Probablemente, la webcam más cercana que existe a una cámara de vídeo profesional: análisis Razer Kiyo Pro Ultra

Si estás buscando una webcam de gama alta, puede que tu candidata ideal sea Razer Kiyo Pro Ultra, que como su propio nombre indica es una revisión de la cámara Kiyo Pro que vimos en 2021. El nuevo modelo, que vimos en acción en el CES 2023, llega con una lente enorme —la mayor de su familia, de hecho— imitando las calidades que normalmente solo esperarías de una cámara DSLR. Esa promesa nos suena de mucho, porque otros muchos fabricantes la formulan también, pero no recuerdo ninguna otra que de verdad haya cumplido con las expectativas, salvo esta.

Llevo unas semanas usando la Razer Kiyo Pro Ultra en mi día a día, tras haberme acostumbrado a su predecesora, y la conclusión a la que llego es que en el momento de escribir estas líneas no tiene rival: te puede interesar más o menos, puedes usar móviles u otra clase de dispositivos, pero en este rango de precio (349,99 euros en la tienda oficial) es la que manda. ¿Problemas? Por raro que suene, poco o nada: como excepción para el fabricante de verde, creo que el precio está súper bien alineado con lo que ofrece el producto. Ojalá y se vuelva una nueva costumbre.

Especificaciones de Razer Kiyo Pro Ultra

Aquí tienes una hoja técnica con las características de la webcam Razer Kiyo Pro Ultra (2023). Como puedes ver, graba en una resolución máxima de 4K 30 FPS y además tiene compatibilidad con HDR, lo que supone todo un adelanto respecto al modelo anterior, que estaba limitado a 1080p 60 FPS. Entre los mejores rasgos del dispositivo también está el tener con un bokeh natural y un enfoque automático gestionado mediante una IA, aunque en mi experiencia personal te diría que es mejor ajustarlo manualmente para evitar desperfectos que tardan segundos en reajustarse.

Experiencia y opiniones

Te puedo resumir mis primeras sensaciones con la Razer Kiyo Pro Ultra de forma bastante directa: es muy grande, tanto que tardé un tiempo en acostumbrarme a tenerla instalada sobre el monitor sin que me llamase la atención. Claramente sigue siendo una webcam al uso, nada rompedor o disruptivo; pero si la anterior ya me resultaba "desafiante" a la vista, esta directamente es algo así como el ojo de Sauron observando desde la distancia. Bromas aparte, justo debajo tienes una comparativa entre ambas para que saques tus propias conclusiones.

Más allá de eso, me gustó mucho ver que viene tanto con un obturador que activa cómodamente girando el anillo alrededor de la lente, como con una carcasa para proteger esta última del polvo y los arañazos. Su predecesora también tenía una, pero era de plástico rígido mientras que la de esta es más flexible y con un acolchado para no dañar el cristal aunque haga contacto con este. Es un detalle estupendo por parte de Razer. Y como iba diciendo más arriba, puedes acomodarla en tu setup con un trípode genérico (no incluido) o con un pie en forma de L idéntico al anterior.

Afortunadamente para un humilde servidor, el pie en cuestión tiene largo suficiente para agarrar el frontal del monitor pero no tanto como para que sobresalga por debajo del bisel (es un Samsung G7 Odyssey, a modo de referencia). Una vez en su sitio, toca juguetear con los ajustes a través de la aplicación acompañante Razer Synapse 3 —la misma de todos los aparatos del fabricante, vaya— que reparte todos los parámetros en una interfaz de tres bloques: cámara, procesamiento e imagen. Puedes guardar tus preferencias en hasta cinco perfiles distintos.

No listaré todas las opciones que te ofrece el software porque algunas de ellas solo se pueden entender previsualizando la imagen sobre la marcha, pero sí te diré que en el bloque de "cámara" puedes gestionar los perfiles, el sistema de enfoque, el zoom o la exposición de la luz; mientras que en el de "procesado" se encuentra la reducción de ruido, la resolución y el tratamiento de la imagen MJPEG; y en el bloque de "imagen" tienes todo lo tocante a brillo, temperatura, contraste, saturación, balance de blanco, o protección anti-flicker. ¡Todo muy completo!

La imagen presume de una calidad estupenda gracias a la combinación de resolución, efecto de bokeh natural y el enfoque automático. Diría que, ante todo, lleva consigo ese tipo de color vibrante que esperas ver de los canales más profesionales de creadores de contenido en Youtube o Twitch; que es lo que muchos buscamos en primer lugar. El único punto que no me ha terminado de convencer es la capacidad de tracción del enfocado, que se hace mediante una IA, pero es fácil que te pierda entre movimientos que no son demasiado bruscos.

En general, Razer Kiyo Pro es un aciertazo por parte de sus responsables, tanto a nivel de calidad como (con ciertas reservas) en el rango de precio. Si estás seguro de que lo que quieres es una webcam y no otra clase de aparato, es una opción más que recomendable que desafortunadamente no va a amoldarse a todos los presupuestos. El único "pero" que he logrado sacarle es un desenfoque irregular que puedes corregir tú mismo desde la pestaña de ajustes de Synapse: salvando ese detalle, cumple con lo que se espera de ella.