Sí, BioShock es un juego algo envejecido ya, pero eso no significa que no haya personas con ansias de visitar Rapture por primera vez, o incluso por volver a ese gran e inesperado viaje. Lamentablemente, la última actualización que 2K ha lanzado para el videojuego de 2007 ha dejado a parte de la comunidad completamente alienada del título.
Que la editora de esta legendaria saga saque parches inesperados años después no es algo nuevo, pero este último se ha coronado como la actualización más polémica que ha tenido el juego de Irrational Games. Si vemos las notas, en estas se especifica que la nueva versión del juego busca mejorar la experiencia de los usuarios.
Esto se traduce en añadir un nuevo launcher al juego, algo que actúa como intermediario entre Steam y los servidores de 2K y que, además de ser bastante innecesario, está dejando K.O. a los jugadores de Linux, y esto es un gran problema específicamente dentro de Steam.
Y es que la Steam Deck, la máquina estrella de Valve, corre una distribución de Linux llamada SteamOS. Pese al nombre y a lo especial que es, no deja de ser Linux, y esto ha hecho que los jugaores de Deck se queden sin acceso a uno de sus videojuegos. Esto, obviamente, también afecta a quienes juegan en Linux fuera de la portátil, aunque este sector es más minoritario.
2K, por su parte, todavía no ha dicho nada al respecto, aunque resulta bastante lógico pensar que sacarán un parche lo antes posible para arreglar el problema. Este es, desde luego, un suceso que vuelve a poner en evidencia uno de los grandes problemas de jugar en PC: los launchers innecesarios traen más problemas de los que solucionan.