativo de Microsoft ha conseguido evitar uno de los problemas más importantes de cara al jugador enfocado en el gaming: los errores que daban ciertos juegos con DRM en Windows 10 y 11 bajo Alder Lake. Si bien no era un problema de Microsoft en sí, los de Redmond han tenido que trabajar duro para evitar los problemas de incompatibilidad en estos meses.