Se puede decir muchas cosas de Call of Duty: Warzone. Todos sabemos que es un título muy famoso, que está reportando millones de dólares en ingresos diarios a Activision y también está plagado de hackers y malos jugadores. También conocemos la situación actual del binomio empresarial de Activision-Blizzard, pero lo que no sabíamos es que lleva tres años en una pelea constante con un pequeñísimo estudio de videojuegos formado por tres únicos trabajadores.
Estamos hablando de Warzone, pero no el de Activision, sino el del desarrollador Randy Ficker, más conocido como Fizzer. Este usuario, amante de los videojuegos de estrategia y de aquellos juegos de mesa como Risk, se animó en 2008 a realizar WarLight, un título que rescataba lo mejor del juego de mesa de Hasbro y lo llevaba al entorno digital. Después de eso, Fizzer se alió con Chris Haigh para componer la música del juego, Sam Trout en la dirección artística, y la compañía de geolocalización MaxMind para los mapas del juego.
Así nacería Warzone en 2017, una evolución lógica de WarLight que ha enfrentado a estos desarrolladores con una gigante como Activision. Si echamos la vista atrás, el lanzamiento de Call of Duty: Warzone llegó 2 años después del Warzone de Randy Ficker. Éste battle royale se erigió como la gran promesa de Activision tras los buenos resultados que vio Blackout, la vertiente multijugador masiva de Black Ops 4.
No obstante, es de todos sabido que compañías grandes como Activision o Rockstar —quien recientemente se enzarzó en una lucha de derechos de la marca Take Two contra el videojuego It Takes Two— suelen guardar con recelo sus nombres comerciales. Así pues y según cuenta Randy Ficker al medio The Gamer, recibió una demanda con fecha de 2020 por "tener un juego con el mismo nombre que el de ellos".
"Están tratando de que un tribunal declare que no tengo derechos sobre la palabra 'Warzone', para así hacer que Activision obtuviera la marca registrada. Según la ley de marcas registradas, quien usa la palabra primero obtiene los derechos sobre ella", añade Ficker. Obviamente, lo que no se esperaba Activision en 2020 es que alguien tan pequeño dentro de esta enorme industria como Randy Ficker, les plantase cara.
Así pues, el año pasado este desarrollador reclamó para sí mismo el nombre de la marca comercial Warzone alegando que su juego se había desarrollado dos años antes que el battle royale de Activision. Como era de esperar, la respuesta del gigante no fue una demanda, sino una compensación de 10.000 dólares a cambio de que éste cediera su derecho. The Gamer adelanta que esta cantidad era irrisoria pues no llegaba a cubrir los gastos que Ficker había tenido para registrar la marca, por lo que Activision recurrió a sus abogados.
"Saltaron directamente a demandarme. No hubo otras ofertas"
"Saltaron directamente a demandarme. No hubo otras ofertas", adelanta el desarrollador. De hecho, lo peor de la demanda no es el hecho en sí sino perder tiempo en lo que más le gusta: desarrollar videojuegos. "Cada minuto que dedico a este caso es un minuto en el que no estoy trabajando en el desarrollo de mi juego".
Por el momento, la situación de Ficker y su videojuego está en el aire. Es curioso ver a un gigante como Activision reclamar un nombre registrado antes incluso de que ellos hubieran lanzado su título. No obstante, gane o pierda el juicio es muy probable que Activision reclame a la corte el pago por parte de Randy Ficker de los honorarios de sus abogados. Mientras tanto, el propio desarrollador ha abierto una campaña en GoFundMe para el apoyo del creador que, al menos por el momento, es un éxito con 29.306 dólares recaudados.