6 razones para equilibrar tu gasto al montarte un PC y no invertir todo tu dinero en una GPU o CPU potente

Es hora de montar un nuevo PC. Aprovechas los fines de semana de un mes entero leyendo reviews, impresiones, recomendaciones y demás para montar una bestia que sea capaz de jugar a The Callisto Protocol sin tirones; y cuando tienes tu sistema apuntado, te das cuenta que el precio se ha disparado y ni siquiera has pensado en un monitor o fuente de alimentación para tu PC. Esta es una situación por la que seguro habéis pasado muchos o conocéis a gente que lo haya hecho, ¿verdad? Quizá en un primer momento la idea de dejar para otro momento los "componentes secundarios" es algo llamativo, pero aquí van 6 razones para equilibrar el gasto así como algún que otro consejo para ello.

6 consejos para cuando montes un PC

La placa base es casi más importante que el resto

En términos mundanos, la placa base de nuestro PC es nuestro cuerpo, un recipiente mecánico donde debemos incluir todas las demás piezas y debe estar preparado para todo. Lejos del factor de forma (ATX, Micro-ATX, Mini-ITX, Nano-ITX, Pico-ITX), imprescindibles dependiendo del tamaño de nuestra torre, también debemos tener en cuenta si queremos hacer Overclock a nuestro procesador. En este caso, la placa base debe estar listo para el sobrevoltaje y, especialmente, la temperatura que alcanzará la CPU cuando toqueteemos su rendimiento. Dicho sea de paso, los VRM, o reguladores de voltaje son imprescindibles para el rendimiento de vuestro PC, por lo que si queréis darle caña, tendréis que optar por modelos de 12+X como mínimo.

No optes por cualquier monitor, especialmente si juegas

Otro error muy común es comprar cualquier monitor, y no solo será un gasto de dinero tonto, sino que seremos presas fáciles si lo que buscamos es jugar. Aquí entra en juego el factor más importante de todos: ¿para qué lo vas a usar? Comprar un PC con una RTX de última generación para disfrutar de Call of Duty, Overwatch 2 o Valorant a un nivel competitivo (no hablamos de ligas oficiales) y emparejarlo con un monitor de 60Hz, sin FreeSync o G-Sync, y muchos milisegundos de respuesta es firmar una sentencia de muerte. Aquí van unos consejos rápidos dependiendo del jugador que seas:

• ¿Quieres disfrutar de juegos con modo campaña? Deberías buscar un monitor con FreeSync o G-Sync, que te salvarán de los cortes en la pantalla. Aquí los Hz no importan mucho, pero sí la buena calidad del panel.
• ¿Buscas jugar competitivo? Aquí está lo importante. El FreeSync y G-Sync quedan en un lugar secundario frente a los milisegundos y, especialmente, los HZ. Lo básico es optar por los 144Hz y entre 1 y 5 ms, aunque siempre el valor más bajo es el mejor y hay técnicas vía software donde el monitor puede reducirlo aún más.
• ¿Juegas de vez en cuando y el resto es ofimática? Lo anterior es prácticamente innecesario. Jugar League of Legends o Fortnite muy de pasada no excusa un gasto mayor. Podéis seguir encontrando monitores con FreeSync, ya que su implementación no cuesta mucho, y quizá os interesa pasar de 60Hz a los 75Hz, pero no es algo imprescindible para ofimática o ver películas/series.

Equipara el gasto en GPU y CPU, deben llevarse bien

Otro error que se comete mucho es comprar una GPU o CPU con un rendimiento tan elevado que el resto de componentes queden a la altura del betún. En este caso, papá y mamá, o nuestra tarjeta gráfica y procesador, deben estar parejos en rendimiento. Por ejemplo, montar una RTX 3070 con un i3 formará un cuello de botella, y por ello se dice que mantengamos un presupuesto similar en ambos componentes. Esto es algo que hoy en día, con los precios elevadísimos, es casi imposible, por lo que ahí va un tip fácil: si vas a jugar con una gama media para arriba (RTX 3070 a RTX 4090, o RX 6900 XT), no bajes jamás de un i5; mientras que con una gama media pura y dura como una RTX 3060, te debes parar en un i5 o un Ryzen 5600 (subir de ahí será gastar a lo tonto).

Elige con cabeza el almacenamiento

Aquí la paridad no es tan importante como un buen equilibrio de ambos lados. Es decir, los SSD han bajado de precio considerablemente, pero si quieres no gastar más de lo que tienes, puedes equilibrar la balanza con un M2 o SSD para el sistema, mientras que delegas en el resto de aplicaciones y juegos su instalación en un HDD. O bien puedes hacer lo contrario, y relegas el peso del sistema en un M2, mientras que instalas lo más importante en un SSD y mantienes un HDD para almacenamiento no prioritario. Esta es, en nuestra humilde opinión, el enfoque más equilibrado para un sistema, y siempre puedes echar un ojo a los mejores SSD, tanto SATA como NVMe, para vuestro PC.

No te dejes llevar solo por los números altos con la PSU

Capital, prioritario o cualquier adjetivo que le queráis poner, pero es algo que se deja de lado casi tanto como los monitores. Quedaos con estas palabras: por mucho que veamos números altísimos en una fuente de alimentación, no significa que pueda dar potencia a nuestro sistema. Para muchos fabricantes, los números a veces no son más que marketing, por lo que debéis tener en cuenta su certificado energético a la par que su potencia nominal. Con la herramienta online PSUCalculator podéis echar un ojo a la potencia necesaria para lanzaros a comprar una fuente de alimentación, pero si no queréis comeros la cabeza, esta tabla os servirá para orientaros:

Esta tabla es un supuesto para todo el sistema, porque aunque el consumo de una RTX 3080 de media son 600W, necesitamos ir holgados

Las torres "gaming" no siempre son buenas para refrigerar

De nuevo, la experiencia es capital, y es que muchos hemos pasado por el tedio de buscar una mejor torre o, incluso, enchufar más ventiladores en busca de un flujo de aire inexistente. Las cajas pequeñas, perfectas para habitaciones donde no hay mucho espacio, no siempre han de estar acompañadas de los mejores componentes. Pensad que la CPU y GPU, al jugar, aumentan su temperatura varias decenas de grados, por lo que su composición es capital:

• Debéis dejar de lado aquellas cajas baratas bajo el manido "diseño gamer" que no son más que armatostes cerrados.
• Tampoco os dejéis llevar por las luces, muchos de los añadidos que incluyen, como ventiladores de serie, suelen ser poco más que pisapapeles, por lo que siempre es recomendable optar por refrigeración adicional. En términos de CPU, una refrigeración líquida no siempre es buena. A veces, su diseño es tan endeble que suponen un gasto elevado para el rendimiento que van a dar.

Claro está, luego depende todo de tu presupuesto, pero incluso con aquellos por debajo de los 1000 euros, se debe tener un buen ojo al equiparar todo —incluso diría que mucho más en este rango de precio que muy por encima, donde te puedes permitir gastar—.