800 horas en el juego más aburrido del mundo para ganar un viaje gratis a Las Vegas. Así es la historia de Desert Bus y su posterior redención

La idea detrás del juego es terriblemente mala, pero el premio que ofrecía era bastante suculento, aunque... ¿De verdad merecía la pena?

Desert Bus Vr
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Tiempo ha, allá en los años 90, la industria del videojuego era poco más que un recién nacido en el que no pocos creativos querían probar suerte. Algunos lo hicieron con mucho acierto, pero hubo quienes se estrellaron estrepitosamente contra el muro de la realidad. Hoy día recordamos unos cuantos, como el infame E.T. o el incomprensible Cuter's Revenge, por ejemplo. Como norma general, son dos de los exponentes más destacados sobre lo que no hay que hacer... junto con Desert Bus. Eso sí, este último por lo menos tenía una idea interesante detrás: pagarle un viaje real a Las Vegas al ganador de cierta competición.

Muchos no lo conocen, y es normal, ya que en realidad no era un juego completo, sino que formaba parte de una colección de minijuegos que nunca vio la luz. La teoría nos dice que querían lanzarlos en PC, pero no funcionó. Su nombre era Penn & Teller's Smoke and Mirrors y, tal y como indica su propio nombre, contaba con la imagen (e ideas) de los dos magos —y cómicos— estadounidenses que tanto gustaron allá en los años 80 y 90. El problema es que ninguna de sus ideas, al menos de cara al mundo de los videojuegos, era demasiado llamativa.

Desert Bus, de SEGA CD a PC

El tema es, cuando menos, un tanto complejo, así que es mejor si vamos por partes. En primer lugar, ¿de qué iba Desert Bus? A grandes rasgos, era un minijuego increíblemente simple. La idea consistía en hacer el recorrido real entre Turcson, Arizona y Las Vegas. La duración del trayecto duraba unas ocho horas, aproximadamente, y durante este no pasaba absolutamente nada. En efecto, nuestra misión era mantener recto un autobús durante ocho horas en un paisaje pixelado sin apenas cambios en el que la mayor novedad que nos podíamos encontrar era una parada de bus en la que no había absolutamente nadie.

Como mucho, si nos salíamos de la carretera, esperaríamos a que un remolque nos llevase a la última parada que visitamos. Y sí, podía pasar, porque la dirección estaba mal (intencionadamente) para que el vehículo se fuese a la derecha y no funcionase solo. El caso es que Penn & Teller propusieron una curiosa competición en la que, por supuesto, no hubo ganador alguno: el primero en acumular 99 puntos podría realizar un viaje real en un autobús de fiesta dirección Las Vegas, hotel incluido.

Desert Bus

El caso es que cada trayecto completado solo nos otorgaba un punto, por lo que un ida y vuelta nos daba dos puntos. Haciendo cuentas, para llegar a esos 99 puntos tendríamos que invertir 792 horas de nuestra vida, aunque en realidad son más, pues los recorridos no eran de 8 horas exactas. Es por esto que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que, incluso con una conducción perfecta, se habrían superado las 800 horas en caso de que alguien lo hubiese intentado.

Si lo dividimos en días, habríamos necesitado invertir más de un mes de nuestro tiempo solo en completar el desafío. Aplicando la lógica, era imposible que alguien lo lograse en menos de dos meses. Al menos si sumamos a la ecuación trabajo, estudios, horas de sueño, comidas, responsabilidades, vida social o cualquier otro elemento que forme parte de nuestro día a día. Así que, aunque real, era poco probable que alguien alcanzase aquel objetivo.

Desert Bus Imagen de Steam de Desert Bus VR, la "secuela espiritual" del juego original.

La historia de por sí ya es curiosa, pero tiene matices, y algunos de ellos los hemos podido desenterrar el olvido gracias a los compañeros de The New Yorker. Por ejemplo, en realidad Desert Bus no vio la luz hasta el año 2005. Nunca vio la luz hasta que, finalmente, un conservador de juegos antiguos recibió una antigua copia de prensa. De no haber sido por este gesto, seguramente no habríamos sabido nunca de él. Y ahí más. Lo que más nos atañe a nosotros en pleno 2023 es el de su versión de PC. En efecto, Desert Bus acabí llegando años después a Steam, pero no de la forma que imaginamos. Para empezar, es completamente gratuito, por lo que no hay que pagar nada para probarlo.

Seguidamente, lo desarrolló Dinosaur Games para Gearbox y se publicó en 2017, por lo que es mucho más reciente. En último lugar, mas no por ello menos importante, es un título de realidad virtual con gráficos mejorados (en comparación al juego original) en el que sí que ocurren cosas. Así pues, además de poder interactuar en primera persona con el vehículo, puedes enfrentarte a escenas tan peculiares como la elección de una cadena de radio, tener que limpiar los cristales porque varios bichos se han estampado contra la luna del bus o girar el volante por ti mismo. ¿Lo más curioso? Que tras más de 1.500 reseñas en Steam, el 88% de ellas son positivas.

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