No es la primera vez que se ha mencionado que los géneros hegemónicos del mundo del videojuego —shooter, RPG, estrategia o terror, por nombrar algunos— han tenido que adaptarse y abrazar otros subgéneros para conseguir sacar adelante propuestas más llamativas, y con vistas a ser atractivos para un público mayor. Es difícil lanzar al mercado un "ABC" de estos géneros y el motivo es que el jugador siempre quiere más. Por eso, vemos infinidad de propuestas que ofrecen mezclas muy difíciles de catalogar, pero muy interesantes al fin y al cabo.
En este caso, The Last Oricru no se sale de esta particular tendencia al ofrecer dos géneros tan copados hoy en día como son el RPG y el Soulslike en un mismo producto, pero sorprende cómo aun sin dejar de lado la acción más propia de un Souls —salvando las obvias distancias—, esta propuesta bajo el sello de Prime Matter es capaz de ofrecer un RPG puro y clásico. The Last Oricru se vende bajo la premisa de "un Action RPG en el que tus decisiones importan", y si bien este eslogan puede ser tomado con cierto recelo por la comunidad, lo cierto es que su estudio desarrollador GoldKnights no ha errado, del todo, el tiro.
Esta versión demo que podéis encontrar gratis en Steam coquetea con una historia con muchos matices, diferentes ramificaciones y aún más diálogos para tejer una tela de araña muy extensa. The Last Oricru se enmarca en un universo de fantasía medieval-futurista tan curioso como extraño. Hablamos de un juego con una mezcla de conceptos, desde Warhammer hasta "Valerian y la ciudad de los mil planetas", el cómic que el cineasta francés Luc Besson adaptó al cine en 2017. Un mix que atrae por lo insólito y masivo de su mundo.
Pero volviendo al tema central que aquí nos ocupan, las decisiones en The Last Oricru importan, aunque hacer que cada acción marque el devenir de la aventura es difícil, tremendamente difícil. Títulos más cercanos en el tiempo como Fallout 3 o Fallout: New Vegas —aunque ha pasado más de una década desde que llegaron a PC— ya coquetearon con ello, con mucho éxito he de decir. La participación de Chris Avellone en New Vegas, de hecho, hizo que muchos usuarios amantes de la franquicia de rol post-apocalíptica se enamorasen aún más de esta secuela.
Es por ello por lo que esta propuesta de GoldKnights me recuerda aquellas de Bethesda y Obsidian Entertainment. Tras jugar The Last Oricru me gusta afirmar que no hay un camino malo. Una vez nos lanzamos a la piscina, a lo extraño de este universo, The Last Oricru pone encima de la mesa una serie de ideas, conceptos y caminos esperando a que el jugador los coja. Es casi como un buffet, con varias opciones, de diferentes gustos y que llevan a un mismo final: la satisfacción del jugador por sentirse parte de la historia.
Restarán unos minutos para que entendamos lo importante de nuestras acciones. The Last Oricru nos enmarca en una inminente guerra por el futuro del reino de Wardenia, y como protagonistas tenemos unos orcos albinos y unas ratas antropomórficas —de aquí la referencia a Warhammer y sus Skavens— que buscan liderar la "Ratvolución" con el fin de eliminar a los primeros del poder. Nuestra será la decisión a la hora de elegir bando, pero aliarte con uno no significa hacerlo para siempre. Además, muy pocos personajes son indispensables y la acción nunca se detiene.
Es difícil asumir que toda esta edificación, estos pilares de "elije tu propia aventura", se mantendrá fiel a las ideas del estudio de cara a las siguientes horas de la aventura. The Last Oricru tiene aún mucho que decir y aunque estas decisiones y las ansias de ir más allá son tremendamente encomiables, hay ciertos detalles como las animaciones o el doblaje que necesitarían más pulido de cara a su lanzamiento en algún momento de este 2022. Estamos ante una producción modesta, que busca mezclar el RPG más profundo con mecánicas de acción dignas de un soulslike, pero no solo del AAA vive el jugador.