8 años han pasado ya desde que A Realm Reborn, el renacimiento de Final Fantasy XIV, saliese a la venta. Tras un lanzamiento bastante infame, el MMORPG de Square Enix volvía con fuerza para demostrar que sí podía darle la vuelta a la tortilla. Ahora, con la llegada de Endwalker, vemos finalizada la historia de los Ascians con una pregunta en mente: "¿Ha conseguido el equipo de Naoki Yoshida sobreponerse a todo y acabar esta aventura satisfactoriamente?".
No me voy a andar con rodeos. La respuesta es un "Sí" rotundo. Rotundísimo, incluso. Endwalker es, sin lugar a dudas, mi expansión favorita de Final Fantasy XIV, una de las mejores experiencias de videojuegos que he tenido en todo el año y, con bastante seguridad, uno de los mejores lanzamientos que ha tenido la empresa nipona desde la época de la PlayStation 2. Esto es algo que ya habrás oído de mucha gente, aparte de las infames colas, todo el mundo está hablando de lo potente que es. Pero, ¿por qué? ¿Qué es lo que hace que sea tan impresionante?
La cuerda floja de los MMO
A la hora de interactuar con MMORPGs, es muy normal que haya gente que prefiera ciertos aspectos de estos colosos a otros. Conozco muchas personas que se centran en el contenido de historia y no están interesadas en las peleas más exigentes. También a gente que prefiere el raideo y los farmeos a la trama. El trabajo de todo desarrollador es, aún más que en videojuegos de otros géneros, intentar equilibrar todo, y me atrevería a decir que esta expansión es la que mejor lo ha conseguido hasta la fecha.
Se dice mucho que Final Fantasy XIV es una celebración de la saga. Plagado de referencias, guiños, apariciones estelares e incluso continuaciones de eventos de la franquicia, es una delicia jugarlo siendo fan de estos JRPG. Pero es que Endwalker lleva todo esto un paso más allá, no solo a través de los cameos y homenajes, sino autorreferenciándose en todo momento que puede. La nueva expansión del MMO de Square Enix es el punto en el que convergen todas las corrientes que han dado forma a uno de los viajes más increíbles que he tenido en el medio. Es, definitivamente, la esencia destilada de este videojuego y un broche de oro muy a la altura de las expectativas.
El viaje definitivo de Guerrero de la Luz
En cuanto a su historia, Endwalker es la expansión más filosóficamente cargada que se ha visto en el MMORPG de Square Enix. Con todo lo que había ya abierto en el juego, habría sido normal limitarse a mandar a los héroes a apagar fuegos de punto A a punto B, acabar en una batalla épica entre el bien y el mal y terminar la saga de los Ascians con los protagonistas triunfando ante los villanos. Esto era hacia lo que el final de Shadowbringers apuntaba. Sin embargo, el equipo de Yoshi-P ha preferido subvertir todas las expectativas del público y plantear una narrativa que podría ser prima lejana del aclamado y querido Final Fantasy IX.
Tratando la llegada de los nuevos Final Days, explicando por fin la tragedia tras la caída de los Ascians, sumergiéndose en los secretos de Sharlayan y El Foro, y desvelando los misterios ocultos de Hydaelyn, los cabos que quedaban por atar confluyen para impulsar una narrativa más adulta y minuciosa. Endwalker intercambia momentos de gran delicadeza con la emoción épica que era de esperar en el final de este arco, dotándose a sí misma de un halo de humanidad que nada tiene que envidiar a pesos legendarios del género de los RPG en general.
Poniendo como centro de todo a personajes que buscan una razón para vivir en un mundo imperfecto, la historia creada por Natsuko Ishikawa busca ir más allá de los tonos de moralidad gris de Shadowbringers y traer una narrativa de auténticas crisis existenciales, dilemas morales y la búsqueda por una razón de ser. Esto permea todo el arco de Endwalker, y culmina trayéndonos al elenco mejor desarrollado y más humano de estos 8 años de travesía.
Por otro lado, los momentos que no tratan de esto, sino de la auténtica calamidad que asola el mundo de Hydaelyn son, sin lugar a dudas, algunos de los más sombríos que he visto en la saga. En más de una ocasión llegué a plantearme que a más de uno le recordaría al arco del eclipse de Berserk, el manga de Kentaro Miura.
Puede parecer, así descrito y sin mucho contexto para evitar spoilers, que el tono puede ser un poco demasiado sombrío o pesado pero, estando condimentado con momentos de esperanza, camaradería e introspección, Endwalker ofrece una de las aventuras más conmovedoras e impresionantes de todo el género.
Esto, como nos tiene acostumbrado el equipo de Square Enix, también se refleja en su música. Masayoshi Soken, el increíble compositor de la Creative Business Unit III no solo está de vuelta tras su batalla contra el cáncer, sino que ha puesto todo su ser en una banda sonora digna del broche de oro de la épica nipona.
Sus canciones más impresionantes mezclan temas antiguos para traerle a Final Fantasy XIV un final catártico.
Sus piezas más "pequeñas" son el reflejo perfecto de lo que significa Endwalker para la historia de Eorzea y el resto de su mundo. Mezclando urgencia y desesperación con cercanía y esperanza, el músico japonés ha conseguido superar su trabajo en Shadowbringers para dotar a todas las escenas importantes de una emotividad perfecta.
Por otro lado, sus canciones más impresionantes mezclan temas antiguos (como Answers, Maker's Ruin o Invincible) para traerle a esta parte de Final Fantasy XIV un final catártico y potente a más no poder, hablando a través de sus melodías del viaje recorrido hasta ahora.
Al final, a nivel argumental y emocional, estamos ante una aventura colosal que no solo está a la altura de las expectativas, sino que, con cada giro de guion que no me esperaba, hizo que me preguntase "Ay, ¿y esto cómo lo van a superar?". Siendo sinceros, en algunos momentos me preocupó que simplemente no se pudiera ir más allá de lo presentado y la cosa se quedase estancada, pero esto resultaron ser temores sin fundamento.
Clases nuevas, sí, pero con filosofías renovadas
Como era de esperar, Endwalker trae dos clases nuevas, Sage y Reaper, que ponen sobre la palestra nuevas sinergias de lo más interesantes. Sage, por su parte, se posiciona como el segundo healer de escudos del juego (destronando a Astrologian) y busca ser el curandero calculador que mitiga el daño antes de que ocurra y recupera vida a través de su propio DPS. Gracias a sus habilidades, deberá estar más sincronizado con los tanques que otros healers (haciendo uso de Kardian durante las tank swaps, por ejemplo), cosa que otorga una dimensión nueva a su rol. Es relativamente complicado de usar y, aún así, consigue ser una de las clases más satisfactorias que están en el MMORPG de Square Enix hasta la fecha, dotando de más dinamismo a un rol que se basa mucho en reaccionar a lo que pasa a otros jugadores.
Reaper, por su parte, es un DPS hecho y derecho. Contando con grandes cantidades de daño y una gran variedad de habilidades, representa muy bien todos los cambios que se han hecho a las clases ofensivas: flexibilidad y (cierta) movilidad por encima de todo. Teniendo en cuenta la cantidad de DPS que tiene el juego, es comendable que hayan podido crear otro más que no se sienta ni demasiado alejado ni demasiado parecido a los que ya hay. Es muy probable que pronto le caiga algún que otro nerfeo, pues su capacidad de hacer daño está bastante por encima del resto de sus congéneres, pero eso no la hará más tosca o menos divertida, siguiendo la línea que tiene Square Enix de hacer que cualquier trabajo sea viable.
Reducir el tedio hace que el juego se pueda permitir ser más creativo con sus peleas
Una de las cosas que he observado, y que todo el mundo con el que he hablado comparte, es el cambio de filosofía que ha tenido el equipo de Square Enix a la hora de enfocar las clases y sus cambios. Algunas han sufrido modificaciones enormes (como Summoner o Monk), mientras que otras tienen pequeños ajustes, pero todo va en una misma dirección: la flexibilización. He visto comentarios diciendo que Final Fantasy XIV es "más fácil" de jugar acompañados de un tono de crítica o descontento, pero no creo que eso sea un error, sino todo lo contrario. Reducir el tedio hace que el juego se pueda permitir ser más creativo con sus peleas, y esto es algo que se nota mucho.
Sobre todo cuando hablamos de Trials (y especialmente los high end), Endwalker espera mucho del jugador, con mecánicas tan imaginativas como castigadoras. Mientras que en otras expansiones tenía el sentimiento de que a muchos combates les faltaba agresión, aquí hay una sensación persistente: Endwalker es el final de algo, y nuestro Warrior of Light deberá estar listo para pulverizar todos sus límites y triunfar ante las amenazas más exigentes de Hydaelyn y más allá.
Dicho esto, hablando como jugador de Extremes y Savages, el contenido que hay hasta la fecha es de lo más divertido, variado y original que ha pisado este título, y no creo que esto fuese posible sin los cambios que han sufrido las clases. Los combates más importantes derrochan imacinación y dan, sin ser injustos o extremendamente complicados, una sensación de logro y superación que antes parecía estar solamente reservada para aquellos que se atreviesen con las peleas más difíciles del juego.
One brings shadow, one brings light; cosas a medio cocer
Eso sí, incluso el diamante más pulido tiene imperfecciones, y este MMO no se iba a librar de eso. Son quejas pequeñas, pues en general estoy más que contento con lo que hemos visto de esta expansión, pero sí que es verdad que siento que tiene problemas de ritmo a nivel narrativo. Por un lado, hay muchísimo que contar, y a veces parece que la evolución de la trama es demasiado trepidante. En contrapartida, los momentos emocionalmente cargados son geniales, pero hace falta darle descansos al jugador, y estos se alargan un poco más de la cuenta. Al final, tras haber terminado la historia, son cosas que me dan bastante igual, pero sí que es verdad que en su momento me hicieron dudar un poco sobre lo que estaba pasando y la manera de llevarlo.
Por otro lado, a nivel puramente mecánico, algunos de los cambios que han recibido las clases (en concreto, de mi experiencia, los de Astrologian) pueden parecer un poco raros al principio. Es verdad que muchas de las profesiones del título siguen casi iguales (de mis mains, Warrior, Dragoon y Black Mage me hicieron sentir muy en casa), las modificaciones profundas pueden dejarte un poco confuso. Tras unas horas de estar experimentando con las novedades, he de decir que, pese a que esa primera impresión fuese lógica, no veo razón por la que preocuparse. Sí, el título no es perfecto y hay clases que claramente necesitan un rebalanceo, pero, a nivel de equilibrio, es robustísimo.
Endwalker, el broche de oro que merece Final Fantasy XIV
Endwalker ha llegado para demostrar que el equipo de Yoshida tiene entre manos uno de los mejores juegos actuales.
Los MMORPGs son, por definición, algunos de los videojuegos más mastodónicos del medio de los videojuegos. Con ciento (¡e incluso miles!) de horas de contenido, son obras que solo un grupo muy selecto de desarrolladores está preparado para abordar. Puede que Square Enix empezase con mal pie a la hora de crear Final Fantasy XIV, pero la historia de redención de este título es bien sabida y Endwalker ha llegado para demostrar, una vez más, que el equipo de Yoshida tiene entre manos uno de los mejores juegos actuales.
Como ya dije antes, Endwalker es el final de un camino que lleva casi una década construyéndose. Sí, se van a hacer más expansiones para el juego, pero será comenzando nuevas historias y tratando nuevos temas. Despidiéndonos de la saga de los Ascians, me parece que esta expansión será recordada como un hito en la carrera de toda la Creative Business Unit III, Square Enix y el género de los MMORPG. Siendo sinceros, no se me ocurre mejor manera de acabar un camino tan largo.