Hay tantos juegos en el mercado, que es difícil saber todo lo que has comprado, especialmente en PC, donde lo físico ha quedado para el olvido. En Steam tengo cerca de 200 juegos —sé que no es mucho—, y más de la mitad están cogiendo polvo sin siquiera recordar que alguna vez los compré, canjeé o conseguí gratis. Reduciendo la lista de aquellos no jugados, me desquité con Vermintide 2 hasta que algo hizo clic en mi cabeza: ¿por qué no hay un juego similar a Left 4 Dead de El Señor de los Anillos?
Sería brutal, ¿no? Matar orcos a montones sin preocuparte un mínimo por nada más. Para mi sorpresa, sí que lo hay; de hecho lo tengo en mi biblioteca de Steam abandonado, olvidado, pero con un potencial espectacular; y no es otro que La Guerra en el Norte.
La mejor guerra olvidada de El Señor de los Anillos
Sigo pensando que Snowblind Studios no era el estudio más capaz para el desarrollo de una marca tan potente como la de El Señor de los Anillos; pero no es la primera vez que un equipo nos sorprende con sus capacidades a pesar de su pasado poco inspirador.
La idea de aquel La Guerra en el Norte de 2011 fue apostar por una historia sacada de la manga y paralela a lo que conocemos de la obra de Tolkien. Primer punto positivo de una lista poco halagüeña con más sombras que luces, pero sigo pensando que la idea distó de ser mala.
En un universo como el de ESDLA, alejarse lo máximo posible de aquellas aventuras hartamente conocidas es el mejor enfoque posible. Aunque el adorno de la novedad no ayude mucho a mejorar un contenido vago, me gusta poder ver la cara más fantástica de La Tierra Media en otros ambientes con la presencia constante de la historia original. De hecho, lejos de una aventura centrada en la historia, La Guerra en el Norte imitaba el estilo shooter multijugador con aroma a Left 4 Dead donde los zombis en tropel eran sustituidos por orcos, trolls, trasgos o cualquier bicho del imaginario del británico; en tropel claro está.
Aunque suene loco, el despliegue era el mismo: mapas "amplios"; personajes customizables; pequeños segmentos jugables acotados con un objetivo de "aguantar la horda enemiga" cada cierto tiempo para generar esa idea de superioridad del jugador... Apetecible, cuanto menos.
Al tener que sustituir las pistolas y ametralladoras por espadas, arcos y hachas, Snowblind apostó por el núcleo duro de los hack and slash, donde tu personaje no progresa en cuanto al set de movimientos; aun así, es bastante efectista con un pequeño set de habilidades, hechizos y demás virguerías propias de la fantasía medieval, evitó ser demasiado repetitivo. Al fin y al cabo, Vermintide —tanto el primero como el segundo— replica ese mismo sistema con un combate arcade, nada difícil de entender, y super satisfactorio de jugar.
Un proyecto interesante por lo divertido de aporrear botones con amigos
Aquel componente multijugador que difícilmente podemos replicar hoy —más que nada porque apenas hay 14 jugadores activos y el juego ha dejado de estar a la venta en Steam— tenía cierto regusto a "nuevo". Sé que tanto La Conquista como La batalla por la Tierra Media gozaron de modalidades online, aunque en un terreno de escala épica. Lo que destaco, en este caso, es esa camaradería propia de un Left 4 Dead, donde el juego con amigos reduce la experiencia a lo mínimo: un proyecto interesante por lo divertido de aporrear botones con amigos. Y creedme que "interesante" me contenta mucho. Además, aquí entra en la ecuación lo que se viene haciendo con Warhammer.
¿Y si El Señor de los Anillos no necesita una buena historia?
War in the North no es el mejor, pero eso no implica que sea malo. Lo recuerdo con sumo cariño y desde hace tiempo necesito que sea el patrón con el que se corten los futuros proyectos. ESDLA necesita un Vermintide 2, quizá un Darktide para volver a la lista de los más jugados. ¿Qué implica esto? Simple, un juego divertido, con una gameplay sugerente y sin ambiciones desmedidas. Especialmente esto último. Recuperar hoy día lo que se hizo en 2011, incluso con un por qué —si quieren, que matar orcos porque sí también es divertido— ligero que excuse llenar el suelo de sangre y cierto componente multijugador sin entrar en el terreno de La Conquista o El Señor de los Anillos Online. A mí me vale.
En 10 años, la licencia no ha podido alzar el vuelo, ya sea por su semejanza a Assassin's Creed o por proyectos menores solo para postergar la licencia
Amo la licencia de Tolkien, y he pasado casi tanto tiempo leyendo los libros como viendo la trilogía de Tolkien, pero no hemos visto nada remotamente redondo en años. Al margen de aquellos estudios que han guardado con recelo la IP para que ésta no caduque sacando productos menores; lo más destacable no sale de la dilogía de Sombras de Mordor y Sombras de Guerra. Aun así, éstos se alejaron tanto del material original que es difícil recordar algo más allá del final del juego. Creedme, lo he intentado. Hay un vacío narrativo en mi mente entre el comienzo y el final porque en su afán de emular Assassin's Creed, el producto fue algo inconsistente.
Sé que La Guerra en el Norte no entra en ningún top de juegos, pero viendo el futuro, uno copado por El Señor de los Anillos: Gollum y aquel experimento online-survival en Moria, casi que prefiero lo “malo“ conocido. Vermintide 2 es el mejor juego de El Señor de los Anillos, si dejásemos de lado todo lo que conlleva la marca Warhammer —que es todo, lo sé—. War in the North es lo que más se acerca a ese concepto. Simple; tortuoso también; pero divertido y me hace clamar al cielo por otro juego así.