Este juego de rol táctico tendrá secuela dentro de poco, pero la primera parte es tan buena que me recuerda a lo mejor de Advance Wars y Fire Emblem

Tiempo ha, Chucklefish sorprendió a propios y extraños con un precioso juego de rol táctico por turnos con reminiscencias de Advance Wars, Fire Emblem y Final Fantasy Tactics, todo al mismo tiempo, pero con una singularidad: el humor. A diferencia de estos, Wargroove logró hacerse un hueco en la comunidad gracias a su desenfadado estilo gráfico, su simpática premisa y sus alocados personajes.

Ahora está a punto de regresar, pues el próximo 5 de octubre se publicará su segunda entrega. En esta ocasión viajaremos hasta las costas de una nueva región y redescubriremos el mundo junto con una nueva facción, aunque estamos adelantando acontecimientos. Hoy quiero hablaros del primer juego.

Wargroove es uno de los mejores juegos de rol táctico que he probado

De buenas a primeras, Wargroove se presenta como un juego de estrategia y rol por turnos en donde tendremos que controlar a una serie de unidades predeterminadas a través de un escenario dividido por cuadrículas. Durante los primeros compases de juego apenas contaremos con un puñado de soldados, pero, a medida que avancemos, descubriremos que hay bastante variedad en ese sentido.

Tanto es así que, si dejamos a un lado la campaña, comprobaremos que cada facción es única a su manera y que, además, la estrategia cambia muchísimo en función del comandante (hay 12 de base) que usemos con una u otra. De esta manera, además de los clásicos caballeros, podremos controlar a una horda de no muertos, a una suerte de criaturas del bosque tan salvajes como simpáticas...

Hay un poco de todo, y he ahí la gracia. No obstante, no debemos dejarnos engañar por su precioso apartado artístico y su sentido del humor absurdo. Wargroove es mucho más y, si uno se para a mirarlo con detenimiento, se dará cuenta de que es un juego de estrategia mucho más complejo de lo que parece.

Un juego mucho más desafiante de lo que cabría esperar

Además de disponer de una curva de dificultad muy bien escalonada, Wargroove se acaba convirtiendo en un auténtico desafío (uno de esos que te hace sudar la gota gorda) a la hora de superar la campaña principal y/o conseguir las tres estrellas de cada nivel. Así pues, la primicia inicial es la de un juego bastante extenso con un buen nivel de desafío.

Lo mejor de todo es que Wargroove ha pensado en su comunidad desde el primer día. ¿Cómo? A través de algo tan sencillo como un creador de mapas. Nada más llegar a Steam, el juego aterrizó con modo multijugador tradicional y la posibilidad de crear nuestros propios mapas.

Gracias a esto, la comunidad fue capaz de diseñar hasta campañas completas. Lo que logró con esto es que su contenido no dejase de crecer durante meses obteniendo, el proceso, diseños originales verdaderamente apasionantes.

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