Jugando a Lost Ark me he dado cuenta de qué hace de Diablo un RPG de acción tan único y adictivo: el botín

Jugando a Lost Ark me he dado cuenta de qué hace de Diablo un RPG de acción tan único y adictivo: el botín

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Diablo y Lost Ark

Menuda semana llevamos con Lost Ark, ¿verdad? Al exitoso MMORPG de Smilegate le ha bastado con unos pocos días para cautivar al público occidental —de eso ya hemos filosofado bastante, pues en buena medida esta recepción tiene que ver con que llevamos años esperando un juego que no ha dejado de crecer en Corea. Sea como fuere, es realmente divertido y se ha estrenado en Steam marcando récords de actividad. Ahora bien, cuando no estoy guardando colas de 15.000 personas para entrar a Zinnervale y finalmente puedo entrar a mejorar mi artillero de lanza (gunlancer suena más molón, creo) siempre me invade un pensamiento específico.

"Esto está genial, pero quiero Diablo IV para ayer".

¿No tienes la sensación de que la gente puede ser demasiado divisiva? O eres del Barça, o eres del Madrid; pero disfrutar imparcialmente del fútbol ni se contempla. Tres cuartos de lo mismo con la tortilla de patata con o sin cebolla. En el tema de los juegos, sin embargo, me niego a tener que elegir. Me lo estoy pasando en grande en Lost Ark porque está bien presentado, estoy cambiando de actividad de un minuto para otro y rara vez me hace sentir estancado. Al mismo tiempo, la alternativa de Blizzard me entusiasma por cómo está diseñando la construcción del personaje y los objetos que lo definen. Dos juegos similares, pero distintos, que convivirán juntos.

La aventura de Arkesia es una en la que me alegro mucho de haberme embarcado, pero lejos de quitarme el hype por el largamente esperado RPG de acción de Blizzard, me da más; y eso que me da palo reconocerlo tras aprender las cosas malas que han pasado en la compañía. Diría que la explicación tras esto se encuentra en el desarrollo de personaje, pues incluso si Lost Ark es increíblemente fluido y profundo, Diablo tiene un nivel de dinamismo que asusta —algo de valor altísimo de cara a la retención de jugadores. Con esto no digo que uno sea mejor que otro en absoluto, ni tampoco deseo cambiar las preferencias de nadie. Pero creo que sí ilustra hasta dónde llega el poder de sugestión que tiene el estudio californiano.

Pensando en la itemización ideal: ¿quién tiene mejores objetos?

Recuerdo que uno de los primeros ejercicios de cuestionamiento que Blizzard planeó en sus actualizaciones trimestrales del desarrollo de Diablo IV fue el de las estadísticas asociadas al equipamiento. Un escudo debería otorgar bonificaciones defensivas consistentemente (cosa que no ocurre en Diablo III) mientras que una varita mágica a una mano debería ser más rápida que un enorme cetro a dos manos. Creo que al tomar inspiración de nuestras anteriores visitas a Santuario, Lost Ark hereda de forma inconsciente esta clase de sinsentidos que Blizzard ya ha superado o está en camino de superar. Abriendo el inventario, veo que tengo un anillo con una bonificación a la estadística "crítico" para personajes orientados en lo que normalmente llamaríamos CHC/CHD. Eso no encaja mucho con el objeto, ni tampoco lo encuentro agradable como jugador porque se siente incontrolable.

Especializar personajes es divertido, y necesitas control para hacer eso

Eso dice más bien poco porque todos los mercaderes de armas con los que me he cruzado hasta ahora venden lanzas con apenas 5% de velocidad de ataque. Dicho de otra forma, no tiene sentido hacer un personaje centrado en torno al daño crítico: no golpeo tantas veces como para que valga la pena. Como artillero de lanza, es mucho más viable centrarse en control de masas subiendo las estadísticas de dominio y dominación; o lo que es lo mismo, transmitir debuffs entre grupos de enemigos para rematarlos trabajando en equipo. Smilegate sabe eso bien, así que añade varias capas de complejidad extra para evolucionar en ciertas direcciones. Una vez llegue a nivel 50 de personaje, se me dará a elegir la posibilidad de especializarme mediante los grabados de "caballero solitario" (ofensiva) y "preparación para el combate" (defensiva). De manera similar, puedo comprar piedras para tallar en cualquier ciudad. No está mal, pero no es fluido.

Lost Ark (Smilegate) Quiero subir en dominación, pero es difícil porque no me sueltan las piezas que necesito.

En ese sentido, Diablo III se siente un poco más liberado, por definirlo de alguna forma; aunque cada clase responde a fantasías específicas —el monje es un DPS con pocas defensas, por ejemplo— en realidad su puesta en marcha admite muchas construcciones distintas. Mi clase favorita siempre fue el médico brujo, y contrastando ideas con otros jugadores he llegado a tener un personaje que se dedica a explotar una y otra vez mientras recorre las mazmorras en tiempo récord... transformado en pollo. Eso es divertido, si bien Lost Ark comprende la diversión de otra forma. Smilegate va a por todas con una acción medida, coreografiada, cinematográfica; un festival de enemigos que se lanzan por los aires o revientan mientras lanzo habilidades tan fuertes que sacuden la cámara. Crecer, en cambio, es más apuntalado.

La lógica del botín es tan importante como la generosidad del RNG: no basta con "estar a la altura" del peligro, tienes que ir más allá

Insisto: eso no es inherentemente bueno o malo, sino una forma distinta de hacer las cosas. Siendo un MMORPG, Lost Ark encomienda al jugador reunir coleccionables, explorar islas e invertir buena parte de sus recompensas en tallar piedras. Vías de crecimiento, en definitiva, atadas a la compleción rutinaria de objetivos o la gestión de materiales. Diablo III, por su parte, es más directivo y fluido: te suelta ante una horda interminable de criaturas infernales, a sabiendas de que terminarás reuniendo un montón de recompensas al final. Lo que hagas con ellas es cosa tuya. Ese flujo constante de nuevas piezas de equipamiento es algo que francamente echo de menos en el juego de Smilegate, porque creo que una de las cosas más divertidas que existen en los juegos de construcción de personaje es experimentar.

Diablo III (Blizzard Entertainment)

Ni mejor ni peor, una cuestión de gustos

Como venía diciendo, estamos acostumbrados a las divisiones, a los equipos; sospecho que eventualmente llegará el momento en el que Lost Ark entre en cierta rivalidad con Diablo IV, tal vez con Path of Exile. Llegarán esos comentarios desagradables que dicen dead game a cualquier cosa que no tenga una actualización al día o sea top #1 en Twitch, ese tipo de cosas. Pero yo creo que es un momento genial para ser fan de la acción RPG, porque tenemos juegos estupendos entre los que elegir. Smilegate ha construido su producción más exitosa en torno a las lecciones aprendidas de Blizzard —a las más antiguas, eso sí— trasladándolas a un entorno expansivo. Los padres de WoW, por su lado, siguen erre que erre con una itemización que debe sentirse lógica y satisfactoria. ¿Y PoE? Un poco entre ambos.

  • Lost Ark está disponible gratuitamente en Steam y Amazon Games.
  • Diablo IV se pondrá a la venta en Battle.net, sin fecha confirmada.
  • El f2p Path of Exile se actualizará a PoE 2 (o versión 4.0) en 2022.
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