Dice Steam que llevo unas 16 horas jugadas a Lost Ark, pero es mentira. Solo he jugado seis. El resto de ese tiempo lo he pasado en la pantalla del título del exitoso MMORPG coreano, escuchando el graznido de las gaviotas que suenan de fondo mientras hago de todo, menos jugar. Por ilustrar un poco cómo está el tema, he llegado al extremo de entretenerme sacando pantallazos a los números curiosos que me iban asignando en la cola de espera. De locos. Ahora bien, si estoy dispuesto a hacer esta clase de payasadas es porque el juego lo merece de verdad.
En el momento de escribir estas líneas, la ficha de Lost Ark en Steam recoge 1940 reseñas de usuario, el 96% de las cuales son positivas. Es un caso inaudito: apenas seis meses atrás, New World —también editado por Amazon Games— fue castigado hasta la media "mixta" en la misma tienda ¡con los servidores como culpables, precisamente! Incluso el intachable Final Fantasy XIV: Endwalker recibió un aluvión de críticas a raíz de lo que los usuarios tardaban en iniciar sesión con sus personajes.
¿Cómo se explica esto? ¿Por qué surgen críticas con otros juegos saturados y en este no? Tengo una hipótesis: Lost Ark ha acumulado tantas reseñas positivas antes de su lanzamiento, que las probabilidades de que ocurra algo lo suficientemente grave como para bajar la media son bastante bajas. Y es que, como bien explica nuestro compañero Iván Lerner, Smilegate tiene cierto recorrido con el juego. Triunfando allá donde pisa, el estudio coreano ha recorrido un camino de rosas con su MMORPG.
Por ilustrar un poco el asunto, la primera vez que vi Lost Ark en acción fue a través de un tráiler que subimos a la web de 3DJuegos en 2014. Entre los comentarios de foreros que llegaban en aquel momento se podían leer cosas como "jo*** tiene muy buena pinta", "me acabo de venir muy arriba" o "pintaza no, lo siguiente" por decir algunos. El juego no salió en Corea hasta cinco años más tarde, pero con resultados tan buenos que tan pronto como se expandió hasta Rusia, muchos aficionados de todo Occidente comenzaron a jugar allí mediante VPN —algo que iba contra los términos de servicio.
Dicho de otro modo, había un hambre atroz por Lost Ark, que además era fácil de entender. El género de la acción RPG con vista isométrica nunca ha tenido ese "acabado triple A" que impresiona en lo visual y sienta genial a lo narrativo. Su combate es genial, también: cada habilidad tiene un enorme abanico de posibilidades de personalización y los combos son súper dinámicos. Olvídate del típico spam de magias, aquí tienes que pensar bien cuándo tienes que presionar cada tecla en el mejor momento porque de lo contrario te toca lidiar con unos tiempos de recarga draconianos.
Sin nada que envidiar a los juegos de Diablo, con una puesta en escena impresionante y tal expectación, Smilegate solo tenía un desafío: apostar por un modelo de negocio razonable. Occidente no se rige por las mismas normas que Corea, de tal forma que allí es del todo admisible esperar (entre otras cosas) que los jugadores paguen las mejores armas con dinero real. Aquí llamamos a eso pay to win, sí; y el compendio general es que está feo. Pero es que hasta en eso ha funcionado. Decía el director Keum Kang Sun, que para llevar Lost Ark a Occidente tendrían que rebajar numerosos aspectos de monetización a sabiendas de que amasarían menos dinero.
Un sacrificio, en favor del respeto y el cariño de los fans a la larga. El Naoki Yoshida coreano, lo llaman en Reddit.
Es como si hubiésemos metido en un cazón todos los ingredientes del éxito. Casi cuesta creerlo. En lo personal, creo que lo mejor de Lost Ark es la sensación de tener un juego terminado desde el primer día. Tiene raids de varios tipos, actividades secundarias, mascotas, monturas y prácticamente todas las cosas que le pedirías a un MMO tradicional. Sólido, sin brechas aparentes en la economía o el equipamiento. Y eso es raro. De forma orientativa, New World se estrenó sin siquiera un menú de emparejamiento para entrar en las mazmorras. Este, por supuesto, tiene años de experiencia "invisibles" para muchos de nosotros. Diría que Lost Ark tiene un gran futuro por delante porque es un caso único.
Largamente esperado, accesible para todos, y si te enganchas a él —lo cual se da casi por descontado, más allá de las misiones secundarias genéricas— no tienes que esperar meses o años a que se encuentre en buenas condiciones.
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