The Elder Scrolls V: Skyrim es, sin lugar a dudas, uno de los RPG más influyentes de la historia. Desde su gran mundo hasta su enorme legado, el título de Bethesda es una obra titánica, un pez grande en un océano de juegos de rol. Recordando su anuncio, recuerdo a Todd Howard hablando de todas sus bondades: las montañas que puedes escalar, la infinidad de misiones que están disponibles, y, sobre todo, las vidas privadas de sus NPCs.
Según la propia Bethesda, cada uno de los ciudadanos de Tamriel tiene sus cosas que hacer a diario, una vida sin ninguna relación con tu aventura como Alma de Dragón. Pero, ¿cómo de trabajado está esto? Con esta pregunta en mente, decidí que salvar el mundo podía esperar, y me dediqué a hacer lo que todo buen investigador haría: seguir a varios personajes dentro del juego las 24 horas durante días. Lo más normal del mundo, vaya.
Los NPC de Riften son unos sosos
Pero, ¿qué criterio usé para ello? Pues la verdad es que me quise poner muy pocas barreras. Empecé eligiendo algunos NPCs con funciones variadas dentro del juego: tenderos, protagonistas de misiones, figuras políticas y personas aleatorias, un poco de todo para que mi acecho fuese lo más heterogéneo posible.
Comencé mi labor en Riften, y me decanté por una de las comerciantes de la ciudad. Y sí, a ver, tiene su rutina diaria, pero esta tampoco es que sea gran cosa. Todos los días por la mañana va a la posada a desayunar, después abre su puesto, donde se queda atendiendo su negocio (el cual va bastante mal, pues nadie le compra nada nunca a no ser que seas tú el que decida hacerlo), y luego se vuelve a casa a cenar y dormir cuando llega la noche. No me preguntes cómo sé que se pasa la noche entera durmiendo sin hacer nada más porque me vas a poner en una situación incómoda, por favor.
La jarl hace tres cosas: dormir, sentarse en su trono y comer
Seguidamente, me entró curiosidad por ver cómo viven en las altas esferas, así que me marché hacia la residencia de la Jarl Maven Espino Negro. De esta parte de mi aventura he sacado dos conclusiones: la primera es que el equipo de Bethesda ha calcado perfectamente el espíritu de lo que hace la nobleza, mientras que la segunda es que mi gato es un Jarl.
Y es que esta señora únicamente hace tres cosas en su día a día: dormir, sentarse en su trono y comer. Pasé cuatro días vigilándola las 24 horas y solo se dedicó a estas actividades. Total, que mis dos primeros sujetos de estudio no estaban dando muchos resultados: repetir tres rutinas a lo largo del día y otra vez me tenía algo preocupado. ¿De verdad no había nada más en las rutinas de los NPC de este RPG?
Ventalia está lleno de frikis
Tras codearme con la élite, decidí abandonar Riften. "Quizás la gente es algo sosa por esos lares y en Ventalia tienen algo más de salero", pensé, con lo que ya tenía nuevo rumbo. Y, bueno, aquí es donde la cosa se tornó un poco rara. Desde luego, tienen salero, aunque son un poco bizarros. Al llegar allí, recordé la misión Sangre y hielo, que está protagonizada por un asesino en serie.
Pensando que su rutina debe de tener alguna pista sobre sus actividades, Calixto me pareció el candidato ideal para ser estudiado, y la verdad es que no decepcionó. Me abrí paso hasta su tienda y comencé a observar como si de un safari se tratara. A la tarde-noche salió de su casa y creí que por fin iba a ver algo diferente, como seguir a sus víctimas o realizar alguna actividad sospechosa. ¡Y sí, sospechoso fue un rato!
Lo primero que hizo, pese a tener su propia cama en casa, fue echarse a dormir en el suelo de un callejón, yo qué sé. Desde luego, esto prometía. Para mi alegría, el señor este resultó ser bastante sospechoso, aunque no de la manera que me imaginaba. Eso sí, más allá de eso, también se dedicó a esperar en una esquina de la ciudad durante gran parte de la madrugada, lo cual puede servir como pista acerca de su identidad, diferenciándolo de otros personajes más normales. Esta te la compro, Todd Howard, bien jugado.
Wuunferth, por dios, ¡que tienes una cama en tu habitación!
Lejos de querer irme de Ventalia, decidí ir a observar lo que hacía el mago de la corte, Wuunferth el Sin Vida. Está directamente relacionado con Calixto, pues es a quien quiere inculpar de los asesinatos, y ahora es mi nuevo personaje favorito del juego. Y es que este hechicero hace honor a su nombre de la mejor manera, pasando sus días sentado en su estudio sin hacer nada, deambulando un poco por los pasillos del castillo y, por alguna razón, yéndose a dormir al suelo de la cocina cuando tiene una cama perfecta en su habitación. Todo muy caótico, vaya. No soy quién para juzgar a la gente de esta ciudad, pero creo que tienen un pequeño problema con el sueño.
Durante el día, la vampiresa infiltrada se refugia del sol
Después de esta experiencia, pensé en otros NPC que tuviesen secretos y acabé dirigiéndome hacia Morthal a buscar a Alva. Su secreto es que es una vampiresa infiltrada en la ciudad, con lo que estaba segurísimo de que iba a tener alguna cosa que la distinguiera del resto de los personajes. Y, en efecto, así es. Si la intentas buscar durante el día, va a ser imposible que la encuentres, pues estará refugiándose del sol echándose una cabezada en su ataúd del Ikea medieval. Por la noche, eso sí, merodea por la ciudad... o eso es lo que diría si su vida no consistiera en ir de su casa a la posada y de la posada de vuelta a casa.
Usando algunos comandos para ser invisible a los NPC, decidí colarme en su morada para ver a qué se dedicaba durante el día, y me fui bastante confuso. Porque sí, duerme en su ataúd, pero solo a ratos. En mi visita a su domicilio, se dedicó echarse cabezaditas en la cama que tiene en el piso de arriba, y luego en su tétrico lecho del sótano, rotando entre ambos lugares de tanto en tanto.
Que, a ver, no me parece del todo descabellado porque la cama tiene pinta de ser increíblemente más cómodo que su caja de pino fúnebre, pero no dejó de sorprenderme lo aleatorio que parecía todo, como si los comportamientos genéricos de los NPC entrasen en conflicto con la rutina personalizada de la vampiresa.
Conclusiones de Callejeros: Skyrim
Habiendo elegido dos personajes con secretos a sus espaldas y otros tantos que simplemente se dedicaban a existir en el mundo del juego, pude comprobar que sí, en efecto, todos tienen una rutina, pero estas solamente consiguen estar cerca de brillar cuando hay algo más detrás de los NPC. Aquellos que simplemente están en el mundo como relleno genérico parecen tener estas costumbres por obligación, pero los momentos en los que los hábitos de los personajes te dicen algo sobre ellos y su vida me hicieron ver el enorme potencial que hay detrás de este trabajo, algo que me encantaría ver ampliado en The Elder Scrolls VI.
Total, que sí que es verdad que los personajes secundarios de Skyrim tienen sus tareas diarias, pero en mi rigurosa investigación a pie de calle me he topado con que todo parece un poco superficial. La ilusión está ahí, pero la ejecución no tanto. Aunque, ¿por qué debería? La idea del juego no es meterte en ciudades donde todo sea súper realista, sino tener eso de decoración para tus aventuras, ¿no? Pues la escena del modding no está de acuerdo con eso. En Nexus Mods hay un proyecto llamado AI Overhaul que busca crear más rutinas por personaje, además de aleatorizarlas un poco para que no todo sea sota, caballo y rey, y la verdad es que es algo que se nota.
Ver a los NPC hacer actividades del día a día, como cortar leña o echar un vistazo en el mercado, además de ir a trabajar o tener conversaciones esporádicas. Sigue sin ser algo súper complejo, y mirar todos sus comportamientos fijamente hace que se noten las costuras, pero ahí está parte de la magia. Esto sigue sin ser un simulador, sino que es parte de la ilusión que te transporta dentro del juego y creo que el próximo juego de la saga debería tomar nota para darnos el juego de rol más inmersivo hasta la fecha.
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