La supervivencia es uno de los géneros por excelencia cuando hablamos de la industria del PC, pues suelen gustar mucho y tiene un público muy amplio. No obstante, a estas alturas de la película parece que está todo inventado, siendo cada vez más complicado encontrar algo que diga ser diferente. Por suerte, de cuando en cuando aparecen alternativas que logran innovar de una manera u otra, y en ese sentido creo que Sunkenland tiene mucho que aportarnos.
Ahora bien, en su origen recuerda mucho a Raft, puesto que todo empieza con la creación de una base en mitad del mar. Sin embargo, aquí no se construye una balsa con la que ir navegando, sino una plataforma de terreno cuyos cimientos llegan hasta las mismas profundidades del oceano. Dejando a un lado que esto es imposible, tiene su aquel, sobre todo porque tiene bastante potencial.
Así es Sunkenland, el survival de mundo abierto a lo Waterworld
En un mundo de carácter apocalípitico en donde los monstruos marinos son el pan de cada día y en cada isla que encontremos existe la posibilidad de que aparezcan extrañas criaturas, nos tocará explorar todo aquello que se encuentre a nuestro alcance para obtener cada vez más recursos para así construir nuestra fortaleza marina de ensueño. En el proceso aplica sistemas de exploración clásicos, así como mecánicas de shooter, pero la idea principal es farmear y craftear para llegar cada vez más lejos.
Y aunque la idea de no utilizar como base cualquiera de las islas que acabaremos encontrando en nuestras aventuras en barco no es demasiado lógico, tiene su punto. La dirección artística es muy curiosa, hay decenas, decenas y decenas posibilidades, admite multijugador y tiene un 82% de críticas positivas en Steam. Eso sí, en estos momentos solo está disponible como acceso anticipado. O lo que es lo mismo, no está terminado, aunque esto es algo a lo que ya nos hemos acostumbrado.
Es cada vez más habitual que diversos estudios independientes publiquen versiones no completas de sus juegos para poder generar fondos incluso antes de terminar el desarrollo para poder trabajar en este mismo. Lo malo es que, cuando sale mal, nos podemos quedar sin el producto definitivo, aunque este no parece el caso de Sunkenland. De momento está teniendo un éxito relativamente moderado, así que lo lógico sería esperar más, más y más.
Todo sea dicho, lo que me parece muy interesante es que, en realidad, podemos empezar casi donde queramos. Si lo hacemos bien, hasta podremos expandir nuestros dominios a esas islas abandonadas de las que os he hablado, por lo que al final todo depende de nuestro estilo de juego. Aparte, podremos construir hacia arriba casi sin parar, creando auténticas fortalezas de aluminio contrachapado y alambres de espino improvisados.
Y es que, aunque lo más importante será encontrar recursos con los que mantenernos y hacer crecer nuestra base, también tendremos que defender nuestro hogar de ataques piratas y mutantes. Cazar tiburones para obtener carne, encontrar semillas con las que empezar a cultivar, pescar e investigar no lo serán todo. En ese sentido, tampoco puedo decir que innove demasiado, pero considero que ese enfoque de mundo abierto en mitad del mar (al más puro estilo Waterworld, cinta de 1995 protagonizada por Kevin Costner) es lo bastante interesante como para darle una oportunidad o, al menos, echarle un vistazo.
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