El teclado es uno de los elementos esenciales de todo escritorio que se precie; herramienta imprescindible para el manejo de nuestro equipo, todas las ramas del uso de PC tienen en gran estima a este periférico y sus diferentes versiones e iteraciones. En el caso de los jugadores, no será osado decir que el tipo de teclado que acapara la mente de la mayoría de los jugadores de PC es el teclado mecánico, caracterizado por sus interruptores.
Esto es, en parte, porque hasta hace unos años era relativamente difícil hacerte con un teclado mecánico de calidad a un buen precio, siendo más un lujo que una opción viable, un panorama que ha cambiado drásticamente, pues ahora hacerse con un buen teclado mecánico es una labor relativamente sencilla y admisible para todos los bolsillos, pero también una opción digna de aquellos que quieran algo único y especializado. Es un mundo polivalente que ahora, más que nunca, está abierto a todos.
La única barrera real que queda con este periférico es la del conocimiento. Aquellos jugadores primerizos en este mundillo seguro que dan fe de estas palabras, con cientos de interruptores en el mercado, miles de modelos disponibles, opciones preconfiguradas, personalizadas, e incluso artesanales. Decenas de miles de opciones esperan ser escogidas, ¿La más importante de todas ellas? Los propios interruptores de estos teclados mecánicos.
La anatomía del interruptor: el alma del teclado mecánico
Como decíamos, no es ninguna exageración decir que el elemento más importante de un teclado es su interruptor. Esta parte define todo en un teclado, desde su categorización hasta sus funciones, pasando por las sensaciones de uso.
Cuando hablamos de teclados mecánicos lo hacemos, precisamente, con estos interruptores en mente. La denominación de teclado mecánico, al contrario de lo que podríamos pensar, no viene de la distinción entre teclados con mecanismos o sin ellos, hasta un teclado de goma enrollable con domos de plástico técnicamente tiene un "mecanismo" que registra cada teclado. No, el nombre no viene por la distinción entre la existencia (o no) del mecanismo, sino por el tipo de mecanismo en sí.
Los teclados mecánicos en los que solemos pensar cuando pronunciamos esas palabras son aquellos cuyos interruptores marcan la pulsación de la tecla a través del cierre de un circuito cuya acción se produce a través del propio mecanismo; este consta de las partes representadas en la imagen de más arriba.
Buena parte de la "acción" tras cada interruptor y sus diferentes variaciones proviene de la pieza intermedia, la encargada de empujar la conexión para producir el cierre, pues esta pieza con la que el usuario final interactúa al martillear cada tecla de su teclado y es también la que define la sensación del interruptor con cada pulsación.
Es habitual encontrar tres grandes distinciones, en función del modo en el que se realiza el recorrido de la pieza central. Estas tres distinciones tienen que ver con el "feedback táctil" del interruptor y son las siguientes:
- Cuando el recorrido del pulsador se hace de forma regular, solemos denominar a estos interruptores como lineales (por el modo en el que se hace el recorrido). Son interruptores rápidos y con poco feedback en cada pulsación.
- Si al pulsar una tecla, durante el recorrido, encontramos algún tipo de obstrucción o resistencia, estaríamos hablando de un interruptor táctil. Es la familia más prolífica de entre las tres distinciones, ya que una simple variación en la pieza hace que la mencionada obstrucción sea totalmente distinta a la de otro interruptor.
- Finalmente, cuando encontramos resistencia, acompañada de un clic audible, estamos hablando de interruptores "clicky" o interruptores sonoros; son una variante nacida para imitar las sensaciones de los interruptores clásicos, algo que le ha dado muchos adeptos, pero también muchos detractores.
Convenientemente, los fabricantes suelen acotar estos interruptores bajo códigos de color, separándolos en diferentes "sabores" en función de sus sensaciones. Es el caso de los interruptores Cherry MX, precursores modernos de esta práctica, así como impulsores de la trinidad rojo (lineal), marrón (táctil) y azulado (clicky). Sin embargo, en un ejercicio de extrema inconsistencia, los códigos cambian entre marcas y dentro de ellas para hacer de él algo completamente inútil, más cercano a una práctica de marketing que a una guía real.
Las claves tras todo interruptor
A sabiendas de que la distinción por colores no es una opción real para distinguir, sin los conocimientos previos, el comportamiento de cada interruptor; si lo que queremos es encontrar nuestro mecanismo ideal tendremos una de dos opciones: aprender las diferentes familias de color de cada fabricante, o saber qué propiedades afectan de verdad a las sensaciones de un interruptor.
Para la primera opción, pocas cosas más útiles que una lista de interruptores y sus funciones, como la que podemos encontrar en sitios como Thegamingsetup; sin embargo, salvo si contamos con una memoria prodigiosa, o la fuerza de la costumbre tras ver una y otra vez los mismos nombres, lo ideal es entender las características de cada interruptor.
Un interruptor está definido por las siguientes características:
- Fuerza de actuación. La fuerza necesaria, medida en gramos, para activar el interruptor para que registre una tecla. La pieza clave en este apartado es el muelle o resorte de la carcasa, y cuanto mayor es, más presión necesitamos para activarlo.
- Punto de actuación. La distancia que tiene que recorrer la pieza central, en milímetros, para activar el registro de una tecla. Aquí entran en juego la pieza central y la altura del contacto. Cuanto menor es, más rápido es un interruptor.
- Recorrido total. También en milímetros, indica cuánto tenemos que pulsar para llegar al final del chasis del interruptor. Generalmente, los interruptores con un punto de actuación alto tienen un largo recorrido.
- Resistencia. La oposición de un interruptor a ser pulsado mediante medios físicos (ignorando el resorte) cuando se desplaza el interior del interruptor. Como explicamos más arriba, separa estos mecanismos entre lineales y táctiles.
- Sonido. No tanto una medición, como una apreciación, la aparición del clic audible determina si un interruptor es "clicky" o no lo es.
Toda esta información suele representarse en una gráfica como la que vemos a más arriba, donde el punto de actuación, y su recorrido previo y posterior, son los elementos que más influyen sobre las sensaciones de estos interruptores.
Probador de interruptor de Teclado mecánico con 72 interruptores cherry kailh, caja gateron con teclas incluídas.
Por supuesto, todo este mar de palabras poco o nada puede hacer para mostrarte a ti, específicamente, cuál es tu interruptor ideal. Para este tipo de situaciones, la herramienta perfecta es un probador de interruptores, cuanto más amplio mejor, en el que dar rienda suelta a nuestra curiosidad. El uso de esta información junto a un accesorio como éste, debería darnos todo el contexto que necesitamos para tomar una decisión con más enjundia.
Unos consejos generales son:
- Los interruptores lineales son una opción muy interesante para jugadores, por su bajo recorrido y buena consistencia en relación con su rapidez; aunque evita los interruptores de presión mayor a 55g en medida de lo posible.
- Los interruptores táctiles son una opción sólida para cualquiera que quiera un teclado para escribir. Suelen ser la opción más interesante por sus variaciones y modelos disponibles, pero hay quien no juega cómodo en ellos.
- Los interruptores de clic audible son una iteración peculiar. Si gustas de la sensación táctil y el "clic" sonoro, son perfectos para uso habitual y ofimática.
Con todo esto por delante, esperamos que hayas podido conocer mejor el magnífico y profundo mundillo de los interruptores mecánicos; un mundo apasionante al que hemos querido introduciros en este texto.
Imagen de portada: Razer; SteelSeries.