Siempre ha estado ahí como una aplicación que muchos han considerado intrusiva dentro de los sistemas operativos de Microsoft, pero que siempre nos ha ayudado a descargar otros programas siempre que formateábamos el PC. La aplicación de los de Redmond ha acompañado a nuestros ordenadores desde 1995, cuando se lanzó su primera versión para Windows 95, y ahora le decimos adiós.
Sí, llegamos un poco tarde, pero nunca sabréis si es un sentido homenaje a Internet Explorer o porque aunque ya lo sabíamos, es algo que se pasa fácilmente por alto. Microsoft anunció el pasado marzo que finalizaría el soporte para su navegador estrella ayer día 15 de junio, dejando como única aplicación a Microsoft Edge, su hijo en esto de los navegadores.
La presencia de Explorer ha sido muchísimo menos notoria con los años. Desde Windows 10, Microsoft decidió dar un golpe en la mesa para que más y más usuarios no dieran el salto a otros navegadores y permanecieran en Edge como la aplicación nativa de Windows desarrollada para los usuarios. Aun así, si atendemos al uso a nivel mundial, Google Chrome sigue dominando la tabla con Safari y Edge muy por detrás, consiguiendo ambas menos del 20% de uso frente al 67% del navegador de Google.
Aun así, Explorer fue y siempre ha sido uno de lo navegadores más importantes en muchísimos ámbitos, no solo en el consumo doméstico. En España, por ejemplo, gran parte de la infraestructura gubernamental se erigió sobre Internet Explorer debido a su inclusión predeterminada en todos los ordenadores bajo Windows. Claro está que, a partir del año 2000 con la llegada de Chrome, Google ha ido robando terreno a pasos agigantados.
Dicho esto, y con el adiós a Internet Explorer, las próximas actualizaciones de Windows eliminarán cualquier resto del navegador en nuestro sistema. Si bien podíamos eliminar Edge de Windows 10 y 11, siempre permanecía un remanente: el Explorer. Ahora, si queremos ejecutar este navegador, se nos redirigirá a Edge, dando carpetazo a más de 20 años de historia.