Elden Ring no es un juego puramente multijugador, a pesar de que sí que incluya opciones como tal. Las invasiones y las ayudas a los amigos y demás usuarios suponen una parte fundamental del juego aunque quizá muchos jugadores la desactivan para disfrutar del título en solitario.
Esta fue una de las incorporaciones más interesantes de los souls allá por 2010, pero también un enorme quebradero de cabeza para el usuario que se ve invadido por jugadores de altísimo nivel que buscan divertirse con los novatos. En este caso, Malcolm Reynolds no solo busca diezmar a los usuarios de bajo rango, sino hackear su juego por medio de prácticas bastante curiosas.
Este conocido hacker ya ha actuado en títulos como Dark Souls 3 y Dark Souls Remastered. Reynolds no solo invade la partida de otro jugador y se enfrenta a él únicamente con magia, sino que estos hechizos han sido modificados, con herramientas del propio juego, para introducir un artículo artículo malintencionado en nuestro inventario una vez acabe con nosotros —algo que sucederá con muchísima facilidad—.
Esto hace que salten todas las alarmas de Easy Anti-Cheat, el conocido anti-piratería que hace acto de presencia por primera vez en un juego de la desarrolladora nipona. Este artículo que introduce está basado en el propio está código del juego, pero no está presente en el juego en sí, por lo que Easy Anti-Cheat detecta que el usuario está haciendo trampa y recibe un baneo por parte de FromSoftware.
Lo único que pueden hacer estos usuarios invadidos es desconectarse o morir por su propia mano para así cargar de nuevo el juego. Y es que, aunque puedas pensar que Reynolds es un jugador más al que quizá podrás derrotar, lo cierto es que usa ciertos exploits —disponibles en el juego de por sí— para realizar ataques mágicos con un daño desmedido, aunque visualmente espectaculares.
Pero, ¿por qué hace esto? Lejos de hacerlo por diversión, Malcolm Reynolds ha adelantado muchas veces que es algo así como un antihéroe que busca que tanto FromSoftware como su editora, Bandai Namco, añadan mejores métodos de prevención de trampas en sus títulos. "Soy un mal necesario", añadió Reynolds en su entrevista para Kotaku. "Quizás os estéis preguntando que si me pillan, forma parte del plan. De hecho, sí. Si logro que me pillen tal vez Bandai lo arregle".
Por el momento, Reynolds no parece que vaya a detenerse ahí y seguirá invadiendo y diezmando usuarios para mandar un mensaje a la desarrolladora japonesa. Un motivo muy similar al que vimos el pasado año con Apex Legends, que vio cómo una ola de hackers atacó el juego con el fin de hacer un llamamiento con el fin de que Electronic Arts arreglase Titanfall 2, juego que lleva a merced de los hackers años.
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