Es fin de semana, te han pedido que busques algo en el trastero y, entre caja de cartón y caja de cartón, encuentras el típico baúl de plástico trasparente del todo a 100 lleno de cables y conectores de cuando eras un crío. Por un segundo, sientes curiosidad y te desvías de tu tarea. ¿Habrá algún tesoro olvidado? ¿Te encontrarás, casualmente, con ese HDMI de 8 metros que necesitabas, pero que tanta pereza te daba ir a comprar? Las dudas te carcomen y, tras una infructuosa búsqueda, te das cuenta de que todos los cables son demasiado viejos como para ser útiles de verdad.
Durante un par de segundos te planteas en coger una bolsa de basura, meter dentro todo lo que ahí y olvidarte de ellos para siempre recurriendo al punto de recogida de chatarra electrónica más cercano. Lo piensas seriamente y, durante otro par de segundos, vuelves a revisar por si hay algo útil. Estás a punto de tirarlo, pero entonces te preguntas si es lo correcto. "¿Y si hay algo útil o importante?" es la cuestión que te formulas a ti mismo. Sabes que la respuesta es "no", pero abortas misión.
Los cables viejos, ¿son basura o a veces hay tesoros electrónicos?
Si alguna vez te ha ocurrido esto, no te preocupes, porque no estás solo. Y no, no creo que sea Diógenes. A título personal, siempre lo he entendido más como miedo, inseguridad, pereza o nostalgia. Y es que esas cajas llenas de cables, muchas veces acompañadas por euroconectores, VHS más pequeñitos y toda clase de componentes electrónicos realmente antiguos, son algo más que basura. Para muchos es un puñetazo de nostalgia e, inclusive, un pequeño montón de recuerdos.
Es más, a veces son hasta útiles. Lo sé por experiencia propia, y es por eso que sé que no estás ni estoy solo. A fin de cuentas, mientras revisaba el trastero y me volvía a encontrar por decimoquinta vez con esa cosa, me he planteado estas mismas preguntas e, inclusive, alguna vez he tenido la suerte de encontrar algo útil. Por ejemplo, recuerdo perfectamente un día en el que quería enchufar un monitor antiguo a mi PC para hacer un par de pruebas y encontré el conector que necesitaba en esa caja repleta de teóricos trastos.
Lo curioso es que, en realidad, no me había parado a pensar en que es muy habitual que en miles de hogares esta situación también se dé. Desde siempre había asumido con total naturalidad que en mi casa hay una caja repleta de cables que por X o por B me niego a tirar, pero al encontrarme un hilo en Reddit en el que más gente compartía su experiencia para con estos baúles repletos de misterios y tesoros, me di cuenta de que era algo muy general. Lo mejor de todo es que, si buscas por temas similares, encuentras unos tantos más, algunos de ellos con cientos de comentarios.
Para cerciorarme, se lo pregunté a varios amigos, y me di cuenta de que muchos de ellos también tenían bolsas, cajas, etc. repletas de cables viejos. Todo sea dicho, entiendo que esto se acabará perdiendo, ya sea porque poco a poco las vayamos tirando al comprender que ahora sí que sí, no sirven para nada, y ya nos hemos deshecho de los aparatos electrónicos que se podían favorecer de ellas, o de los originales que los empleaban. O porque ahora es mucho más fácil acceder a cables y conectores de repuesto gracias a la proliferación de internet y la mayor variedad de los mismos en grandes centros comerciales.
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