El pulso entre los artistas y los negocios es algo prácticamente inevitable. Sobre todo en una escena tan industrializada como el videojuego, muchas visiones se ven modificadas o ahogadas por estudios de mercado, demográficas, juntas de accionistas y demás factores completamente divorciados del proceso creativo y artístico.
Uno de los ejemplos que se me vienen a la cabeza al reflexionar acerca de este tema es Shadows of the Damned, la colaboración entre el excéntrico Suda51 y el maestro del horror Shinji Mikami. Si bien no diría que el título salió mal (pese a sus problemas, en su momento lo disfruté), la obra que pude jugar una vez salió al mercado no podía estar más alejada de lo que sus creadores tenían en mente cuando empezaron a plantearse su desarrollo. Esta es la curiosa historia de cómo la industria triple A se apropió de un proyecto muy personal y las consecuencias de ello, que se sienten aún a día de hoy.
Kurayami, el comienzo de la oscuridad
Todo empezó con un proyecto que ya ha sido olvidado por el público: Kurayami. Un videojuego de terror psicológico centrado en la paranoia y los efectos de estar aislado y viéndose muy influenciado por la obra del escritor bohemio Franz Kafka. Te adelanto que esto es lo que luego se convirtió en Shadows of the Damned, y, si has jugado a este último, sabrás que se podrían parecer menos.
"Suda no pudo crear la historia que había pensado originalmente. Esto le rompió el corazón."
El juego, por varias razones, acabó cayendo un poco en el olvido y fue rescatado por Electronic Arts, que parecía interesada por la idea. Pero las cosas se torcieron durante el desarrollo. "Se convirtió en un juego completamente diferente. Fue algo decepcionante. Creo que Suda no pudo crear la historia que había pensado originalmente, tuvo que reescribir el guion varias veces. Creo que esto le rompió el corazón." dijo Shinji Mikami, amigo y compañero de Suda, además de director del juego (que ha sido mucho más vocal en lo referente a este tema). Según él, el problema es que la visión de Suda y la que tenían en mente en Electronic Arts eran completamente opuestas, buscando la editora un público 100% mainstream, mientras que Suda siempre se ha caracterizado por tener un espíritu más indie y único.
El propio Mikami volvería a hablar de esta época más adelante, en un vídeo documental que le dedicaron en el canal de YouTube Archipel. Sus palabras para relatar el trato recibido fueron bastante duras: sin pelos en la lengua, el creativo japonés dijo que la empresa norteamericana les mintió para apropiarse del proyecto y convertirlo en algo muy distinto a lo que iba a ser. "Cuando lo pienso, me arrepiento mucho de ese título", sentenció.
Para el público que esperaba Kurayami, Shadows of the Damned fue una pequeña decepción. Para aquellos que no sabían nada de la idea original, el shooter de Grasshopper Manufacture y Electronic Arts fue una experiencia que cumplía, aunque sea alejaba bastante de ser tan memorable como, por ejemplo, Killer 7. Y ahí pareció quedarse la cosa, quitando los testimonios posteriores.
Venganza y reivindiación a través de No More Heroes
Si has jugado a Travis Strikes Again: No More Heroes, sabrás que uno de los villanos principales de la historia actual de Travis se llama Damon Riccitiello (o Damon Ricotello en No More Heroes 3). Que tenga el mismo apellido que el antiguo CEO de Electronic Arts (John Riccitiello) va mucho más allá de un simple gag o cameo, sino que está en el centro temático de la obra.
Pese a tener la locura habitual de Travis Touchdown en su sangre, Strikes Again es un título autorreferencial a tope. Recoge los videojuegos del llamado "Sudaverso" para guiar al jugador por una narrativa muy personal en la que no podía faltar este desastroso episodio de la vida del autor. A través de la figura de la Doctora Juvenile, una desarrolladora de videojuegos que sufre la traición y el abuso de Damon Riccitiello, Suda51 va un paso más allá y se plasma a sí mismo en la obra, así como retrata al ex-ejecutivo de EA.
El tema no se queda solo ahí, sino que incluso trasciende a uno de los apartados más técnicos del juego. Una de las cosas de su material promocional que más me extrañó fue el énfasis en el uso de Unreal Engine para crear el título. Siendo, en su momento, exclusivo de Switch, me planteé que fuese una manera de presumir de tecnología, pero eso no podía estar más lejos de la realidad. Y es que actualmente Riccitiello ya no trabaja en Electronic Arts, sino que es el presidente de Unity. A su manera, esto fue otro corte de mangas más al ejecutivo norteamericano
Eso sí, decir que el título trata únicamente sobre su roce con el empresario sería quedarnos en la superficie. Aliándose con Devolver Digital y llenando el juego de referencias a muchísimas obras indie, Travis Strikes Again es una protesta contra la industria triple A como conjunto. Una reivindicación de la visión del autor y el potencial artístico del medio por encima de los negocios multimillonarios y los estándares imposibles de alcanzar sin hacer sacrificios desmedidos a nivel humano.
Diferencia de perspectivas: el público vs. el creativo
Siempre que he visto esta historia mencionada, una de las reacciones que se han repetido es la sorpresa al ver que Suda no había "superado" esto. "Pero esto fue hace un montón de tiempo, ¿por qué no pasa página?", es una pregunta recurrente que quizás tú también te hayas hecho. Pero creo que es importante reflexionar sobre lo separados que estamos los jugadores de las obras y sus creativos, por mucho que nos puedan gustar ambos.
Los negocios acabaron por sobreponerse a su visión artística y lo obligaron a sacrificar su identidad como creador.
Para mí, Shadows of the Damned fue una obra guay que podría haber sido mejor. Me encantaría poder disfrutar del Kurayami original que Suda tenía en su cabeza, pero no es algo que me quite el sueño por muy fan suyo que sea. En ese aspecto, que su desarrollo no haya sido lo que se suponía que iba a ser no se ha convertido en un aspecto formativo para mí, y eso es normal. Por otro lado, para el creativo japonés la experiencia no podría haber sido más distinta. Tras años de volcarse y planear una nueva historia, esta fue cambiada y distorsionada en contra de su voluntad y habiéndosele mentido con un solo objetivo: el dinero. Los negocios acabaron por sobreponerse a su visión artística y lo obligaron a sacrificar su imaginación y su identidad como creador.
Como fan de este director y productor, no puedo evitar sentirme contento al ver que se han llevado a cabo auténticos milagros alrededor de sus obras. La localización de The Silver Case, el remake de The 25th Ward, dos nuevos juegos de No More Heroes y una supuesta nueva versión de Flower, Sun and Rain son cosas que habría dado por imposibles hace 10 años. Está claro que los tiempos han cambiado y, pese a que no me hago ilusiones en cuanto al corporativismo del videojuego a día de hoy, sí que hay una tendencia mayor a respetar la visión del autor y tomarse este medio como lo que es: una herramienta muy potente para contar historias, transmitir sensaciones y conectar a través de lo interactivo.
Ver 1 comentarios