De la secuela de Bully, el título de mundo abierto ambientado en un colegio de Rockstar, se ha hablado mucho durante los últimos años. Su existencia es uno de esos secretos a voces que, al menos hasta ahora, no tenía mucho más datos sobre los que apoyarse. Hoy por fin podemos saber algo más sobre el ambicioso juego.
Gracias al trabajo de investigación realizado por Game Informer, conocemos detalles sobre el desarrollo de este título. El portal ha podido hablar con cinco extrabajadores de Rockstar New England, el equipo que, durante año y medio, estuvo detrás de la secuela del contencioso juego en 2008.
Para empezar, según comentan, todo el estudio estaba a tope creando el título, esto es desde 50 hasta 70 personas, una fuerza de trabajo importante, y más por aquel entonces. Desafortunadamente, por una razón u otra, la gran Rockstar empezó a retirar apoyos del proyecto y a mover trabajadores hacia otros juegos, como Max Payne 3 y Red Dead Redemption. Por otra parte, varios trabajadores decidieron abandonar el estudio de motu propio como medida de protesta ante la implementación de crunch abusivo por parte de la compañía.
En cuanto al propio juego, su mapa no era muy grande, y menos para lo que estamos acostumbrados a día de hoy, pero sí que era denso. El sueño de todo videojuego de mundo abierto es dejar a sus jugadores entrar en todos sus edificios, y esta fue una de las grandes prioridades e innovaciones del equipo. Por otro lado, pese a no ser un título tipo Life is Strange, los NPCs recordarían las acciones de los jugadores, haciendo que el vandalismo tenga consecuencias.
Centrándonos a la tecnología, Bully 2 pudo ser un verdadero portento y Rockstar acabó reutilizando algunas de las cosas que se lograron en el desarrollo de este juego, como cristales rompiéndose de manera dinámica. Por otro lado, también se quedaron cosas en el asador que demostraban verdadero mimo por el juego, como hierba que crecía a tiempo real.
Sea como fuere, Bully 2 tuvo un gran trabajo detrás y fue jugable. Es una pena que Rockstar no tuviese fe en el proyecto, pues nos podría haber dejado una experiencia muy única en el género de los mundos abiertos y, quién sabe, quizás podría haber marcado la tendencia de cara al futuro.