Con el ruido que ha hecho la llegada de Elden Ring, es más que normal que muchas personas se estén interesando por el juego y decidan comenzar una nueva aventura en él. Las Tierras Intermedias han dado la bienvenida a millones de personas en los últimos días, y entre ellas hay todo tipo de jugadores.
Algunos ya han vivido en sus carnes todas las trampas que FromSoftware y su director estrella, Hidetaka Miyazaki, han usado en los últimos años. Otros quizás no estén tan curtidos en este género, pero sí que han hecho sus pinitos en Lordran, Lothric o Yharnam. Por último, están aquellos que, simplemente, llegan puros e inocentes a Elden Ring, llenos de curiosidad, pero también sin saber muy bien qué esperarse.
En nuestro equipo tenemos a un novato absoluto y a un veterano con años de experiencia, y hoy vamos a ver cómo han encarado ambos la salida del nuevo action RPG de FromSoftware del que todo el mundo está hablando. ¿Varía mucho la experiencia inicial de Elden Ring de un caso al otro?
Alberto Lloria, de profesión: novato
¡Ah, Elden Ring! Un título esperado por muchos jugadores de un género odiado por otros tantos. La dificultad es algo inherente a los soulslike y hasta yo como observador imparcial de todo lo que ha estado sucediendo con las IPs de FromSoftware, comprendo el desafío que el estudio nipón crea con sus juegos. Como habéis podido intuir por mis palabras —ya no hablemos del titular que corona estas líneas— no soy un jugador cercano al género.
Sí, he seguido su desarrollo y más de una vez he tenido la imperiosa necesidad de lanzarme a ellos, pero quitando mi pequeñísima experiencia con Dark Souls 3, he seguido este partido desde la grada. No obstante, el boca a boca, la expectación antes mencionada y la novedad me han hecho dar el salto a este Elden Ring, el llamado a ser "juego más importante de FromSoftware y una de las mayores y mejores apuestas de la historia".
No tengo bagaje suficiente para afirmarlo, tampoco negarlo, pero lo que sí puedo decir es que Elden Ring es curioso, cautivador y, hasta podríamos decir, terrorífico para el usuario novato. Como espectador del fenómeno Souls, no he sido ajeno a los memes, bromas y mensajes alarmistas de "son juegos difíciles y no para todo el mundo". Mi primer contacto con el juego ha sido de temor. Hablamos de un título que para el jugador primerizo tiene un aura de peligrosidad incipiente a cada metro que andas. Mis primeros pasos en Elden Ring han sido con escudo y espada en alto, con el temor a un enemigo escondido y la duda sobre si he escogido la clase correcta.
Bueno, mis primeros pasos han sido, obviamente, para morir. Elden Ring es un duro maestro, ya no digamos el Centinela Agreste, primer enemigo de verdad que te encuentras y el que considero yo como verdadero tutorial del juego. Morir acompaña a una experiencia de este tipo, sí, pero su mundo abierto tiene otra opinión que dar. Me considero curtido en los mundos abiertos —de otras franquicias y juegos, claro está— y el tratamiento del mismo género en Elden Ring ha sido curioso.
Y es que eso es lo que he sentido, curiosidad. De base, entiendo que la mecánica jugable de los soulslike no se presta a albergar un mundo "vivo" —entendiéndolo como lleno de cosas que hacer, cientos de NPCs que visitar y misiones que completar—, pero es un patio de recreo donde se me ha dejado libre para jugar, en el mejor sentido posible. Parte de esa sensación de zona de juegos ha venido dada por un esquema de sandbox tradicional, con sus viajes rápidos y un mapa abriéndose poco a poco conforme avanzaba, mezclado con la buena mano de Miyazaki y su equipo.
El concepto de "libertad guiada" ha sido tremendamente satisfactorio para un novato como yo
Hay mucho abierto al jugador sin un camino prefijado, aunque sí hay cierta linealidad. No hay enemigos imposibles, pero sí necesarios para avanzar. Podemos ir por donde queramos, pero el juego siempre acabará llevándonos por donde quiere sin ser intrusivo. Esas dos frases, el concepto de "libertad guiada", han sido tremendamente satisfactorias para un novato como yo. Elden Ring es difícil, sí, pero también benévolo —dentro de lo que buenamente puede—. Los lugares de gracia, por ejemplo, esas pequeñas pausas para respirar y "guardar la partida" son variadas a lo largo del mapa, pero están diseminadas con cuidado y un pulso espectacular.
En líneas generales, y antes de pasar el testigo a mi compañero y querido Iván Lerner, si hay algún novato leyendo esta pequeña disertación sobre los primeros pasos de un miedica por las Tierras Intermedias, sabed que no es imposible. Elden Ring tiene muchos calificativos y no es difícil porque sí. Estas primeras horas han hecho que deseche esa idea preconcebida de dificultad extrema. ¿He muerto? Sí ¿Seguiré muriendo? No tengo dudas de ello, pero tampoco dudo de estar ante un must, un juego imprescindible que, por lo menos, vale la pena probar.
Iván Lerner, ahora vive en las Tierras Intermedias
Llevo jugando a los Souls desde que Demon's Souls llegó a PlayStation 3. Viéndome atrapado por los mundos de fantasía medieval oscura de FromSoftware, sin quererlo ni beberlo se ha convertido en una de las franquicias clave para mí. Entre ese título, la saga Dark Souls, Bloodborne y Sekiro: Shadows Die Twice, estoy seguro de haber pasado ya el umbral de las 1.000 horas, así que creo que tengo las credenciales para considerarme veterano de la saga ya.
Como era de esperar con mi currículum, cuando From anunció Elden Ring, yo ya tenía claro que su lanzamiento iba a ser uno de los eventos más reseñables del año en el que saliera. Y, bueno, ha sido así, soy una de esas personas que ha hecho que el juego batiese récords en Steam. Llevo desde el viernes pasado enganchado a este juego, sumergido en las Tierras Intermedias y he de decir que para una persona curtida como yo, este título es de lo mejor que he vivido en años. Y es que la mezcla de familiaridad y descubrimiento que ofrece es una sorprendente maravilla.
Durante sus primeras horas, me vi en un proceso de adaptación constante, pues los elementos que suma este título a la fórmula de From son, francamente, fascinantes. El mundo abierto, su mayor novedad, me cogió completamente desprevenido, pero para bien. Estaba acostumbrado a tener un objetivo claro y un par de caminos que usar para llegar allí, así que, en cuanto me dieron la oportunidad, me fui a donde Cristo perdió el mechero. En este aspecto, se mezclaron dos sensaciones: estar maravillado ante lo revolucionaria que me parece la ejecución de su no-linealidad, pero a la vez sentir que todo esto ya lo conocía, aunque en el buen sentido. Descubrir el castillo de Morne o las ruinas del bosque del semi-humano fue algo fascinante, pero una vez allí, encaré todo con la misma familiaridad con la que voy a comprar el pan cada día.
Sí, los juegos de From son complicados, pero, una vez aprendes su lenguaje, empiezas a tratarlos de tú a tú, y eso es lo que me pasó con Elden Ring. Lo que al principio eran misterios o inseguridades, rápidamente pasaron a ser elementos más de mi viaje. El Centinela Agreste es un enemigo formidable, sí, pero no es nada que no haya visto antes. El Castillo de Morne es un lugar lleno de peligros, pero son parecidos a los que he pasado decenas de veces. Al no tener que aprender muchas de las bases del título, sus sistemas, digamos, exclusivos no me supusieron un periodo de adaptación muy largo, sino que fueron algo que interioricé sobre la marcha. Bueno, algunos, los más importantes.
Aunque piense que Elden Ring es mucho más que un Dark Souls 4, me es natural jugarlo como si de verdad lo fuera
Y es que tener tanta experiencia en los títulos más lineales de From me presentó un efecto secundario que no esperaba para nada: he ignorado sistemáticamente algunas de sus mecánicas y sistemas sin proponérmelo. Si bien al principio hacía uso de recursos como el sigilo, las Cenizas de espíritu o el crafteo, poco a poco fui transicionando a mi estilo de juego habitual. Irónicamente, aunque piense que Elden Ring es mucho más que un Dark Souls 4, me es natural jugarlo como si de verdad lo fuera. No sé si será un tema mío o algo generalizado entre los veteranos, pero sé que, si decide seguir, Alberto seguramente utilice muchos más recursos que yo en su aventura, y eso me parece de lo más curioso.
Por otro lado, mi aventura ha estado llena de referencias, guiños y elementos que, de otra manera, habrían pasado por encima de mi cabeza. Mi arma de confianza, la Claymore, vuelve a estar en mis manos; y muchos patrones de ataque e incluso enemigos como tal me han hecho decir "Ah, esto lo conozco de...". También he caído en trampas diseñadas exclusivamente para veteranos, como me ha pasado con algunos de sus NPCs. Eso sí, no me arrepiento de nada, me habría dado mucha pena perderme semejante trolleo a los fans de los Souls.
Total, que desde aquí lo que veo es un título altamente disfrutable, tanto para los más novatos como para aquellos que ya nos hemos arrastrado por todos los juegos de la saga. Estoy disfrutando inmensamente de mi aventura, sí, pero también me encanta estar leyendo a las personas con menos bagaje que yo. Ver como empiezan a entender el juego, comparten las trampas que se han comido con una mezcla de indignación y humor o alucinan cuando se dan cuenta de algo superútil y mega obvio para veteranos que ellos no sabían es, de lejos, lo mejor que se puede dar en la comunidad de este tipo de juegos.