Aunque ha llovido mucho desde su segunda entrega, el hecho de que Alice: Asylum fuese una promesa de futuro de un American McGee ilusionadísimo con el proyecto, nos dio ganas de soñar. No obstante, el sueño se ha tornado en pesadilla y finalmente esta tercera entrega no llegará a buen puerto, más bien a ninguno. Eso sí, sabemos más detalles de este supuesto final de la trilogía, como que ya tenía distribuidora y presupuesto, uno quizá demasiado alto.
Aunque el propio McGee ha querido mantener una situación de calma, dentro de la más lógica angustia, y ha pedido incluso a sus fans que dejen de lado las riñas en contra de EA, se pronunció hace 3 semanas en el canal de YouTube del creador de contenido Nirvana para sacar a la luz ciertos detalles de este no-nato proyecto. El creativo afincado en China asegura que, tras una ronda de búsqueda de editoras y productoras, el estudio de Alice: Asylum tenía una aliada que firmaría la distribución del juego.
La compañía en cuestión era Virtous Games, estudio de desarrollo y colaboración del mismo país que ha trabajado en el desarrollo de The Outer Worlds junto a Obsidian, aunque también ha firmado proyectos algo más problemáticos como el port a PC de Horizon Zero Dawn. Aún con todo, necesitaban el visto bueno de EA para su desarrollo, uno que tenía un presupuesto de 40 millones de dólares estadounidenses.
McGee asume no saber si esta cantidad es "normal" dentro de la industria reciente del videojuego, especialmente para un proyecto así, por lo que quizá hablamos de una petición algo exagerada. Teniendo en cuenta que, según sabemos, Alice: Madness Returns tuvo un primer presupuesto de 4,5 millones que se amplió a 9 millones de dólares en su conjunto, hablamos de un cheque 4 veces mayor que su precuela.
"Era una gran petición. Pedíamos 40 millones de dólares para pasar al desarrollo del juego", adelanta McGee. "Honestamente, la industria del videojuego se mueve en ciclos y hay etapas en las que los juegos narrativos apetecen y todo el mundo quiere hacer uno; y hay otros en los que nadie quiere tocarlos".
Eso sí, American McGee no puso el ojo solo en EA. Aunque la compañía de Laura Miele ostentaba (y ostenta) los derechos de la IP y, en caso de no venderla, podrían haber firmado su producción, el creativo tenía en mente otros estudios. No confirma a cuáles les puso sobre la mesa la idea, pero en caso de poder haberse hecho con los derechos de la licencia, "cualquiera que estuviera dispuesta a pagar esa cantidad por ese producto les resultaría difícil encontrar una mejor presentación (refiriéndose a su pre-producción) para este tipo de juego".
¿Y qué pasa con la licencia de Alice?
Ya sabemos que McGee dejó de lado la industria del videojuego tras el notorio "no" de Electronic Arts al desarrollo de Alice: Asylum. Los 3 años invertidos en su pre-producción han afectado mucho al ánimo del desarrollador. No obstante, la Alice "malrollera" que comenzó sus andadas en el año 2000 sigue bajo el mando de EA. No sabemos si la compañía buscará un desarrollo futuro, un remake o algo con su IP, pero lo que ha muerto es Alice: Asylum, no la licencia.
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