Cuatro consejos para mantener tu PC como el primer día

No importa cuán potente sea nuestro equipo. Ya sea un PC entusiasta o un equipo humilde de gama baja, si es un equipo de sobremesa, llegado el momento, tocará "pasar la escoba" por él para combatir uno de los peores enemigos de cualquier PC: la suciedad acumulada.

Puede sonar a chiste, pero el polvo en gran volumen puede entorpecer el rendimiento de un equipo enormemente, incluso llegar a ponerlo en peligro si la situación es muy extrema. Esto sucede porque, para todo dispositivo electrónico, combatir el calor residual generado por nuestros componentes es una de las labores más cruciales para su correcto funcionamiento, y esta suciedad puede emborronar la eficiencia de la refrigeración de nuestro equipo.

Por suerte para nosotros, mantener nuestro equipo como el primer día no es algo difícil ni especialmente costoso, tan sólo necesitamos algo de diligencia, un poco de tiempo libre y tener en cuenta estos cuatro sencillos consejos para mantener tu PC como el primer día.

Primer consejo ¿Cada cuánto es bueno limpiar?

Como todo en esta vida, los excesos no son nuestros amigos. Ignorar el estado interno de nuestro PC durante decenas de meses puede ser tan perjudicial como limpiarlo una vez a la semana, el primero porque la suciedad puede obstruir el correcto funcionamiento del equipo, y el segundo porque la manipulación continuada de nuestras piezas y su exposición puede, por mala práctica o por un sencillo accidente, acabar con algún daño a nuestros componentes.

Idealmente, deberíamos limpiar nuestro PC sólo cuando detectemos que se comienza a acumular polvo en las partes móviles de nuestro dispositivo, pero como comprendemos que es difícil mantener un ojo permanentemente en nuestros dispositivos, diremos que la limpieza de nuestro PC deberá ser periódica, con un margen aceptable entre manipulaciones.

En el ámbito personal, en un país como España, con un clima relativamente seco y caluroso si lo comparamos con el resto de Europa, he encontrado que la combinación de una limpieza anual del equipo, acompañada de un ligero mantenimiento cada cuatro o seis meses, es la medida que mejor combate este problema. Si nuestro equipo cuenta con filtros de aire o una configuración correcta de airflow, limpiar estos será suficiente; mientras que, si tenemos una caja menos completa en estos apartados, el uso de una pistola de aire suele ser suficiente.

Segundo consejo: usa las herramientas adecuadas

Uno de los errores más comunes a la hora de ponerse manos a la obra con la limpieza de nuestro equipo suele ser la elección de las herramientas para ello. No es que requiramos de un equipo especial, pero sí que deberíamos tener en cuenta que muchos de nuestros componentes, por sus características, no se llevan bien con ciertos artículos de limpieza.

En el caso del polvo, que como ya hemos dicho suele ser uno de los principales causantes de problemas, lo ideal es prescindir de productos para el polvo, como pulverizadores de captura o productos de limpieza convencionales. Nuestras mejores armas serán las pistolas de aire, los pulverizadores y algún tipo de brocha o herramienta en seco para llegar a los elementos más inaccesibles. Por supuesto, por nuestra salud, suele ser recomendable usar algún tipo de mascarilla con filtro o protección respiratoria, ya que el polvo que se filtra dentro de las cajas de nuestro equipo suele ser muy fino.

Cuando necesitamos limpiar más a fondo una zona, por la razón que sea, lo ideal es usar una combinación de un paño de microfibra junto a algún limpiador basado en alcohol de alta graduación. El objetivo es retirar la suciedad para después poder eliminarla en seco, y esta opción consigue eso de forma sencilla. Soluciones como las típicas toallitas alcoholizadas pueden ser una opción aceptable también, aunque ojo con su composición.

Tercer consejo: evita las malas prácticas

Puede parecer obvio, pero evitar las malas prácticas de limpieza durante cada mantenimiento es crucial para la seguridad de nuestro equipo. Para primerizos puede ser algo abrumador enfrentarse a su primera limpieza por miedo o desconocimiento, pero, siguiendo unas sencillas directrices no deberíamos encontrarnos ningún problema:

• Si vas a realizar una limpieza a fondo, lo ideal es desmontar parcialmente el equipo, especialmente las piezas móviles, para limpiarlas individualmente.

• Nunca aspires el interior de tu torre o algún componente, por mucho polvo acumulado que tenga. La solución es la expulsión, no la succión.

• Algunos componentes, como la tarjeta gráfica o el ventilador de nuestra CPU, pueden requerir que los desmontemos para una verdadera puesta a punto. Nuestro consejo si no sabes cómo enfrentarte a ellos es que optes por limpiar exterior + ventiladores.

• Deja las piezas como la PSU ajenas a la limpieza si no sabes qué estás tratando. Desmontadas pueden ser peligrosas, y esa práctica, además, te dejará sin garantía, que en el caso de los modelos de altas prestaciones, suele ser de por vida.

• Ojo con la electricidad estática acumulada. Es extraño que causemos daños a nuestro equipo a través de ella, pero es una posibilidad. Asegúrate de tener una toma de tierra o algún tipo de protección si el equipo ha sido usado recientemente.

Teniendo en cuenta estas directrices, no deberíamos encontrarnos con mayores problemas, así que, llegados a este punto, sólo queda tomar nota de nuestro último consejo para un correcto mantenimiento de nuestro equipo.

Cuarto consejo ¡Ten en cuenta la posición de tu PC!

Muchos jugadores no son conscientes de lo que puede llegar a afectar a la acumulación de suciedad la posición en la que descanse nuestro equipo normalmente. Un equipo correctamente ubicado tardará más en encontrarse con problemas que uno en una posición comprometida, que en casos muy extremos puede llegar a invalidar nuestro trabajo en cuestión de meses.

Sin embargo, sabemos que esta posición puede ser un problema para aquellos con falta de espacio, por lo que vamos a intentar ser relativamente generalistas con estas indicaciones, que hemos dispuesto de la siguiente forma:

• Es preferible que tu equipo esté en una posición elevada y alejada del suelo. Si no podemos elevarlo, el uso de algún tipo de superficie supletoria puede ser de gran ayuda.

• En medida de lo posible, intentemos colocar el equipo sin que ninguna de sus salidas principales esté obstruida o "encajonada" por alguna superficie, pues incentiva la acumulación de polvo.

• Intentad configurar vuestra entrada principal en una dirección lateral. Las entradas superiores o inferiores suelen favorecer la entrada de polvo salvo en flujos constantes de aire.

De no seguir alguna de estas indicaciones y poder aplicarla, deberíamos comprobar una mejoría en la acumulación de suciedad de nuestro PC, algo que el propio equipo, y nosotros mismos cuando lo limpiemos, agradeceremos enormemente.

Poniendo en práctica estas medias confiamos en que aquellos que no supieran muy bien cómo enfrentarse a la limpieza de un equipo puedan comenzar a hacerlo sin mayores problemas, nosotros, por nuestra parte, vamos a dar por finalizado este breve texto. ¡Feliz limpieza a todos!