Activision está en boca de todos desde hace varios meses. A la propia compañía le gustaría que esto significase que los medios hablamos bien de ella, pero la realidad es completamente diferente. Abusos, despidos, sueldos elevados y un futuro incierto pesan como una losa sobre el estudio estadounidense desde comienzos de este año, y hoy vuelve a copar los titulares con una ola de despidos en el estudio Raven Software.
Este estudio norteamericano de 173 trabajadores no es nuevo en la industria, ni mucho menos. Raven no solo ha colaborado en la franquicia Call of Duty desde el primer Black Ops como un estudio de apoyo, sino que su historia se remonta a Hexen, el título de Sega Saturn y Nintendo 64 que hacia uso del motor del original DOOM. No obstante y a pesar de que es el estudio responsable del desarrollo actual de Call of Duty: Warzone, Activision ha despedido a más de una decena de trabajadores encargados del control de calidad durante el pasado fin de semana.
Al margen de esto, varios de los trabajadores que aún mantienen su puesto de trabajo se encuentran en una incertidumbre desde el pasado viernes. Según los trabajadores, Activision anunció que entre el día 8 de diciembre se comunicarían nuevos despidos dentro de Raven Software. No obstante, aquellos que se queden recibirán una mejora en sus condiciones de trabajo que se traduce en 1,50 dólares más a la hora, además de bonificaciones y beneficios.
Austin O'Brien, uno de los trabajadores despedidos, comentó en Twitter las falsas promesas que desde Activision se les hacía: "A mis amigos del departamento de control de calidad de Raven se les prometió, durante meses, que Activision estaba trabajando en una reestructuración salarial para aumentar sus sueldos". Por otro lado, una de las trabajadoras que está a la espera de las decisiones de la compañía ha comentado al The Washington Post que "la mayoría de los empleados de Activision sabemos que somos prescindibles, pero cada vez que despiden a más gente es un gran recordatorio".
Cabe destacar que Call of Duty: Warzone es el desarrollo más importante dentro de la franquicia para el estudio Raven Software. Si bien su desarrollo fue en colaboración con Infinity Ward —mientras éste trabajaba en Call of Duty: Modern Warfare (2019)—, Raven se encarga del mantenimiento, actualización y depuración del juego. Según los últimos datos publicados, el trabajo del pequeño estudio habría reportado a Activision unos ingresos de 1.930 millones de dólares.