A principios de año, Tale of Immortal dio mucho que hablar por concentrar a muchísimos jugadores en Steam. Tras el foco mediático, también desde Occidente, este RPG chino anunció localización al inglés. Ahora, tras 10 horas con él, tengo claro que será difícil que arrase también en nuestro territorio. ¿Es un mal juego? Para nada, pero no termina de atrapar como debiera.
Recuerdo perfectamente el revuelo que causó Tale of Immortal el pasado febrero: un juego chino, del que nadie había oído hablar por Occidente, estaba triunfando en Steam con muchísimos jugadores. El juego, un RPG de mundo abierto en 2D basado en la cultura china, solo estaba en idiomas asiáticos y algunos por aquí se aventuraron a probarlo con el evidente hándicap de no entender nada de lo que sucedía. He de decir que ese éxito me llamó profundamente la atención y me alegró saber que el juego se localizaría al inglés.
El juego vendió en algo más de un mes 1,8 millones de copias, cifra que ya quisieran muchos títulos poder alcanzar. La explicación más sencilla a este éxito es que hay muchos jugadores chinos y un videojuego que apuesta claramente por ese público (mucho más que, por ejemplo, el esperadísimo Black Myth: Wukong) tenía todas las papeletas para triunfar.
Pero, ¿cómo es el juego? ¿Merece la pena? ¿Es una propuesta muy focalizada en su público y que no entenderemos tanto por aquí? Pues para descubrirlo he estado jugando algo más de 10 horas a Tale of Immortal, gracias a su traducción al inglés, y os voy a hablar de mi experiencia. El juego sigue en acceso anticipado y esto no es un análisis, no lo toméis así ni de cerca: es una toma de contacto que me deja muchas lecciones aprendidas.
Tale of Immortal, un RPG extraño
Tale of Immortal se hace raro, no puedo decir lo contrario. Todo es familiar por una parte, pero a la vez se siente lejano. El juego es intuitivo y la traducción al inglés, aunque es algo bruta y compleja, ayuda perfectamente a disfrutar de este profundo juego. El título de GuiGu sigue en desarrollo, pero la cantidad de contenido que tiene ya abruma: habilidades, cientos de NPCs, crafteo, exploración, combates... Siempre hay algo que hacer en el juego, lo que no quiere decir que sea muy divertido.
El videojuego nos deja crear a nuestro personaje nada más empezar, desde un curioso editor que me ha sorprendido por su variedad de opciones. La historia tras el juego, que en este período que le he dedicado no me ha parecido nada destacable, nos pone en la piel de un "cultivator" (cultivador en español, pero la acepción no encaja bien en nuestro idioma). El objetivo es conquistar el mundo, dominar a las bestias de la mitología china y ser el guerrero más importante.
Decía que no encaja bien en español esta traducción porque tampoco creo que esté afinada en inglés. Sí, somos un campesino que cultiva la tierra antes de verse inmerso en la aventura, pero el término indica mucho más en el juego: tenemos que "cultivar" nuestra mente y nuestro cuerpo para desarrollar toda su fuerza interior. La cultura china está por todas partes y esta es una prueba más.
Este es un RPG de mundo abierto y su mapa es realmente extenso, pero al ser en 2D su funcionamiento es distinto a otros juegos. Cada punto del mapa es una casilla por la que nos movemos, como si de un juego de mesa se tratase, dividido en cuadrículas. Cada avance por los cuadrados supone que pasa un día, y así pasan meses, años... Esto sirve para que cada mes el mundo cambie, aparezcan nuevas bestias, mueran otras, e incluso algunos NPCs empiecen a oír historias sobre nosotros y quieran charlar con nosotros... o matarnos.
El sistema está bien, pero no me parece que su influencia sea tan importante como uno piensa al principio. El mapa es grande e ir de una ciudad a otra puede consumir un mes entero, cuando no más, por lo que el propio juego es consciente de que los cambios de cada mes tienen que ser comedidos, porque la mayoría de veces ni los verás. Hay sistema de teletransporte en algunos lugares concretos, pero hay que pagar, y no es precisamente barato.
Action-RPG en 2D vistoso, pero con poca gracia
El sistema para crecer y subir de niveles me ha parecido interesante, pero a la vez algo tedioso. Vamos consiguiendo puntos de experiencia por el mapeado (no exactamente en los combates) y, llegados a cierto punto, podemos liberar nuestra fuerza interior, pero para hacerlo necesitamos objetos. No subiremos el nivel sin ellos.
Al principio es sencillo conseguirlos, porque estarán en las tiendas, pero más adelante tendremos que obtenerlos de monstruos o incluso fabricarlos. El problema es que, aunque el juego te da pistas de dónde están esos ítems, encontrarlos no es tan sencillo e incluso es algo confuso. He encontrado más de uno por pura suerte.
Subir de nivel nos dará más fuerza en combate y también destreza en el trato con otros personajes, pero centrándonos en lo primero, las batallas son enfrentamientos en escenarios aparte al más puro estilo Action-RPG. Y esto me ha dejado otra sensación agridulce: no están mal, pero cuando llevas unos cuantos te percatas de que no son tan entretenidos.
Tenemos habilidades que vamos adquiriendo y podemos personalizar nuestro set con total libertad, y el juego es muy complejo en el desarrollo del personaje, algo que me choca teniendo en cuenta que los combates son más bien rápidos. Aún hay elementos que no he podido ver con la profundidad que claramente necesitan, pero me esperaba más. El juego se basa en tener nivel suficiente, spammear ataques y poco más, salvo algunos enfrentamientos muy concretos con algún jefe que nos invita a utilizar otra estrategia. Ni siquiera hay un comando para esquivar.
En todo el desarrollo nos iremos encontrando con muchísimos NPCs: algunos serán amigos, otros enemigos, e incluso podremos tener pareja. Más allá de varios intentos de asesinato y regalos de algunos aliados, en mis horas de juego no he terminado de ver exactamente para qué sirve esta mecánica. Y en este punto es posible que ya estéis viendo cuál es el gran problema del juego: el que mucho abarca, poco aprieta.
Un juego tan completo... que no destaca en nada
Yo siempre he pensado que un juego no tiene que hacer 100 cosas; puede hacer pocas y hacerlas bien, y así será bueno. La sensación que me queda con Tale of Immortal en este primer contacto es que el juego quiere ser tan inmenso que no termina de llenarte en ninguna de sus facetas. Hay millones de sistemas para cada cosa, pero la realidad es que ninguno de ellos te sorprende o llama la atención. El combate no es muy atractivo, la exploración cansa y a veces los mejores encuentros suceden de forma aleatoria (algo que no ayuda mucho a que divierta) andando por el mapa sin rumbo, y la historia no termina de atrapar como esperaba.
Y no creo que tenga nada que ver con un choque cultural: creo que el juego no es de un nivel tan alto como su éxito podía sugerir. Como comentaba, ni el relato me ha sorprendido, y he de decir que esperaba mucho más en este aspecto. Tale of Immortal es único y si estáis buscando probar cosas nuevas notaréis desde el primer momento que tiene un toque exótico, pero no me parece un gran RPG, aunque no es un mal juego ni mucho menos. En PC tenemos exponentes magníficos de rol actualmente que valen más la pena y vuestro tiempo.