Ni jefes ni cazadores o cazadoras: en Hunt: Showdown lo que más vas a matar son zombis, perros, colmenas, acorazados... En definitiva, los monstruos más comunes a este lado del Mississippi. Ahora que toca nuevo evento y nuevo mapa seguro que entras a curiosear por aquí, y querrás saber cómo despachar eficientemente a estas criaturas.
Tienes suerte, porque hoy nos hemos levantado con ganas de compartir los secretos de cada moñeco, desde sus fortalezas y debilidades a su forma de moverse y gustos culinarios. Sigue leyendo, ¡que el tour por los bayeux empieza ya mismo!
¿Por qué no debes ir disparando a todo lo que se mueve?
A ver, tienes que adaptarte a cada enemigo por tres razones muy simples: ahorrar munición, no cabrear a los inmolators y no hacer ruido. Ahora, que a la hora de la verdad, lo único que deberías hacer es llevar un arma cuerpo a cuerpo para no dedicar tanto espacio de tu inventario a matar criaturas comunes.
Lo importante es acabar con los cazadores y con los jefes, por lo que lo más recomendable es un cuchillito que usar para la mayoría de los monstruos. También te sirve para cuando tengas a mano a los cazadores enemigos. Un puñal en el ojo de un jugador enemigo quita mucha tontería, ya verás. ¿Otras opciones buenas? El puño de hierro o la variante con pincho.
Es importante aprender a adaptarse para transitar por estas tierras de la manera más eficiente posible. Además, que matarlos es lo que más haces en cada partida. A menos que vayas de pacifista y no te gusten los puntos de experiencia, si por lo que sea mueres y no has matado ninguno sentirás que has perdido el tiempo. ¡Sigamos!
Los brutos (o zombis de toda la vida, leñe)
Son muy sencillos de matar, sobre todo con un cuchillo. Carga tu ataque y apunta a la cabeza para eliminarlos rápidamente. Cuidado con las hordas, eso sí, pero si te ves arrinconado o arrinconada, no te lo pienses dos veces y sube a alguna bala de heno o entra en algún edificio cerrando puertas. No pueden seguirte en esos casos.
Tu mayor preocupación con estos es quedarte sin resistencia, aparte de los ataques de los que llevan armas como los cuchillos de carnicero, o los de la variante médico, que hacen daño de veneno. Igualmente, llegados a un punto, es fácil matarlos sin sentir.
Las colmenas
Estas enemigas son las únicas con ataque a distancia, pero son muy molestas, y pueden ponerte en un aprieto. Cuando te tienen a la vista, lanzan un ataque con moscas venenosas que te van quitando vida e impiden que te cures. Puedes golpearlas para quitártelas de encima, pero la forma más sencilla de parar su daño es acabar con la colmena de origen.
Un golpe en la cabeza es suficiente para detenerlas. Ve corriendo hacia ellas sin dudarlo para poder alcanzarlas. El problema, claro, es cuando no las tienes a mano. En tal caso, usa tus cuchillos arrojadizos o una bengala si necesitas matarlas. Si cuando te vean ya te estabas yendo de un complejo, sigue corriendo; ¡ya se cansarán las moscas!
Cómo acabar con los Perros infernales de Hunt
Van en grupos de dos o cuatro. Son rápidos, no quitan mucha vida al atacar, pero hacen daño sangrante... y van en grupos, repetimos. Suelen percibirte con facilidad y no tienen problema en ir a buscarte. Algunos llevan cascos de hierro y aguantan bien los tiros a la cabeza, así que saca tu cuchillo, carga el ataque y vuélvete loco o loca.
Tampoco saben subir a balas de heno, ni superar vallas, así que tenlo en cuenta cuando necesites respirar y rellenar la barra de resistencia.
Los acorazados normales y los de concertina
Estas criaturas dejan de ser un reto cuando descubres que cualquier arma de cuerpo a cuerpo sirve para plantarles cara. Cualquier golpe de estos hace que se tambaleen, así que te da tiempo para seguir atacando. No obstante, enfrentarte a uno de estos suele agotar tu barra de resistencia, por lo que si tienes prisa quizá quieras optar por lanzar un farol o una bengala.
En el caso de los de concertina la cosa se complica, porque atacarles cuerpo a cuerpo implica salir sangrando al primer golpe. En este caso tu mejor amigo será, efectivamente, el fuego, a no ser que lleves un revolver silenciado con balas de veneno... pero eso es una historia para otro día.
Los inmoladores
Puede que los inmoladores sean rápidos, ruidosos, estén hechos de fuego y sean una bomba incendiaria de relojería andante, pero en cuanto te aprendas la regla de oro verás que no son para tanto. ¡Mientras no les dispares o reciban daño punzante o cortante, no explotarán! Prueba a atacarles con la misma culata de tu arma y verás cómo caen.
Si por lo que sea hay un accidente y el inmolador de turno explota y empieza a correr, date prisa y acaba con él, porque son máquinas de matar muy peligrosas.
Demonios acuáticos
Aquí entramos en otro terreno. No son tanto enemigos como trampas muy poco oportunas que se encuentran en el agua. Ahora, hay que tener en cuenta que son ruidosos, así que evita pasar por donde habitan si quieres ir en silencio.
Si necesitas pasar por ese lugar sí o sí, corre si se trata de un riachuelo, o mátalos con armas silenciadas en el caso de que sea una masa de agua más respetable.
Cacho carnes y sanguijueglas
Estas criaturas hacen un combo peculiar. Los cacho carnes (¿o cachos carne?) son enormes bestias ciegas que dependen de los ataques de las sanguijuelas para verte, pero no únicamente sus ataques. ¡La clave es que solo nos ven si estamos envenenados o envenenadas!
Es fácil escapar de ellos, porque son lentos y no pueden saltar vallas. El mejor acercamiento con ellos es ignorarlos, en realidad. Si por lo que sea se encuentran sobre una pista, te tocará usar fuego o explosivos, o una buena arma de cuerpo a cuerpo y disparar con tu silenciada. De verdad, no te enfrentes a ellos a menos que sea necesario (o que tengas un reto a la vista).
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