Meterse de lleno en un MMORPG es algo curioso porque cada cual interactúa con las partes del juego con las que quiere hacerlo. En el caso de Final Fantasy XIV, yo siempre he sido raider y amante del contenido PVE, pero no me encanta lo social, por poner un ejemplo. Eso sí, desde hace unas semanas he decidido salirme de mi zona de confort y probar un aspecto del título que había dejado abandonado desde el mismísimo A Realm Reborn, el Triple Triad, y ahora creo que es de las mejores cosas que tiene para ofrecer el título.
La joya oculta de FFXIV es el Triple Triad
Y es que la fatiga de raideo es algo real. Tras pasar miles de horas haciendo Extremes, Savages, Unreals y hasta probar un poco de Ultimate, acabé cansado y queriendo buscar algo diferente. Sí, la opción de simple y llanamente irme a otro videojuego estaba ahí, pero le tengo un cariño especial a Final Fantasy XIV. Entonces me puse a pensar en los aspectos menos centrados en el PVE y la experiencia hardcore del título y caí en las cartas.
Triple Triad es el minijuego de cartas de Final Fantasy VIII que ha llegado hasta el MMO. En este, tienes montones de cartas con personajes, criaturas y enemigos del juego, y puedes usarlas para derrotar a rivales sobre un tablero. Sobre el papel, parecería que ahí acaba la cosa: le echas partidas a los NPC del mundo, ganas y consigues sus cartas, pero la realidad es muy diferente.
En Final Fantasy XIV, actualmente el Triple Triad cuenta con 405 cartas base diferentes, además de otras 15 especiales con cada uno de los protagonistas de la saga. Conseguirlas todas no solo tiene recompensas, sino que es más complicado que ganarle a unos cuantos NPC y listo, y es que te pide estar en contacto con casi todo el juego, y con la envergadura de este te imaginarás que es bastante variado.
Todo aspecto mecánico del juego requiere tu atención
Y es que en este MMO casi todo su contenido te da cartas. Para hacerte con la colección entera debes de hacer jugar contra NPC, terminar mazmorras, derrotar jefes, hacerte crafter, participar en los minijuegos del Gold Saucer (el parque de atracciones del título), terminar varias cadenas de misiones, interactuar con la mecánica de quests diarias de las Beast Tribes, las semanales de las Custom Deliveries... prácticamente cualquier aspecto mecánico del juego requiere tu atención para completar la colección.
En este tiempo no solo me lo he pasado bien jugando a las cartas, sino que he tenido una razón más para ponerme a darle caña al contenido de expansiones pasadas que tenía pendiente. La manera en la que el Triple Triad entrelaza con todo el juego es magistral, e incluso puede llevar a los jugadores más casuales a probar contenido más hardcore o incluso abandonado, como puede ser Eureka.
Todavía me queda mucho por delante (especialmente sabiendo que Dawntrail está a la vuelta de la esquina), y a veces el contenido que toca farmear puede ser un tanto anodino, pero hay una cosa que tengo clara: no volveré a renegar de ninguna parte del contenido de este juego aunque no sea adyacente a mi interés general. Al final, en estos rincones, uno se encuentra gratas sorpresas.
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