La industria del PC se ha topado este comienzo de década con un enorme problema en el precio de ciertos componentes. Hay que tener en cuenta que la oferta y la demanda, así como la disposición de los componentes para fabricar esos, perdonadme la redundancia, componentes, marca el precio final de los productos.
No es la primera vez que hemos visto un escollo como este. En 2017, la comunidad sufrió un aumento de las memorias RAM que llegaron a alcanzar precios desorbitados; mientras que poco después lo hizo el almacenamiento. Ahora, Intel corta de lleno esta "época de bonanza" y anticipa una subida en el precio de varios de sus componentes manufacturados, lo que se traduce en un incremento notable de cara al usuario.
Según destaca el medio estadounidense The Verge, la compañía está a la espera de incrementar un 20% el precio de sus procesadores —entendemos que tanto para gaming como ofimática— y una amplia gama de chips y otros circuitos fabricados para la conectividad, lo que afectaría a dispositivos para Wi-Fi o redes ethernet. El motivo no es otro que la inflación actual y el aumento de los costos en los materiales, envío y mano de obra de estos productos.
No obstante, podríamos pensar que hablamos de una suposición basada en datos estadísticos realizados por Intel, pero nada más lejos de la realidad. El "equipo azul" ya ha informado a sus clientes sobre los aumentos de precios, y es probable que conduzca a más incrementos de precios en PC prefabricados y portátiles durante los meses restantes antes de acabar este año 2022.
Una situación difícil no solo para los usuarios, sino también para la propia compañía ya que esta subida llega en uno de los momentos más complicados para Intel con un descenso cercano al 13% en los envíos de PC en todo el mundo, según comparte la compañía Gartner —empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información—. Mientras tanto, la llegada de Intel ARC, que se prevé para este año, sigue generando enormes dudas.
De hecho, la propia Gartner argumenta que "este es un revés importante en el volumen total después de dos años de crecimiento muy fuerte estimulado por el COVID-19 y un interés renovado en los ordenadores entre los consumidores y el segmento educativo”. La estabilidad que estábamos disfrutando en el mercado de los componentes para PC, se truncará en los meses siguientes.
Ahora, el usuario se enfrenta a una disyuntiva muy preocupante. Por un lado, este es el momento perfecto para comprar un PC o actualizar ciertos componentes del mismo antes de la imparable subida que Intel ya ha vaticinado. Por otro, esta es una situación que acabará estabilizándose con el tiempo, por lo que siempre cabe la posibilidad de esperar a los planes de los 3 grandes —Nvidia, AMD e Intel— de cara a 2023 y 2024.
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