El último boletín semanal de Bungie trae consigo noticias agridulces sobre los contenidos de Destiny 2: tal y como se había insinuado previamente —en realidad, también se había filtrado junto con información de The Witch Queen— la expansión Forsaken, lanzada entre críticas muy positivas en 2018, se marchará al depósito de contenidos del estudio washingtoniano (DCV) en febrero para acomodar las nuevas localizaciones y actividades.
Para ser del todo precisos, no todo el material del Año 2 se marchará tan pronto como TWQ llegue a nuestras manos: ese día, tocará despedirse de la campaña y de la Costa Enredada, así como algunas actividades de temporadas del Año 4; pero la Ciudad Onírica seguirá entre nosotros durante el futuro previsible, junto con actividades concretas como los campos de batalla cabal, que pasarán a integrarse en la misma lista de juego que los asaltos de la Vanguardia actuales.
La buena noticia detrás de todo esto es que el próximo 7 de diciembre, la campaña de Forsaken pasará a ser temporalmente gratis (o "free-to-play", más bien) para todos los jugadores que aún no hayan tenido ocasión de conocer aquel pasado oscuro entre Cayde-6 y Uldren. Hay una buena razón por la que pongo comillas, y es que ciertas partes de la expansión, como la incursión Último Deseo o las piezas excepcionales, se integrarán en un DLC menor para complementar la experiencia. Un DLC creado a partir de material de una expansión, sí, has leído bien.
Siempre será doloroso decirle adiós a ciertos contenidos a los que tenemos cariño, pero Bungie defiende que el ir y venir de estos ayuda mucho al equipo con cuestiones técnicas: gracias a esto, los padres de Halo tendrán espacio suficiente para ofrecer el Mundo Trono de Savathûn con The Witch Queen, así como el material de la temporada que debutará cuando llegue el momento. En definitiva, tendremos muchas cosas que hacer cuando Forsaken desaparezca.