No pagó ni una sola factura durante 5 años para poder crear el juego de sus sueños y solo fue posible gracias a su pareja

La historia de Stardew Valley y ConcernedApe es, sin duda alguna, una de las más bonitas que nos ha dejado la industria del videojuego. Durante años se ha destacado al desarrollador como una fuente de inspiración, siendo capaz de crear de la nada —y desde una situación no tan buena— uno de los juegos más queridos de la industria. Lo que muchos no saben es que no habría sido capaz de hacerlo sin su pareja de toda la vida, Amber Hageman.

En efecto, Eric Barone no habría sido capaz de cumplir su sueño incondicional sin la ayuda de su novia. Así lo ha revelado el creador en no pocas ocasiones, aunque siempre ha permanecido —por algún motivo desconocido— en un segundo plano. No obstante, sin ella, Stardew Valley no sería una realidad. No existiría, al menos no como lo conocemos. Y es que, para quienes no lo sepan, durante los 5 años que duró el desarrollo del simulador, ella se ocupó de prácticamente todos los gastos de la pareja.

Amber Hageman, la heroína silenciosa de Stardew Valley

En algún momento del desarrollo, ConcernedApe (previo consenso con su pareja, o eso asumimos) decidió dejar de buscar trabajo. En efecto, por aquel entonces estaba parado, aunque anteriormente había ejercido como acomodador en un teatro, entre otras cosas. Sin embargo, para poder centrarse por completo en su proyecto, abandonó esa idea y empezó a dedicarle entre 8 y 15 horas diarias a Stardew Valley.

De esto nos habló Aleksandr Volodarsky tiempo atrás en un hilo en el que, entre oas cosas, descifraba las increíbles ganancias del juego, así como la complejidad del proceso creativo. Recordemos, pues, que Eric Barone decidió asumir él solo toda la carga de trabajo. O lo que es lo mismo, el 100% del juego (aunque ahora cuente con un pequeño equipo de apoyo para parches, como el 1.6) fue hecho por él. Entendemos, eso sí, que la propia Amber ejerció más que de un apoyo financiero, siendo su principal soporte en más de un sentido durante todo ese tiempo.

De hecho, parte de este mensaje lo rescató Jason Schreier, quien comentó que Hageman le ofreció su apoyo financiero a su pareja durante todo ese tiempo. Y aunque pueda parecer algo lógico, es decir, algo que haría cualquier persona, debemos tener en cuenta que fueron 5 años confiando ciegamente en su trabajo. Por supuesto, visto desde fuera, todo es muy bonito y, ahora que sabemos que la historia terminó bien, es incluso más romántico, pero no es fácil presuponer que no fue un camino de rosas.

Por supuesto, estas no son las únicas fuentes que apoyan esta idea. En Reddit es relativamente fácil encontrar post que rescatan el nombre de su pareja y destacan su inestimable apoyo. Algunos de los fans más incondicionales del creativo nos lo recuerdan de tanto en tanto, siendo este un recuerdo que no deberíamos olvidar, pero que suele pasar desapercibido. El caso es que no protagoniza demasiados artículos ni post, pero si se busca su nombre, siempre acaba apareciendo.

No son los únicos que rescatan esta idea, pero quien mejor lo hace es el libro Blood, Sweat and Pixels, licenciado en España como Sangre, Sudor y Píxeles por Héroes de Papel. Escrito por el propio Schreier, rescata la historia de ambos. Lo curioso es que, cuando empezó el juego, aún no se había emancipado, pero ambos llevaban muchos años juntos y querían empezar a vivir por su propia cuenta. Y así lo hicieron. Tras vivir en la casa de él durante un tiempo, decidieron dar el salto.

"Habían ahorrado algo de dinero viviendo en casa de los padres de Barone, lo cual era una ayuda, pero no podían correr con todos los gastos, sobre todo si querían vivir en el centro de Seatle. El proyecto de videojuego de Barone aportaba la friolera de cero dólares al mes, así que Hageman, que estaba terminando la carrera, tenía que mantenerlos a los dos. Una vez que encontraron un sitio, empezó a compaginar dos trabajos: uno como barista los fines de semana y otro como conserje después de clase", cuenta Jason.

Las cosas, por su puesto, no fueron fáciles, pues "Hageman pagaba la comida, los gastos y el alquiler de su pequeño estudio". Pese a ello,  la joven no solo mantuvo esta rutina durante cinco años, pese a que la situación no era fácil, sino que, según declaró, "él trabajaba tanto que a mí me resultaba imposible estar enfadada". Cualquier otra persona quizá no habría soportado todo aquello, pero ella lo hizo, por ambos y por el sueño de su pareja. Así que sí, de no ser por Amber, Stardew Valley no existiría y gracias a ella el que hoy día dice ser uno de los desarrolladores más queridos de la industria —posiblemente— no habría podido cumplir su sueño.

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