Un GTA inspirado en la época medieval se vende solo e invita a lanzarse corriendo a jugarlo. Rustler plantea una idea fantástica, con una ejecución que me ha dejado bastante frío y una duración nada comparable a los juegos de Rockstar. En este análisis te cuento por qué es mejor que sigas creando el caos con coches y armas de fuego.
Seguro que no soy el único al que la propuesta de Rustler, el nuevo videojuego de Jutsu Games, le llamó poderosamente la atención. Un juego de mundo abierto medieval con una profunda inspiración en la saga Grand Theft Auto y en sus entregas más clásicas, con una vista cenital con gráficos modestos, pero actuales. Sobre el papel, esto es un caramelito digno de levantar pasiones en aquellos que lo prueben, pero después de haberme pasado el juego, tengo que deciros que el sabor que se queda es más bien agridulce.
Rustler hace cosas bien y tengo que reconocerle el gran mérito que supone llevar los juegos de Rockstar a una época muy pasada, en la que no hay metralletas ni coches deportivos para liarla en una ciudad. Creo que lo mejor del juego es precisamente eso: sientes que es un GTA en miniatura en la época en la que los caballeros, los reyes y la corrupción controlaban el mundo. Pero, al final, estamos ante un título que deja indiferente, que se hace algo repetitivo (y eso que dura poco) y que no te deja muchos argumentos para seguir jugando por placer. Esto último es lo que más le echo en cara, porque en GTA, armar el caos y disfrutar del escenario es una parte divertidísima que te invita a seguir jugando sin parar. Aquí, por desgracia, no pasa igual.
Grand Theft Horse
El equipo de desarrollo nunca ha evitado la comparación con GTA, más bien al contrario, la fomenta. Incluso en la propia instalación de Steam, al aceptarla, podemos ver cómo llaman al juego "Grand Theft Horse", cambiando el "auto" de la clásica saga por "caballo". No sé si tal ambición le ha terminado por sentar un poco mal al juego, porque si ellos mismos están continuamente (y lo digo porque en el propio desarrollo hay muchos guiños a GTA) recordándote la obra de Rockstar, se te hace inevitable comenzar a hacer comparaciones.
Rustler nos pone en la piel de Guy, un pobre pringado que lucha por una mejor vida con robos de poca monta y algún que otro asesinato. Un buen día, un amigo suyo le lía para participar en el Gran Torneo que organiza el rey. El ganador tendrá el honor de casarse con la princesa del reino, lo que significa que muchos de los problemas que puedan surgir en la vida se resuelven inmediatamente. Para poder llegar a dicho torneo, Guy tiene que reunir dinero para apuntarse, pero la historia se truncará cuando algunos de sus socios le traicionan y tiene que sacarse las castañas del fuego.
El desarrollo de la historia está basado en una historia principal y en diferentes misiones secundarias. Estas últimas son en parte obligatorias, ya que nos ayudan a conseguir dinero rápidamente. La cuestión monetaria es una barrera que el juego usa en varias ocasiones para empujarnos a tener que hacer esas misiones y, sinceramente, me parece uno de los grandes problemas que tiene el juego porque no sabe cómo frenar tu avance de una manera menos forzada.
Hay una buena parte de Rustler que la pasamos haciendo encargos para reunir ese dinero. Tengo que reconocer que, por suerte, algunas de estas misiones secundarias te entretienen por su relato. Dichas misiones son realmente pequeñas historias que vivimos con NPCs minoritarios y algunas sacan una sonrisa, como la de un personaje que quiere ser un rapero de la calle y lo único que da es bastante vergüenza. Varias de estas misiones hacen más gracia que la propia historial principal y nos ponen en situaciones rocambolescas, por eso me ha faltado que todas tengan el mismo nivel.
Pero la realidad es que, en general, se basan en ir de un punto X a otro Y y hacer diversas actividades: igual hay que matar a unos personajes, que recoger unos cuerpos o quemar una finca. Aunque pueda sonar variado, no se siente así. La historia del juego es muy previsible y está muy trillada, aunque de nuevo, el humor del que goza el juego lo hace todo más llevadero.
Sé que todo esto parece muy negativo, pero también hay cosas buenas: hacia el final del juego, llegamos al Gran Torneo y todo es más variado, con peleas divertidas y batallas de justas (esas peleas de dos soldados a caballo con lanzas). Tengo que decir que, en mi opinión, la corta duración del título le beneficia para atreveros a jugarlo si os llama algo la atención. La historia principal, con varias secundarias terminadas enteras, la he superado en menos de 6 horas (y se puede incluso más rápido). Es un juego corto, sí, pero eso al menos ayuda a que no te canses de él.
Humor negro y medieval
Ni que decir tiene que el juego es para mayores de edad, más por los comentarios y el humor que utiliza, que por la brutalidad del mismo, aunque veremos mucha sangre y algunas escenas no aptas para sensibles. Rustler se sitúa en una época medieval, muy alejada de nuestra realidad, y lo que cuenta hay que entenderlo en ese contexto: la mujer es menor que el hombre, y los chistes son en muchas ocasiones negros y podrían ofender hoy en día a más de uno. Aunque, todo sea dicho, el juego es muy satírico y creo que hay cierta crítica en lo que cuenta. Por supuesto, insisto: hay que entender el contexto del juego, no hay enfado que valga.
Todo este halo de bajeza se nota en las calles: paletos escupiendo al suelo, gente peleándose a puñetazo limpio porque sí, caballos cagando por doquier (ojo, que la mierda nos sirve como arma) y unos guardias que no pasan una. Esto es lo mejor del juego: su ambientación, su adaptación de la idea de GTA a lo medieval y cómo se ríe de sí mismo. Los caballos son los coches y hay carreteras y parkings; la guardia es la policía de aquí y tiene su propia sirena con rotativos; hay niveles de búsqueda; podemos "tunear" nuestro caballo; los bardos alegran las calles y nos sirven para entretener a enemigos... Todo huele a GTA y la adaptación es buena, con sus peros.
Y los peros son que el combate es aburridamente simple, con un botón para cubrirnos, otro para atacar y otro para rodar, aunque a su favor diré que la variedad de armas lo hace más llevadero (espadas, lanzas, ballestas...). El juego, además, se siente a veces algo injusto porque es muy difícil combatir de verdad cuando nos rodean muchos guardias con cierto poder.
No hay una sensación de que se pueda escapar de este tipo de situaciones límite sin pasar por el taller para modificar el aspecto del caballo (esto quita todo el nivel de búsqueda) o sin quitar carteles con nuestra cara. Otro aspecto que creo mejorable es que los puntos de reaparición al cargar puntos de autocontrol en medio de las misiones son a veces algo frustrantes y te obligan en ocasiones a repetir una vez más, por ejemplo, un viaje tedioso (por eso dije antes que el juego aún puede durar menos si no os supone ningún reto o en dificultades bajas).
Como actividades complementarias, tenemos la opción de echar carreras de caballos, pelear en un ring o las mencionadas justas. Creo que este es uno de los grandes problemas del juego: una vez pasado, no hay mucho que hacer. Podéis terminar las misiones secundarias e incluso animaros a comprar las diferentes casas (puntos de guardado y de recuperación) que hay en el mundo, pero siento que el endgame es tremendamente escaso y daba para mucho más. Además, aunque me duela, jugar por jugar y crear el caos en la ciudad termina cansando muy rápido.
Un apartado técnico cumplidor
A nivel técnico, tengo que deciros que lo he jugado principalmente en una Nvidia GTX 1070 Ti, pero también lo probé en una Nvidia GTX 1650 de portátil. Hablando de la 1070 Ti, he jugado el título principalmente a 1080p, pero a 2K también me ha funcionado bien; en 4K ya no llegaba a 60 FPS fijos, se quedaba cerca.
Tanto a 1080p como a 2K, sí he tenido un nivel estable a 60 FPS, aunque con oscilaciones en algunos momentos puntuales: creo que un pelín más de optimización no le vendría mal, pero tampoco hay mucho de qué preocuparse. En ambos ordenadores y tarjetas gráficas el juego ha funcionado sin mayores problemas. Por cierto, solo podéis cambiar la resolución en el menú principal, en la partida no os dejará. Tenedlo en cuenta porque yo en un principio pensé que no se podía y me extrañó.
A nivel gráfico, el título cumple sin alardes, con un estilo entre cartoon y realista, con los escenarios con buen nivel de detalle. Las ciudades, en especial, son sitios muy chulos por los que pasear. El mapa no es tan grande como pudiera parecer en un principio y muchos jugadores pensarán que está vacío, aunque mi principal crítica, como os he comentado, es la falta de actividades.
Conclusiones
Rustler tiene buenas intenciones y puede ser interesante para echar dos tardes con algo ligero. Su corta duración es en realidad una bendición, porque su falta de variedad en la jugabilidad se camufla bien con la rapidez con la que todo sucede. Su humor hace que la aventura sea más llevadera y si os gustan los GTA clásicos y la época medieval os vuelve locos, os invitaría a probarlo, pero en caso contrario, me cuesta mucho recomendároslo.
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