Puede que a estas alturas ni lo recuerdes, pero Chorus —o Chorvs, como dice la portada; un truco de fuentes de texto muy bonito pero tremendamente irritante para los que trabajamos con buscadores— se anunció durante la Gamescom 2020. Por aquel entonces quedó patente que era un juego de naves bien mimado en el apartado técnico y también en el narrativo.
Todo esto suena muy bien, siendo sinceros. El único problema es que hablamos de un género de nicho y en ese marco, cuesta conseguir la atención del personal, incluso tratándose de una de las mayores ferias de la industria. Dicho de otro modo, no tengo ni idea de cuántas personas recordarán Chorus o cuántas lo habrán colocado en la lista de deseos de Steam. Sospecho que pocas. Y creo que merece más. Permíteme contarte por qué.
La semana pasada, varios miembros de la prensa internacional entre los que se incluye 3DJuegos PC tuvimos ocasión de aprender más del juego directamente de sus responsables, el equipo germano de Fishlabs, e incluso probamos una demo in media res cuidadosamente diseñada para mostrar un poco de cada punto clave del programa. Como puedes intuir, me ha gustado tanto que desearía que hubiera más atención en torno a esta producción de Deep Silver.
Naves, piratas y cultistas espaciales
Debo admitir que, en realidad, no soy particularmente devoto del pilotaje espacial. Solo llevo unos pocos de esos a mis espaldas. He jugado a Star Citizen como parte de un voluntarioso ejercicio de apreciación, aunque Star Wars: Squadrons me gustó más por la ambientación y el enfoque del combate. Chorus no es como ninguno de esos. Si tuviera que compararlo con algo, sería con Everspace 2.
Chorus no entiende de simulación: es un arcade puro y duro que trata de ofrecer energía y carisma. Tiene una historia atípica, una estética más o menos diferenciadora, así como un mapeado grande y abierto pensado para albergar misiones principales, secundarias e incluso algunas recompensas.
En Chorus controlamos a Nara, una ex-cultista (la más poderosa de los suyos) de la sociedad conocida como "el Círculo" que ahora lucha contra la tiranía de su mandamás, al que llaman Gran Profeta. Para lograr su cometido, cuenta con el apoyo de la nave sintiente Forsaken. Un poco así como BT-7242 en Titanfall 2, solo que esas son palabras mayores, claro.
¿Todo bien hasta aquí? Bien. En mi opinión, eso sí, lo que lleva este título a un primer plano frente a otros del estilo es el carácter tan intenso y marcado que imprime a todas esas cosas de las que hablamos.
Por ejemplo, a menudo durante las secuencias de combate suelo usar una habilidad llamada "rito de caza" que me teletransporta detrás de un objetivo para destruirlo, y la velocidad está ajustada de tal forma que a menudo termino perforando a toda velocidad el fuego y el humo producidos por la nave que acabo de destruir. La cámara se sacude en el proceso, para representar la fuerza cinética de la explosión. Es una salvajada. De película.
Un mundo oscuro y profundo
Y hay muchas cosas así salpicadas por toda la demo. Las líneas de diálogo de la protagonista me han gustado mucho también porque complementa la verbalización de frases de héroe genérico con susurros bastante siniestros de los pensamientos que tendría un cultista galáctico que traiciona a los suyos en nombre de la liberación política y militar. No es fácil de imaginar, lo sé, pero te aseguro que funciona en la práctica.
Imagina que te encomiendan una misión en nombre del bien, pero en el fondo sabes que es un derramamiento de sangre. Pues Nara dice algo así como "voy al lío" e inmediatamente después procede a susurrar la línea profética más oscura que se te pueda pasar por la cabeza. Esas situaciones abundan y chirrían, pero chirrían para bien.
Desafortunadamente la demo no me permite disfrutar de la campaña desde el principio, así que soy consciente de que no tengo una imagen precisa de lo que es cada cosa, pero es difícil no sentir que la narrativa de Chorus es especial porque además de esos momentos tan curiosos, es uno de esos juegos que tiene un total de cero reparos en mencionar aspectos "del lore profundo" cada dos por tres.
Eso nos devuelve al asunto del nombre del juego. Parece que la fuente de la que provienen los poderes sobrenaturales de Nara —y si indagas un poco, descubrirás que en realidad le hace toda clase de horrores a su propia nave mientras lucha— provienen de unas entidades cósmicas conocidas como "the Faceless (los Sin Rostro)" que tienen toda clase de ruinas molonas repartidas por la galaxia.
Yo no he encontrado ninguna en la demo, y eso que la he completado dos veces porque hay una parte en la que puedes salvar o condenar a unos piratas y quería ver qué pasa en función de lo que elijas (solo cambia que los piratas te ayudan en un par de puntos si los salvas, por cierto). La cuestión es que puedes echar un ojo a las ruinas de marras en el tráiler que acompaña al artículo, y además de parecer divertidas (hay plataformeo y exploración, porque no todo es combatir en esta vida) tienen muy buen sonido.
La música es, para la sorpresa de nadie, uno de los rasgos más distintivos de Chorus. Hay algo muy atractivo en estas voces exóticas, antiguas, cuasi-religiosas, que toman el primer plano sobre un instrumental sintético desde las profundidades de alguna caverna alienígena. Muy romántico. Por si termina convenciéndote tanto como a mí, anótate el nombre del compositor: es el portugués Pedro Macedo Camacho.
Un juego muy prometedor con algo más que naves
Diría que esa es la sensación que me llevo tras unas cuatro horas de partida. Igual no lo parece a simple vista, pero Chorus es toda una experiencia lo mires como lo mires: destaca a nivel artístico y musical, creo que la narrativa no dejará indiferente a nadie y la acción es súper intensa. Es más, he aprovechado la oportunidad para trastocar las opciones de configuración gráfica, que no son pocas, y estoy bastante contento con el rendimiento.
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Creo que si tienes un mínimo de interés por lo que Deep Silver pone sobre la mesa, harías bien en jugar. Lo tienes en Xbox Game Pass (el de consola, al menos) desde el día de lanzamiento, el 3 de diciembre. Por ahora, diría que las únicas dudas que me genera el juego son las siguientes.
- Los objetivos de misión que he jugado se resumen a romper una serie de objetos que están más o menos defendidos.
- No parece haber mucha profundiad detrás de la personalización de la nave, Forsaken: eliges algunas mejoras y diferentes armas, sin más.
- Algo parecido ocurre con las habilidades de Nara, aunque no quiero juzgar demasiado sin haber podido usar todas.
- El control es extremadamente satisfactorio, pero no tiene ese estilo 6DOF que tanto gusta a todos.