En menos de un mes llega RoboCop: Rogue City, el videojuego que adapta la película del legendario Paul Verhoeven y nos lleva a una metrópolis llena de crimen y violencia. Controlando al titular policía más poderoso de la historia, este videojuego pone toda la carne sobre el asador apoyándose en la manera en la que RobCop se mueve por el mundo, y la verdad es que no me ha gustado especialmente. Aun así, quiero más videojuegos que sigan esta línea de pensamiento.
Cuando empiezas a jugar a RoboCop: Rogue City, queda claro que estás ante un FPS diferente a los demás. Te mueves despacio, no puedes correr y cuentas tan solo con una potentísima pistola para acabar con hordas y hordas de enemigos que a duras penas pueden dañarte. En efecto, eres RoboCop, y eso tiene muchos pros y contras. A mí no me ha hecho clic, pero eso no es importante.
RoboCop: Rogue City es justo lo que necesitan los shooters, aunque no me guste
Puede sonar a obviedad, pero Rogue City se controla así porque es RoboCop. Hacer que pueda correr y se cubra como los protagonistas de los shooters militares no tendría sentido. Hacer que pueda saltar con cohetes y viajar a velocidades sobrehumanas como en los boomer shooters no tendría sentido. Hacer que tenga la capacidad de ser un experto del parkour como en Titanfall y derivados no tendría sentido. RoboCop se mueve así porque el juego está decidido a ser fiel a RoboCop, y necesitamos más de esto.
No tengo nada en contra de los FPS militares o los boomer shooters, y sabe Dios que Titanfall es una de mis franquicias modernas favoritas, pero aun así hay algo que me da pena como fan de los juegos de tiros: a día de hoy, podríamos agrupar casi todos los videojuegos que salen en estas tres categorías. Rogue City se escabulle de eso.
El año pasado ya hablé del potencial que tenía Blacktail, un título en el que solo podías defenderte con un arco y tu magia, una manera diferente de encarar los FPS. Ahora, con lo nuevo de RoboCop, me repito. Más allá de mis gustos personales, necesitamos más juegos en los que controlar a nuestro avatar se sienta único y diferente. Aun así, entiendo los riesgos y entiendo por qué no se hace.
¿Sabes por qué, en un mando de Xbox, todos los juegos usan la A como botón de aceptar y la B como cancelar? Precisamente por eso, porque todos los juegos lo hacen. En el videojuego, el primer contacto es una de las cosas más importantes, algo que puede romper la conexión del jugador con tu obra y hacer que, directamente, pase de ella. Lo mismo pasa con el gamefeel, o la sensación que da jugar. Si presentas algo radicalmente diferente a lo que estamos acostumbrados como jugadores, hay riesgo de una no aceptación por parte de los gamers, y estos proyectos son demasiado caros como para arriesgarse a ello.
RoboCop: Rogue City es un shooter único e importante
En definitiva, RoboCop: Rogue City es un juego que no me gusta, pero al cual aprecio por lo que es: una apuesta atrevida por traer algo diferente a la mesa y caracterizar su jugabilidad por encima de la tradición y lo establecido. En su búsqueda de personalidad, nos ha traído uno de los shooters más curiosos y únicos que he visto en años, y eso es más que importante.
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