Justo cuando el género survival se hacía repetitivo, este juego me ha matado de mil formas que jamás se me habrían ocurrido

Imagen de Beyond Contact (Playcorp Studios)
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

¿Recordáis el episodio de Los Simpson en el que Homer sube el Monte Springfield y a 2 metros del suelo se acaba sus reservas de oxígeno y casi sentencia su viaje? Así me he sentido en Beyond Contact, pero muriendo como no hizo el amarillo personaje. Lo cierto es que aunque sabía a qué me enfrentaba en este survival, Playcorp Studios sabe hacer las cosas muy bien a la hora de hacerte sufrir. Parece que tengo cariño a eso de acabar bajo tierra. Tanto que podría considerar mis horas de juego como un "mil maneras de morir espacial" mientras exploro cómo abandonar el planeta.

Al contrario que otros muchos survival más terrenales, la idea de estar en un planeta alienígena perdido en el firmamento implica que lo que conocemos no vale para nada. Los cooldowns de los materiales, yacimientos o enemigos son diferentes y responden a la lógica de un planeta alienígena. Es decir, toca cambiar de mentalidad para no morir como lo he hecho. Cuando hice clic en el juego, en mi mente tenía una simple idea: "nada más aterrizar en el planeta Ketern, he de recolectar todo a mi paso y agenciarme una zona donde poder sobrevivir a gusto". Qué iluso.

Diezmé las cercanías para conseguir material y acabé con las reservas de oxígeno. Las plantes con frutos no crecían al mismo tiempo que yo perdía salud, por lo que morí solo y a oscuras. No es solo eso, sino que Beyond Contact divide su planeta protagonista, o antagonista en este caso, en biomas que no se asemejan en nada a los de nuestro hogar y que se construyen de forma procedural —incluso el modo campaña—.

Aunque sea aleatorio, los biomas de Ketern están claramente diferenciados según qué te va a matar. Tienes la zona árida, sin muchos materiales o comestibles a tu disposición y donde si no calculas, mueres de inanición; la zona radioactiva, que irá mermando el desempeño de nuestro traje hasta matarnos; incluso aquellas en las que, por una razón incomprensible si no nos dejamos llevar por la fantasía sci-fi que tan bien sienta a este juego, todo está impregnado por una energía universal y de entre dimensiones que genera corrupción en el terreno, impide la vida y spawnea enemigos voraces.

Imagen de Beyond Contact (Playcorp Studios)

De verdad que no os miento cuando os digo que deseaba volver al modo campaña para que la experiencia guionizada me salvase el pellejo y poder estar en paz, y ni aún así. No es tan complejo como, por ejemplo, The Long Dark donde hasta respirar a destiempo te mataba, pero la mano del estudio es firme en esto del sufrimiento, las estadísticas y el tiempo que te queda. Incluso aunque entréis en la zona de seguridad en su modo historia, al menos la primera que encontráis en el juego —luego se puede mejorar en base a las necesidades del personaje—, el oxígeno se irá agotando si no encontramos fugas de aire en el suelo.

Es un juego de elige tu propia muerte: con decenas de ojos mirándote o en el frío exterior y a oscuras. Porque esa es otra, los ciclos día-noche son también ajenos a nuestra comprensión terrenal y las temperaturas decrecen muy por debajo de lo esperado. Sin una fuente de calor, te conviertes en un cubito de hielo. Lo peor de todo es que aunque sea el survival menos hostil que he podido encontrar en el mercado, y, sobre todo, el menos solitario, la buena lista de NPCs que no intentarán matarte pasará de ti porque no pueden hacer nada, ellos sí están acostumbrados a Ketern; tú no.

Imagen de Beyond Contact (Playcorp Studios)

Pero, aún con todo, es sumamente divertido cuando le coges el tranquillo. No hay forma de dominar con facilidad las inclemencias del planeta, pero los enemigos sí, y ahí entra un enfoque "a lo Diablo" en la jugabilidad que dota de una frescura a la que aspiran este tipo de experiencias cercanas a la experimentación. El género ha estado copado, algo que comprendo, por la primera persona. Con ella ganas en inmersión, pero apostar por la cámara semi-cenital, enemigos con ataques en área y spawns de enemigos que arrasar para "purgar" el terreno es algo que no esperaba ver.

En su corazón es un survival. Uno muy original, hay que decir

No toméis mis palabras a la ligera, y es que no es un Diablo en forma y fondo. Se percibe cierta inspiración en cómo afronta el terreno: nada de verticalidad, la división en biomas con sus penalizaciones y los ataques enemigos. Pero en su corazón es un survival. Uno muy original, hay que decir. Quizá le habría venido muy bien pulir ciertos elementos en su creación de bases para sacar el máximo potencial a Ketern, aunque pedir más no sería lícito.

Por el momento, lo que tenemos basta y sobra para meterle horas, incluso con amigos. De hecho, si habéis oído hablar de él con anterioridad, es que el juego se pasó todo 2022 en acceso anticipado y ya ha salido, con fecha del día 4 de abril, en su versión completa en exclusiva en Steam.

Comentarios cerrados
Inicio