El género de la simulación nos ha dado mucho a lo largo de la historia. Hay muchos grandes ejemplos, sobre todo en el mercado independiente, aunque hay uno que ha logrado hacerse un hueco especial en el corazón de no pocos jugadores: Stardew Valley. Por méritos propios, el título de ConcernedApe se ha convertido en todo un referente de los simuladores de vida y de granja.
No resulta extraño que otros muchos estudios hayan querido seguir el mismo camino y/o se hayan inspirado en la obra de Eric Barone para crear sus propias experiencias. One Lonely Outpost, bajo el sello Freedom Games, es uno de esos juegos. O al menos así me lo ha parecido a mí, puesto que las reminiscencias entre uno y otro me han parecido, cuando menos, bastante obvias.
Todo sea dicho, también es verdad que vivimos en una época en la que casi cualquier simulador con estética pixel art acaba siendo comparado con Stardew Valley. Y aunque se suele decir que las comparaciones son odiosas, es cierto que nos ayudan muchísimo a la hora de conocer muy diversos tipos de trabajos. Al menos de manera superficial.
Esto es lo que me ha pasado con One Lonely Post. Me acerqué a él porque me recordaba a Stardew Valley, pero me he quedado porque me ha ofrecido mucho de su propia cosecha. No soy el único, pues el juego cuenta con un 70% de críticas positivas al momento de redactar el presente escrito. Vamos, que ha empezado con buen pie, aunque debemos tener en cuenta dos cosas: es un acceso anticipado y no tiene textos en español. Esperamos que esto último cambie con el tiempo, aunque parece poco probable.
One Lonely Post: granjas espaciales, gatos robots parlantes y un planeta a terraformar
Hechas las presentaciones, podemos hablaros un poquito más de One Lonely Post. En general, pues, se presenta con un simulador en donde un grupo de colonizadores llegan a un planeta desierto para crear su nuevo hogar. Nosotros controlaremos a un granjero y, por lo tanto, seremos una parte indispensable de la comunidad en el proceso de terraformación.
Lo curioso, y esto es lo que más nos ha llamado la atención, es que además de tener a un gato-robot como compañero, no nos limitaremos solo a sembrar y cultivar, sino que tendremos que ayudar a que el planeta sea un lugar habitable. Colaboraremos con nuestros convecinos para hacer de un yermo alienígena en una tierra verde y cargada de vida, aunque no será nada fácil.
En el proceso, por supuesto, podremos hacer un montón de cosas, desde pescar usando las tecnologías más modernas del lugar hasta recolectar recursos usando bombas con explosiones controladas, pequeños rayos láser que hacen las veces de herramienta, etc.
Con un estilo muy simpaticón y un desarrollo secuencial, es un juego mayormente interesante que, eso sí, tiene que seguir limando asperezas. Pese a ello, me ha llamado mucho la atención. A fin de cuentas, no todos los días puedo decir que estoy terraformando un planeta mientras mi gato-robot me da consejos de vida e industrialización.
En 3DJuegos PC | Starfield y AMD se alían mientras que ponen en duda el papel de NVIDIA y su DLSS en la versión de PC
En 3DJuegos PC | Aprende a programar 'con' Rick Astley en este juego con reseñas un 96% positivas
En 3DJuegos PC | Diablo 4 revive su debate más candente después de un fin de semana infernalmente accidentado