Si has jugado a Final Fantasy XIV o cualquier MMO, sabrás que son juegos que están absolutamente llenos de contenido y cosas que hacer. Desde mazmorras y peleas de jefe hasta todo tipo de minijuegos o colecciones, el RPG online de Square Enix está lleno de cosas que hacer, y uno de sus jugadores decidió emplear su tiempo en conquistar un récord mundial: trepar la torre de Kugane más rápido que nadie, y lo consiguió. Aun así, la historia no acaba en triunfo sino en derrota. Hoy toca hablar sobre una de las historias más memorables que han ocurrido en este título.
Todo empieza con un jugador y creador de contenido norteamericano llamado Pint y la legendaria torre de Kugane. La construcción en cuestión es el edificio principal de una de las ciudades del juego. Ataviada por fuera con un montón de plataformas, uno de los logros más emblemáticos del juego es convertirse en un dios de los plataformas y escalarla. Un paso en falso puede significar empezar desde la nada y hay que ser muy diestro con los saltos, con lo que es un desafío que requiere destreza y paciencia.
El gran reto de Final Fantasy XIV: la torre de Kugane
Pint, un carismático lalafell, encontró el récord mundial de la torre y se puso manos a la obra. Conseguido por un jugador japonés aparentemente anónimo, su habilidad era indiscutible, lo cual llevó a Pint a entrenar durante meses y meses. Empleando incluso técnicas que no estaban en el juego cuando el primer campeón, un tal Em0_oticon, consiguió coronar la torre, Pint estuvo meses y meses practicando para romper el anterior récord: 43,58 segundos.
Pint prácticamente vivía en la torre y respiraba plataformeo. Día tras día intentaba convertirse en una leyenda sin éxito, pero poco a poco lo fue consiguiendo. Al final, gracias a su perseverancia, habilidad y recursos, Pint consiguió lo que quería: convertirse en el campeón del mundo de la Torre de Kugane y alzarse con un monstruoso récord de speedrunning para ser conocido por todos los jugadores: 43,30 segundos. Buena historia de superación, ¿no? Sí, pero este no es el final.
Para fraguarse un récord como el de Em0_oticon, había que ser todo un prodigio de este tipo de desafíos, y a Pint le extrañó mucho no poder encontrar más proezas realizadas por este jugador... hasta que supo por qué. Este nombre no era más que un seudónimo para Pydoyks, un speedrunner legendario que dominó la escena de Ocarina of Time y Mario Odyssey antes de desaparecer para siempre.
Con más de una década de experiencia speedrunneando, si algo quedaba claro es que a Em0_oticon lo único que le interesaba era el desafío y la competición para ver quién es el mejor. Cuando Pint superó su récord, dejó un mensaje para su rival: "Si crees que puedes vencerme, enséñame de qué estás hecho".
Cómicamente, Pydoyks hizo exactamente eso. Unas 24 horas después de que Pint publicase un vídeo de más de 30 minutos en el que detallaba toda su experiencia, el canal de YouTube de Em0_oticon/Pydoyks volvió a estar activo una vez más gracias a un solo vídeo: speedrun de la torre de Kugane en tan solo 38,74 segundos. Con una ventaja tan aplastando y sin decir nada, recuperó el récord mundial dejando al pobre Pint con una bonita medalla de plata.
Esto no significa que el logro de Pint no fuese una auténtica proeza. Medirse con uno de los mejores jugadores de videojuegos de toda la historia y, de hecho, conseguirle ganarle una vez es algo que prácticamente ninguno de nosotros podrá hacer nunca. Esta historia no es una que acaba con un sabor agridulce, sino con un mensaje claro: en el mundo de los videojuegos, perseverar es conseguir lo que queremos, solo hay que dedicarse a ello con paciencia y esperanza.
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