Desde tiempos inmemoriales, miles de jugadores se han planteado —en algún momento de sus vidas— cómo sería su RPG perfecto. Por desgracia, lanzarse al desarrollo de un proyecto así no es una tarea sencilla, aunque hay herramientas que nos lo ponen relativamente fácil. Una de las más conocidas y queridas por parte del público es RPG Maker. Lo curioso es que, en realidad, es una franquicia tan antigua que se remonta al año 1992.
Ahora bien, no hace falta viajar hasta los albores de la industria para encontrar sus versiones más modernas, pues hay dos que siguen siendo relativamente recientes. Por un lado, tenemos RPG Maker MV, de 2015, mientras que por el otro tenemos RPG Maker MZ. Este último, lanzado en agosto de 2020, tiene la particularidad de que solo es compatible con equipos x64. Vale, sí, todo eso está muy bien, pero... ¿Para qué sirve esta herramienta? ¿Qué es exactamente?
RPG Maker o cómo crear tu propio videojuego sin tener ni idea
A grandes rasgos, RPG Maker es una herramienta que nos permite diseñar nuestro propio RPG omitiendo de la ecuación cualquier concepto excepcionalmente complejo para el usuario promedio. En cierto modo, es un compendio de recursos (mapas, avatares, miniaturas, edificios, monstruos, etc.) prediseñados y organizados de tal manera que podamos abordar la creación de un videojuego desde cero. Y aunque es posible importar nuestras propias creaciones si tenemos mano para los diseños, lo cierto es que no es necesario.
De una u otra manera, incluye todo lo que podamos necesitar para empezar, continuar y terminar un proyecto tipo RPG. De ahí su nombre. Por supuesto, esto es solo el comienzo, ya que (aunque a veces depende de la edición, pues las de consolas, por ejemplo, están más limitadas) puede incluir editores de scripts, desde Java hasta C++, pasando por RGSS o HTML5. Como es lógico, dependiendo de nuestros conocimientos, podemos abordar proyectos más o menos complejos, pero la idea es esa.
Siendo sincero, tampoco quiero andarme por las ramas y abordar sus cuestiones más técnicas, pues considero que es bastante menos interesante. Es por esto mismo que, dejando muy claro que contiene toda clase de recursos audiovisuales, así como su propio sistema para crear eventos y diálogos, me gustaría acabar este apartado explicando que es RPG Maker es una herramienta con diversos grados de complejidad y distintos grados de recompensa. Si le dedicas el tiempo mínimo, podrás hacer cosas relativamente apañadas, mientras que si te metes de lleno en el proyecto, puedes producir auténticas joyas de la industria.
Nos ha dado muchas joyas... y no todas tienen porque ser un RPG convencional
De hecho, tenemos muy buenos ejemplos de ello. To the Moon, uno de los juegos narrativamente más bonitos que he probado en mucho tiempo, fue hecho desde cero aprovechando las bondades de RPG Maker. Sucede lo mismo con Omori, otro título capaz de sumergirnos en un auténtico viaje de introspección de lo más singular. ¿Y esto qué quiere decir? Que si tienes buena mano o una idea interesante, no tienes que limitarte única y exclusivamente a un RPG convencional.
Buena prueba de ello Ib, un juego indie de terror muy conseguido, Corpse Party, una franquicia de horror tan célebre que hasta ha recibido adaptaciones animadas. Por supuesto, también hay juegos de rol convencionales que han logrado destacar con altos grados de aceptación, siendo este el caso de Seraphic Blue o Ara Fell. El caso es que hay un poco de todo. Por supuesto, esto no quiere decir que alcanzar el éxito sea fácil.
A lo largo de los años se han creado miles de juegos con RPG Maker, pero la mayoría de ellos permanecen en la sombra, ya sea por culpa de la mala suerte, una mala publicidad, falta de recursos o ambición, etc. No es una fórmula de éxito garantizada, pero sí una puerta de entrada al mundo del desarrollo (ya sea desde una perspectiva amateur o con un enfoque más profesional) muy interesante. Así pues, si siempre has tenido la mosca del desarrollo detrás de la oreja, tal vez te convenga echarle un ojo a RPG Maker.
Eso sí, debes tener en cuenta que no es "barato". A diferencia de los juegos convencionales que te puedes encontrar por Steam, aquí el precio de venta de los modelos más recientes siempre es superior a los 70 euros. Sin embargo, no estás adquiriendo un videojuego al uso, sino una herramienta con la que puedes hasta vender tus propias creaciones, siempre y cuando respetes las leyes de propiedad intelectual y no infrinjas la política de sus creadores. Es por esto mismo que, en realidad, considero que no es caro.
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