"¿Por qué jugaría a un tycoon económico de ritmo frenético que requiere reflejos rápidos usando Kinect? No tengo ni la más remota idea." Esta frase del FAQ de Space Warlord Organ Trading Simulator describe perfectamente la curiosa situación de este excéntrico indie.
El juego, ya de por sí, es bastante atípico, pidiéndole al jugador que se meta en la compraventa de órganos para convertirse en experto del capitalismo alienígena. Con esa premisa, uno podría esperarse casi cualquier cosa de este videojuego, y aún así resulta inesperado que, en pleno 2021, pueda jugarse con Kinect.
A la pregunta de si esta es la manera óptima de enfrentarse al juego, la respuesta de los creadores es bastante clara: "Absolutamente no". Pero, ¿por qué lo han hecho entonces? Pues simplemente porque podían. La escena indie, por sus peculiaridades, a veces es hogar de experimentos que son más interesantes que prácticos, y esta es otra prueba de ello.
Pero ojo, que la cosa no acaba aquí. El título, al parecer, también se puede jugar con un Wiimote. Sí, de los de la Wii. Incluso sus propios desarrolladores no tienen muy claro por qué, sino que echan la culpa de todo esto a su programador, Sam Chiet, que decidió dedicarle parte de su jornada laboral a perfeccionar esto por ninguna razón en absoluto.
¿Creías que aquí acababan las excentricidades? ¡Pues toma dos tazas! Desde Strange Scaffold, el estudio detrás de este proyecto, no solo abrazan la absurdez de lo que han creado, sino que ofrecen a la primera persona que se pase su título usando el fallido accesorio de Microsoft una tarjeta regalo con valor de 50 dólares para Steam.
Y, mira, yo qué sé, en una industria que crece a un ritmo tan vertiginoso, con videojuegos cada vez más complejos y, en cierta medida, menos arriesgados, me alegro mucho de que haya un nicho para poder dar rienda suelta a ideas absurdas y pasarlo bien haciendo el tonto. Sois gente muy guay, jugadores y desarrolladores de Kinect.