Los videojuegos, y sobre todo la violencia dentro de ellos, lleva siendo objeto de debate y censura casi desde que el mundo es mundo. Muchos estudios se han hecho al respecto, llegando a conclusiones diversas, pero quizás el lugar donde ocurrió el debate más fuerte sobre este asunto fue el mismísimo Senado de Estados Unidos. ¿El culpable de todo esto? Un título noventero llamado Night Trap.
Puede que el nombre de este título ni te suene, y no se me ocurriría culpable si es el caso. Night Trap es un videojuego de 1992 desarrollado por la compañía norteamericana Digital Pictures y editado por SEGA, que en aquel momento buscaba expandir su mercado internacional con una fuerte presencia en EEUU y estrenos diversos en la SEGA CD.
A nivel de jugabilidad, Night Trap no es nada del otro mundo. Forma parte de la cantidad de títulos que utilizaban solo escenas con actores reales pregrabadas y menús para tomar decisiones. Es, a todos los niveles, un típico "elige tu propia historia" con escenas FMV, algo que últimamente casi no se ve, pero que en los principios de los 90 era muy común, llegando incluso a salpicar a franquicias como Los Expedientes X.
Entonces, ¿qué pasa con Night Trap? ¿Por qué es un juego tan importante y qué es lo que nos ha dado? Pues bien, resulta que en esa década, sobre todo en el país norteamericano, una gran preocupación era la de los efectos de la violencia en los videojuegos. Al contrario de lo que pasa hoy día, el medio estaba considerado como algo para niños, y cualquier cosa que no estuviese adaptada a los infantes se veía rodeada de polémica.
La aventura FMV te pone a los mandos de una peculiar operación: vigilar la residencia de la familia Martin por medio de cámaras, a la vez que operas un bizarro sistema de trampas que cubre toda la casa. Tu misión será la de salvar a las chicas adolescentes que se dirigen a la residencia activando esos sistemas cuando sea necesario. Por si esto no fuese lo suficientemente excéntrico, la familia Martin y sus asociados son todos vampiros que quieren succionar la sangre de sus víctimas utilizando una extraña máquina. Como puedes ver, Night Trap no podría ser más serie B noventero ni por accidente.
Aunque todo esto suene bastante ridículo, hay que tener en cuenta que en los 90 no solo rondaba mucha deinformación sobre la violencia dentro del entretenimiento como tal, sino que tampoco había costumbre de verla de manera fotorrealista dentro de los videojuegos. El hecho de que hubiese una máquina para succionar sangre y violencia siendo potencialmente ejercida sobre adolescentes fue más que suficiente para que el juego acompañase al polemiquísimo Mortal Kombat al Senado de los Estados Unidos en un debate que cambiaría la industria para siempre.
El pleno, liderado por los senadores Joe Liberman y Herb Kohl fue cubierto por todos los periódicos mayoritarios del país, y se centró en tratar estas dos obras de inmorales, llegando incluso a citar a los creadores de Night Trap a declarar, mientras que se arremetía contra los videojuegos. Hablando de sus escenas, y en especial una de uno de sus personajes huyendo en camisón de los vampiros, Liberman atacó sin piedad al juego, incluso alegando que había objetivos sádicos y sexuales tras su premisa. Estas acusaciones, motivadas ya sea por la ignorancia o por la malicia, tuvieron tanto impacto que las tiendas prohibieron su venta poco después del suceso político, pese a que su creador intentó defender su obra sin mucho éxito.
A posteriori, en un documental corto llamado Dangerous Games, sus propios creadores defendieron la obra explicando que el objetivo del juego era ayudar a las chicas, no hacerles daño, como intentaron hacer saber en la sesión del senado. Además de esto, recalcaron que su equipo intentaron que nada fuese realista, dándole ese toque de cine B (o incluso Z) que era cutre hasta para época. El juego cinemático era, de hecho, mucho más manso que Mortal Kombat, pero sufrió unas consecuencias mucho más graves que el título de peleas, que continuó comercializándose sin problemas.
Al final, to do esto acabó con convertir a Night Trap en un juego marcado por la polémica, cuya carátula (la cual también terminó siendo criticada con alegaciones de sexismo) ningún vendedor quería tener en su expositor. SEGA, tras ver cómo se le daba la espalda de manera sistemática tras todo el alboroto, optó por retirar el juego del mercado, aunque se recalcó que era una obra completamente malinterpretada. El título acabó llegando a distintas plataformas, como ordenadores a través de MS-DOS, pocos meses después, aunque nunca recuperó la relevancia ni su espacio en escaparates, siendo condenado a ser una obra todavía más de nicho que antes.
Tomando este debate como referencia, se creó la ESRB
La mayor consecuencia de todo esto no tiene que ver con el estrambótico juego FMV de serie Z, sino con el efecto dominó de acontecimientos que comenzó en este pleno. Un año más tarde, tomando este debate ignífugo como referencia, se creó la ESRB, agencia que tiene como cometido asignar calificaciones por edad a en EEUU, Canadá y Mexico, y que a día de hoy condiciona muchas decisiones creativas en el desarrollo de videojuegos occidental, especialmente en la esfera de lo triple A. Esta organización, además, ha promovido el uso de los videojuegos como un hobby sano, especialmente para los más pequeños, creando un público más informado y tolerante con el medio.
Como pequeña anécdota final, cabe destacar que la propia Nintendo intentó sacar rédito social de todo este asunto alegando que Night Trap nunca podría jugarse en una consola de la Gran N gracias a su control de calidad y contenido, echando por tierra a la que, por aquel entonces, era su rival más potente. 25 años más tarde, el juego fue reeditado e irónicamente lanzado para Switch, además de otras plataformas.
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