Esta semana, se ha viralizado un nuevo mod de Dark Souls III en el que puedes jugar como Dante de la serie Devil May Cry, haciendo honor a aquella famosa etiqueta de Shin Megami Tensei. El ruido viene a raíz de un vídeo reciente (que puedes encontrar más abajo) publicado en el canal del youtuber BeeG, demostrando lo divertido que resulta controlar al hijo de Sparda en unos cuatro minutos de gameplay. Rozando las 6000 visualizaciones en la plataforma de Google y casi 100K en Twitter, es fácil imaginar que no pocos jugadores de PC se darán otra vuelta por las tierras de Lothric.
Lo cierto es que el mod en cuestión —se llama Dark Souls 3 May Cry, por cierto— ha estado disponible en Nexus Mods desde finales de marzo, pasando desapercibido entre las sombras. Incluye no solo el modelado de nuestro protagonista tal y como se veía en el primer DMC, sino también algunas armas como Force Edge, Alastor o Devil Sword Sparda según indica el creador original, noShigu. Y si lo habías probado en su momento, tal vez te interese saber que la versión más reciente incluye algunos cambios en la jugabilidad para (por ejemplo) permitirte cambiar de armas más rápido.
A grandes rasgos, el desarrollo del juego es idéntico al de la obra original de FromSoftware; es el control del personaje lo que cambia. Pero lo hace bastante, porque además de los tajos de cada arma también hay nuevas esquivas y otras técnicas pugilísticas extraídas directamente de la franquicia de Capcom. A falta de detalles sobre un Devil May Cry VI, de momento nos conformaremos con esto y con saber que Hideaki Itsuno sigue en plena forma, trabajando en estos momentos con Dragon's Dogma II.
De momento, la sección de comentarios del descargable en Nexus Mods se puede dividir en 80% aprobación y 20% memes, por lo que parece una experiencia bastante recomendable. Tan solo asegúrate de estar jugando en modo desconectado para no recibir un castigo de Bandai Namco, aunque siendo justos, los servidores de Dark Souls llevan casi 200 días apagados hasta nuevo aviso. Una buena opción para no volverse hueco durante la amarga espera.